Carne porcina en alza: cada vez más cerca de los 20 kilos por habitante por año

El desafío de un mercado —de mayoritario consumo local— es encontrar equilibrio entre rentabilidad y sustentabilidad.

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05:00 | 12/01/2024

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El cerdo, cada vez más elegido. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Guillermo D. Rueda

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

Del Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Trabajó en la revista Encestando (1985-2000). Actualmente, desde 1987 es redactor de la sección La Ciudad del diario La Nueva Provincia. Es periodista especializado en el sector agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios (Abopa). Responsable página web de la Asociación de Ganaderos (AGA).

Año 2023.

—Consumo de carne porcina por habitante por año en la Argentina: 17 kilos.

—Carne aviar: 42 k/h/a.

—Carne vacuna: 46 k/h/a.

La composición del consumo de proteínas en nuestro país se viene reconvirtiendo en los últimos años en forma significativa. Con la tracción natural de la carne vacuna (hoy ronda esos 46 kilos por habitante por año), los casi 115 k/h/a (con ovino y pescado) que ingerimos son, acaso, los más importantes del mundo.

De todos modos, a la suma de la aviar no es menor la tendencia hacia la porcina, o carne de cerdo, que ya llegó a los 17 kilos por habitante por año cuando, sólo por citar una referencia, en 2000 era de sólo 7 k/h/a.

La competitividad del precio; la presentación de cortes semejantes a otras alternativas (ejemplo: milanesa) y la instalación de sitios específicos de venta sólo para este tipo de carne, son razones de peso para explicar la suerte de fenómeno.

Más allá de fortalezas y debilidades, como se comprenderá en una actividad económica que convive con los vaivenes de un país con cambios de reglas de juego permanentes, los objetivos del sector no se quedan acá.

No pocos actores de la cadena apuestan, aún en este contexto, que no es utópico pensar en un escenario de consumo de hasta 25 kilos por argentino hacia 2030.

Por de pronto, la producción cárnica (faena) es cada vez más importante. Si para 2023 rondó el récord histórico de 770.000 toneladas (aún no están los datos oficiales), vale citar los anteriores como referencia (en miles): 723, en 2022; 690, en 2021; 650, en 2020 y 610, en 2019. Otros datos: en 2010 era de 290.000 toneladas y en 2000 llegó a las 215.000 Tns.

El Méd. Vet. Jorge Brunori, especialista en el tema, lo explica de esta manera: “Es posible llegar a los 25 k/h/a. Está claro de que la porcinocultura promueve arraigo de las familias y desarrollo territorial y, a su vez, debe asumirse como principal proteína animal para abandonar ese ropaje de carne sustituta. También es agregado de valor y con eso, empleo, base fundamental para el cambio de nuestra matriz productiva”.

Así como el sector de los granos generó el concepto de agricultura de precisión para potenciar sus rendimientos a partir de la incorporación de la mejor tecnología en los procesos de producción, Brunori alude —en todocerdos.com.ar— a la porcinocultura de precisión. Y se basa en estos pilares:

—Hay que replantear la producción porcina en los próximos años.

—Se deben cambiar las formas de buscar la sostenibilidad económica productiva procurando el equilibrio desde el costo de producción.

—La porcinocultura de precisión es diagnosticar y corregir todos los factores que impactan en el costo de producción y que son los que se desarrollan dentro de la granja.

—Se deben generar proyectos de desarrollo sostenibles desde lo social, ambiental y territorial, que aporten una visión de cambio de la matriz productiva agropecuaria del sector.

Méd. Vet. Jorge Brunori.

Acerca del futuro y de las debilidades, el Méd. Vet. Brunori comenta: “El 99 % del consumo de carne porcina se realiza localmente y será allí por donde pasará el negocio en los próximos años.

Por eso la clave es encontrar un equilibrio en el precio entre la rentabilidad y la sustentabilidad. El dólar presiona y los diferentes tipos de cambio para maíz y para soja atentan contra la construcción de un precio competitivo. Es decir, queremos que crezca el valor del capón, pero este costo se multiplica por tres, o cuatro, cuando llega al mostrador”.

Para el especialista el hecho de ganar a como dé lugar no debe modificar el eje del sector, cuya consigna es no detener un crecimiento que se consolida, y que se transforma en desafiante para los miles de pequeños productores (una de las principales características de la actividad) que tiene nuestro país.

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