Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Dólar soja: cuando creatividad mata galán

El nuevo instrumento financiero lanzado por el Gobierno derriba las expectativas de mínima. ¿Más de U$S 5.000 M para el próximo viernes 30?

El dólar y la soja, hoy mano a mano. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   De 70.000 toneladas en un día (el último jueves 1) a 2,13 millones de Tns. en dos (lunes 5 y martes 6).

   ¿De qué se trata? De la liquidación del dólar soja, tras la implementación de un programa especial para agilizar un mercado que estaba detenido en el tiempo por una cuestión cambiaria (tal como quedó expuesto).

   Este formato de comercialización, tan básico como efectivo, ancla las operaciones con un dólar a 200 pesos hasta el próximo viernes 30. Así se destrabaron las inconsistencias, por decirlo de alguna manera, del anunciado instrumento de inversión de Claudio Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina, quien previó solucionar todo con una premisa: Ni desdoblamiento ni dólar agro.

   Tal como se reflejó en esta misma columna el último 29 de julio, los productores siempre descreyeron de la medida del BCRA para acelerar un proceso de liquidación de soja que tenía fecha de vencimiento: 29 de agosto.

   Así entonces, la citada herramienta —calificada como timba financiera desde el sector gremial del campo— se convirtió, efectivamente, en una aspirina para el tratamiento de una persona con una enfermedad terminal. Casi nadie evaluó la opción.

   El tipo de cambio especial anunciado por el ministro de Economía, Agricultura y Producción, Sergio T. Massa, surgió tras un consenso entre los diferentes actores del sector, sean exportadores y productores, y el propio Gobierno en función de dar una (temporal) apertura que permita el ingreso de divisas para el reclamante fisco.

   Los resultados no pasan inadvertidos.

   “El campo acompaña con ventas récord y el dólar soja supera nuestras expectativas. A este ritmo esperamos superar los 5.000 millones de dólares previstos con la medida”, dijo —esta semana— el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo.

   En tal sentido, Massa había asegurado que el precio de la tonelada de soja iba a fluctuar entre los 70.000 y 75.000 pesos, cuando días previos apenas llegó —en promedio— a los $ 51.000.

   Efectivamente, esta semana los valores fluctuaron entre los 69.241 y los 71.889 pesos la tonelada, algo que es improbable que se modifique en las jornadas por venir.

Sergio T. Massa, ministro de Economía, Agricultura y Producción.

   Este nivel de aceptación en las autoridades es entendible.

   Si en la primera semana de implementación del programa se superaron largamente los 1.000 millones de dólares, se habrán quedado cortos en la estimación —de mínima— de aquellos U$S 5.000 M para todo el corriente mes.

   Más allá de algunos planteos gremiales por la medida, que van desde la temporalidad hasta la exclusión del resto de los cultivos, todos entendibles, no pocos admiten que se trata de una solución de coyuntura que responde a las expectativas de la mayoría en un contexto económico donde existe cada vez menos margen de maniobra.

   “Es la primera vez que un Gobierno devalúa por un mes sólo para un sector. En verdad, es creativo, pragmático y tiene sentido común”, dijo el consultor de mercados agrícolas Pablo Adreani.

   “Además hay que tener en cuenta que se trata de un cultivo que tuvo problemas climáticos y baja de rendimiento. A esta altura, es difícil no tomar esta opción”, explicó en Génesis Rural.

   Lo colateral de la medida gubernamental —por eventuales dudas, se ratificó que no se extenderá más allá del 30 de este mes— es que en sólo tres semanas se inicia la siembra de soja en el país.

   En otras palabras, este incremento del 40 % del precio obtenido por el productor sojero llega en el momento justo para la compra de insumos (incluyáse tecnología de vanguardia para mejorar la producción y el rinde), materiales, recambio de maquinarias y demás.

   Ahora, ¿alcanza el tiempo para concretar todas las operatorias donde, incluso, el puerto de Ingeniero White es uno de los protagonistas?

   Nadie lo sabe, pero en la Resolución 5/2022 —publicada este miércoles 7 en el Boletín Oficial—, como complemento del decreto Nº 576 del lunes 5, se estableció que las 22 empresas exportadoras adheridas al plan especial podrán solicitar una prórroga extraordinaria del período de embarque de 90 días corridos, con vencimiento al declarado (más la prórroga automática) durante el corriente mes y el venidero octubre. La extensión deberá ser justificada por razones logísticas o comerciales, como es lógico suponer.

   “¿Qué les digo a los productores que asesoro? Que vendan y hagan caja”, sostuvo Adreani. Esta vez, y por los días que restan de septiembre, parece que el camino de la soja va por ahí.

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