Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

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Siete de cada 10 dólares: la ecuación que el campo le muestra al nuevo gobierno

La elección de Javier Milei como presidente de la Nación es apreciada por el sector como una posibilidad para dar vuelta la página.

Mercados intervenidos, distorsión en el tipo de cambio, presión impositiva y cuotificación de exportaciones. Son algunos de los reclamos inmediatos (aunque históricos) que los representantes del sector agropecuario —con las entidades gremiales a la cabeza— compilan en una carpeta para dialogar sobre otras formas de instrumentación para, según dicen, salir de un sistema perverso que les impide crecer.

En una de esas hojas se refleja un dato objetivo que el campo, por decirlo de un modo genérico, tiene implícito como fortaleza: 7 de cada 10 dólares que ingresan al país en concepto de exportaciones pertenecen al complejo agroindustrial ((Ref: las totales en 2022 fueron U$S 88.446 millones; en 2021, U$S 77.934 M). No es un dato eludible: los tiempos que vienen para la Argentina necesitan de recursos económicos (urgentes) para comenzar a salir del corsé que le impide respirar.

La llegada del economista libertario Javier Milei a la presidencia de la Nación para el período 2023-2027 se observa con cierto grado de esperanza por los productores, acaso por el viento de cambio (real) que eventuales políticas a diseñarse terminen de acercarse a sus inquietudes.

Varios dirigentes dieron el primer saludo formal y, al instante, se pusieron a disposición para “trabajar y aportar al desarrollo del país para salir de una crisis que castiga a todos los argentinos”, según se expresó desde de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA, o Mesa de Enlace).

“El electorado entendió que esta alternativa era la que mejor interpretaba un cambio profundo. En base a eso, trataremos de marcar un camino conjunto con el diálogo necesario para salir de la compleja situación del país, en general, y del sector agropecuario, en particular”, dijo el Cr. Horacio Fermín Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa.

“De todos modos, lo primero que hay que tener en cuenta es la macroeconomía. Si no es sólida, será imposible avanzar. Y luego hacerlo, en lo que hace a nuestra cuestión sectorial, desde lo impositivo hasta lo reglamentario pasando por las intervenciones en los mercados. ¿La idea? No repetir las actuales restricciones de comercio exterior y las resoluciones de cupos, intervenciones, limitaciones y cuestiones afines”, agregó el titular de Carbap —en diálogo con La Nueva.

Vigneau (izq.), Vilella y Paats con Tarsetti, Bahillo y Fernández Arocena, este martes 21.

Antes del domingo 19, varios de los principales referentes del campo se reunieron con sus pares del entonces candidato de La Libertad Avanza, encabezados por Fernando Vilella, Germán Paats y Pedro Vigneau. Y este martes 21, con los resultados del balotaje en la mano, fueron convocados por el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo; el jefe de Gabinete, Juan Manuel Fernández Arocena y el subsecretario de Gestión Administrativa, Rosendo Tarsetti.

Vilella, Paats y Vigneau son conocidos (y reconocidos) actores del sector agropecuario, con formación académica y capacidades de liderazgo en entidades que apuestan a la producción sustentable para la generación de alimentos por medio de la ciencia, la innovación y la tecnología de sistemas. Es decir, saben de qué se trata porque han estado (y aún están) desde el otro lado del mostrador, a diferencia de anteriores funcionarios en formatos de secretarías de agricultura, ganadería, pesca y alimentación con relativas decisiones políticas de escaso peso.

En el mismo sentido de los gremialistas salió a expresarse Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC): “Es claro, porque lo hemos dicho en no pocas ocasiones, que la agroindustria está en condiciones de crecer rápidamente. En este caso, un paso adelante se dará si el gobierno entrante cumple con sus promesas de campaña y, por eso, esperamos el plan de liberalización económica del comercio exterior y del mercado interno”.

Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se aguarda (con ansiedad) la convocatoria para un trabajo en conjunto que logre el máximo de la potencialidad del campo argentino por sus cereales, carnes y lo producido en las economías regionales. Para esto, el flamante presidente Carlos Castagnani sumó otro elemento: “El campo debe tener, otra vez, un ministerio (MAGyP). Es lo suficientemente importante como para seguir siendo secretaría”.

El campo tiene expectativas en encontrar puntos de coincidencia, acaso como pocas veces lo pudo hacer en los últimos años. El devenir de estas semanas será frenético en ese sentido, aunque, realidad, eso es común a la Argentina y no respecto de un sector en particular (por más relevante que sea).

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