Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

La lupa en la agricultura: ¿químicos o biológicos? ¿O químicos y biológicos?

Hay coincidencia: no se puede tener una solución enteramente biológica sin considerar los químicos y su aplicación en forma complementaria.

En medio de un debate cada vez más acordado, el incremento del mercado global alternativo a los productos agroquímicos ratifica el inicio de un cambio de paradigma en la producción agrícola en nuestro país.

En el sector, las adopciones de tecnologías conllevaban no pocos años de desarrollo e investigación (y no todas eran exitosas), pero en los últimos años el proceso ha mutado hacia una mayor celeridad en un mundo de acciones vertiginosas y conectividad extrema para acceder a innovaciones sustentables respecto de la producción de alimentos.

El mercado argentino de biológicos posee un valor aproximado a los 100 millones de dólares y registra un incremento anual de hasta el 10 % (versus 40 % de Brasil, con un movimiento de alrededor de U$S 600 M, y el 20 % de Latinoamérica). A pesar del crecimiento general del mercado, la categoría de biocontrol representa menos del 15 % del total, en tanto que los inoculantes continúan siendo la principal categoría.

En el año 2018 el mercado mundial de productos biológicos fue de casi 7.400 millones de dólares. ¿El futuro? Se prevé triplicar hacia 2030.

Fabián Díaz, gerente general de Koppert Argentina, explica el fenómeno de esta manera: “Si bien hay insumos y productos biológicos que están desde hace mucho tiempo en el mercado, ahora está sucediendo algo distinto, y en forma acelerada. El uso de herramientas biológicas como los inoculantes en la Argentina, un país sojero por excelencia, tiene antecedentes, pero empiezan a aparecer otros productos e insumos que cambian la situación general”.

Entre esos indicios, Díaz incluyó —más allá de una consabida conciencia de sustentabilidad— una serie de factores como restricciones de mercados; incremento de las resistencias; degradación de los suelos y cambio generacional de los actores, no sólo los productores sino de todos quienes participan en la cadena agroalimentaria.

Fabián Díaz.

“Hay una particularidad y es que los insumos de biocontrol, como fungicidas, insecticidas y nematicidas, son menos del 15 % del total del mercado biológico, donde alrededor del 50 % son inoculantes. Así, la principal categoría del mercado biológico de la Argentina tiene un nivel de crecimiento bajo, ya que tenemos una alta penetración de inoculantes en el mercado de soja. Es decir, nuestro principal producto, o insumo biológico, está en una curva de crecimiento no exponencial, sino con incrementos porcentuales pequeños”, agrega.

El planteo no excluye las aplicaciones de agroquímicos. Esta es la explicación de Díaz: “Debe existir una complementación entre productos biológicos y químicos. Uno no puede tener una solución enteramente biológica sin considerar los químicos y su aplicación en forma complementaria. Nosotros siempre decimos: ‘Biológico siempre que se pueda; químicos, cuando sea necesario”.

Una opinión en el mismo sentido aporta Leopoldo Cid, director de Marketing de Rizobacter: “Es muy limitado pensar en términos de químicos o biológicos como alternativas excluyentes. Más bien, la combinación de ambos abre un enorme abanico de posibilidades creativas que pueden servir tanto para mejorar la calidad de los resultados como para reducir la dosis de los químicos. Además, en el mediano y largo plazo la ecuación económica resulta más favorable para las combinaciones entre ambos tipos de producto”.

Si bien el ejecutivo admite que, actualmente, no existen productos biológicos para cubrir —en su totalidad— la enorme gama de adversidades que padecen los cultivos, se trata de una herramienta que crece en forma rápida y que, año tras año, aparecen nuevas alternativas en las áreas de nutrición vegetal y de control de plagas.

“Eliminar la disyuntiva entre químicos y biológicos, y concentrarse en las combinaciones más productivas entre ambos, abrirá el camino hacia mejoras que, aún hoy, no tenemos en el radar del desarrollo de productos. Es uno de los grandes desafíos para empresas, asesores y productores que buscan incrementar la eficiencia de sus sistemas productivos pensando en el impacto ambiental y en la salud de las personas”, amplía Cid.

Ahora, la pregunta del millón es: ¿la natural resistencia al cambio (como en todo ámbito) admitirá un eventual incremento inicial de costos para la aplicación de nuevos productos? Para esto, Díaz, tiene una respuesta: “Nadie paga por algo a lo que no le ve valor”.

OTROS TEMAS DE ESTA MISMA COLUMNA:

—Bordeu 2023: una mirada hacia la ganadería del futuro

—Carbono neutro: un programa con presencia bahiense en el campo nacional

—Economías regionales: con retenciones cero la ecuación empieza a cerrar

—Campaña 2023/2024: ¿la recuperación de los granos llegará al 70 %?

—Cambio climático: ¿la agricultura es la buena de la película?

—Argentina: una gran familia que no llega a fin de mes

—Los productores argentinos insisten: pondrán U$S 40.500 millones bajo tierra

—Odisea argentina: cómo comunicar qué hace el campo y no fracasar en el intento

—Lo que faltaba: la inteligencia artificial se mete entre las malezas

—Retenciones a las economías regionales: el (consabido) pato de la boda

—Carne vacuna: ¿no alcanza con ser campeones mundiales?

—Cambia, todo cambia: la soja vuelve a darle lugar al trigo y al maíz

—Carne vacuna exclusiva: más barata no se consigue

—La agricultura que no miramos: tratado sobre inundaciones y sequías

—El derrame bonaerense que no fue (porque la seca no quiso)

—Exportación: los pequeños volúmenes que pueden hacer grande al país

—Agroactiva 2023: otro mundo que no deja de proyectarse al mundo

—Brecha de rendimiento: ¿el concepto que obliga a reinventar la agronomía?

Seguro multirriesgo agropecuario: un proyecto para repensar el campo

—Leche hervida: ¿por los cambios de hábito o por el (menor) poder adquisitivo?

—Realismo mágico: el consumidor paga casi $ 4 por cada $ 1 que recibe el productor

—Los números del trigo: ¿habrá pan bajo el brazo?

—Carne vacuna: ¿por qué cae el consumo en nuestro país?

—Lo que faltaba: ratifican la tendencia a la baja del precio de la carne de exportación

—No habrá derrame: las otras consecuencias de una sequía histórica

—Cae la SD: si la sustentabilidad importa, alguien tendrá que resetear

El lado B del cambio climático: incide más en la temperatura que en la lluvia

Carne vacuna: el agregado de valor que hace la diferencia

Trigo: ¿la solución es eliminar las retenciones?

Que el árbol no tape el bosque: es necesario reinventar la sostenibilidad

Trigo HB4: el bálsamo que puede cambiar la historia productiva del SOB

Sequía: ¿Es utópico pensar que se trata de otra oportunidad?

Carne vacuna (indómita): ¿cuándo terminará la recomposición de precio?

Todos los huevos en la misma canasta: Argentina ya es el cuarto consumidor del mundo

Enero seco: la agroindustria (y el país) empiezan a sentir el impacto en las exportaciones

Sequía 2022: cuando el SOB tuvo su propia versión de zona núcleo

De carne somos: ¿No consumir más de dos hamburguesas por semana puede salvar al planeta?

Toda la carne en el asador (para seguir perdiendo frente a la inflación)

La suerte está echada: las pérdidas de la campaña 2022/2023 serán multimillonarias

Contámela de nuevo: la exportación cerealera superó los U$S 40.000 M en 2022

Lechería: la sequía y el dólar soja II licúan a un sector ya deteriorado

Carne: la cadena suma deterioro (y un asado cada vez más barato)

Maquinaria agrícola: ¿por qué la sequía afectará la actualización de la tecnología?

Sequía: la doble Nelson que condiciona a la ganadería

La camioneta pasa cada vez más lejos del productor agropecuario

El pan nuestro de cada día (llega cargado de impuestos)

Crónica de una sequía anunciada: ¿hasta cuándo impactará en el ingreso de divisas?

La tormenta perfecta: sólo hay que mirar al cielo, rezar y esperar

Cómo seguir promocionando la carne vacuna y no morir en el intento

La carne vacuna que viene: ¿con o sin cuarteo?

Brecha de rendimiento: que el árbol no tape el bosque

La Niña alimenta el refrán: No hay dos sin tres

Una tribuna para todos y todas

“Cuanto más vacas tengamos, menos incendios vamos a sufrir”

Troceo de la carne: ¿llegó la hora de ponerle el hombro a la modernización?

Gases de efecto invernadero: ¿El campo es el malo de la película?

Dólar soja: cuando creatividad mata galán

Exportaciones: más allá de las restricciones, la carne sigue aportando dólares

Trigo 2022/23: ¿Vendrá con el pan bajo el brazo?

Retenciones: ni se miran ni se tocan (hacia abajo)

Campaña 22/23: ¿Por qué las expectativas del campo están por el suelo?

¿Qué tienen en común la carne vacuna y el fútbol argentino?

Soja: hay que leer la letra chica para entender de qué se trata

Carne vacuna: cuando el debate no debe pasar sólo por el precio

Biocombustibles: ¿y si vamos pensando en extender el corte?

Agroexportación: ¿cómo romper récords y sobrevivir en el intento?

Trigo HB4: ¿No todos los caminos conducen a Roma?