Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Trigo HB4: el bálsamo que puede cambiar la historia productiva del SOB

El lado B (de bueno) de la aprobación de Brasil para la siembra del cultivo transgénico resistente a sequía.

“Lo que ha hecho Raquel Chan es fantástico. Creo que, a partir de unos años, este debate (respecto de la inviabilidad del trigo HB4) no va a ser un problema”.

En el congreso A Todo Trigo 2022 de mayo último, el Dr. Jorge González Montaner, uno de los más reconocidos asesores privados de mercados agrícolas del país, ponía en pausa a uno de los debates más encarnizados de los últimos tiempos sobre este cultivo, a partir de la aprobación —en ese mismo encuentro— de la Resolución 27/2022 que facultaba a la firma Indear SA (una sociedad entre Conicet y Bioceres) a comercializar la semilla de trigo HB4, y a sus productos y subproductos derivados, provenientes del trigo IND- ØØ412-7, y a toda la progenie derivada de los cruzamientos del material con cualquier trigo no modificado genéticamente.

Aquellos “unos años” de González Montaner, que no dudó en reconocer a la Dra. Chan como la referente del Conicet que lideró las investigaciones desde el área pública, empezaron a desandar el camino la última semana.

La propia Bioceres Crop Solutions Corp fue la encargada de comunicar que la Comisión Nacional de Bioseguridad del ministerio de Ciencia, Tecnología e Investigación de Brasil (CTNbio) aprobó el cultivo de trigo modificado genéticamente resistente a la sequía; es decir, al denominado HB4.

¿De qué se trata? Es una herramienta única en la adaptación de los sistemas agrícolas a climas extremos y con rendimientos, se asegura, superiores en por lo menos el 40 % en condiciones de estrés hídrico. Por esta razón importa —sustancialmente— a la región productiva del sudoeste y incluso sudeste bonaerenses, donde se siembra poco menos del 50 % del trigo (y la cebada) del país.

La firma rosarina de biotecnología agropecuaria, que se fundó en 2001 y cotiza en Wall Street, también informó que Brasil es el segundo país donde las agencias reguladoras han aprobado el HB4 (luego de la Argentina). Así, el país vecino suma este gen diferenciado para cultivo, producción y comercialización.

Se agregó que la aprobación se suma a la anterior del propio Brasil para el uso de harina de trigo HB4 en alimentos resuelta en noviembre de 2021. Además de abrir el mercado brasileño a la tecnología, la decisión habilita la comercialización en la Argentina. En este sentido, será a través de canales distintos al HB4 de identidad preservada de Bioceres.

Otra de las bondades del producto se encuentra en el potencial para cultivos dobles, si se considera la rotación de trigo con una leguminosa de verano en regiones actualmente limitadas por la disponibilidad de agua.

En aquella cita marplatense de mayo, el Dr. Daniel Miralles, de la Fauba-Conicet, ponderó la aparición del trigo HB4, al tiempo que aportó una opinión acerca de las cuestiones de salud (uno de los reparos más escuchados).

“Hace 25 años que Australia tiene trigos transgénicos; la cerveza que tomamos posee maíz transgénico y no lo sabemos; Brasil consume polenta transgénica y nunca hubo evidencias serias de que hagan daño a la salud de los humanos”, explicó el investigador. 

Guillermo Irastorza, desde Coronel Dorrego, un reconocido productor en los distritos más áridos de nuestra región y uno de los primeros impulsores de HB4, anunció la última semana —antes del anuncio de Bioceres, en una conferencia de rendimientos de producción— que en sus campos crece hasta entre las toscas.

Guillermo Irastorza es productor agrícola y ganadero.

“La siembra directa nos permite hacer suelo, rotar y mejorar algo que de la nada (sic) pasó a un suelo productivo gracias a este tipo de tecnologías”, aseguró.

Con anterioridad a la reciente aprobación, Irastorza (lleva 4/5 campañas con esta tecnología) había comentado que lo más importante es que cuando lo implantó, en comparación con un trigo considerado como caballito de batalla por eventuales altos rendimientos, ofreció una salvedad a favor del transgénico: 78 de peso hectolítrico y calidad 13 de proteína.

“Son distintos. Uno es un Falcon y el otro es una cupé Chevy. Suponiendo que el primero ya anda muy bien, si le ponemos HB4 rendirá aún más”, había ejemplificado.

Hoy, Irastorza va más allá. Asegura que, para el trigo, se trata del evento más relevante desde la revolución agrícola; que es un proceso sin retorno y una herramienta determinante para el SOB; que en la Argentina ya se trabaja en 27 molinos y que espera eventos semejantes para disminuir el hambre, bajar la presión hacia los agroquímicos y mejorar la sustentabilidad. “Agrego: a esta altura, creo que la Dra. Chan debiera ser nominada para el premio Nobel”.

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