Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

Ganadería: cuando las proteínas y la nutrición marcan la agenda

Mientras la Argentina hace los deberes, a nivel mundial más de 1.000 millones de personas dependen de las cadenas de valor para su sustento.

Ganadería en la cercanías de Bahía Blanca, a la vera de la RP 35. / Foto: gentileza Emilio Doiny Cabré.

¿De qué manera se logra incrementar la producción ganadera, al tiempo que se reducen los efectos medioambientales y sociales y se aumenta el rendimiento económico con mayor equidad?

El desafío a semejantes interrogantes no es menor. Y el ámbito donde se plantearon tampoco: fue durante la primera Conferencia de Transformación Sostenible de la Ganadería realizada en Roma, Italia.

“La producción ganadera es una parte vital de nuestros sistemas agroalimentarios porque aporta nutrientes esenciales a la población y mejora los medios de vida y las oportunidades económicas de miles de millones de personas en todo el mundo”, dijo QU Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el primer chino en llegar al cargo (en 2019) y ser reelegido (hasta 2027).

Para un país productor de proteínas demandadas en el planeta —a) según la fuente que se consulte generamos alimentos para entre 400 y 600 millones de personas y b) el censo del Indec de 2022 concluyó que hay poco más de 46,2 millones de argentinos— se trata de un tema imposible de dejar de abordar en términos de sustentabilidad (y en defensa de la ganadería y de los ganaderos).

Desde la FAO se viene trabajando puntualmente sobre este tema, siempre partiendo de hechos comprobados —y ratificados— en recientes estudios de investigación. Algunas de esas conclusiones son:

—Diversos alimentos derivados de los sistemas de producción ganadera, incluidos el pastoreo y la caza de animales salvajes, proporcionan proteínas de alta calidad, ácidos grasos importantes y diversas vitaminas y minerales, lo que contribuye a dietas saludables para mejorar la nutrición y la salud.

—Las especies ganaderas están adaptadas a una amplia gama de entornos, incluidas áreas que no son aptas para la producción de cultivos. Y una producción bien integrada aumenta la resiliencia de los sistemas agrícolas en pequeña escala.

—A nivel mundial, más de 1.000 millones de personas dependen de las cadenas de valor ganaderas para su sustento. (Ref: el mundo tiene hoy alrededor de 8.000 M/P).

—El ganado también proporciona otros servicios ecosistémicos relevantes en la gestión del paisaje, ya que aporta energía y ayuda a mejorar la fertilidad del suelo. Y los ganaderos crían animales pastando para transformar la vegetación de los pastizales en alimento.

En la vereda de enfrente están el futuro. Así, para que los sistemas agroalimentarios sean más sostenibles, es necesario resolver los desafíos relacionados con la alta utilización de recursos y la contaminación; la competencia entre alimentos y piensos; las emisiones de gases de efecto invernadero; la resistencia a los antimicrobianos y el bienestar animal; así como las enfermedades zoonóticas y transmitidas por los alimentos, la accesibilidad y la asequibilidad.

Ahora, la pregunta es: ¿dónde se ubica nuestro país en ese contexto?

Carlos Cherniak, embajador argentino ante la FAO, donde tenemos a cargo una sección de ganadería del Comité de Agricultura de la entidad desde 2022 (y hasta 2024), lo explicó de esta manera: “El sector agropecuario ha sido señalado como responsable del problema, cuando en realidad los estudios e informes muestran que son otros quienes poseen mayor responsabilidad. Mientras dichos sectores, entre los que se encuentran el industrial, el energético y las producciones petroleras, no tienen la capacidad para compensar o mitigar las emisiones que producen, la agricultura y la ganadería cuentan con muchas estrategias para maximizar, gracias a la ciencia y a la investigación, la captura de carbono. Debemos luchar contra la imposición de ese enfoque tan desbalanceado vinculado a ciertas ideologías, sobre todo europeas, que tienen poco o ningún rigor científico”.

El citado subcomité ha permitido lograr una posición menos defensiva y mucho más proactiva en términos de valorizar la importancia que tienen las proteínas animales para constituir dietas saludables e inocuas y, además, proveer a la seguridad alimentaria mundial.

Según estudios encargados desde el área de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la Argentina representa sólo el 0,7 % de las emisiones globales y que la ganadería implica el 0,15 % de dichas emisiones. Claramente, a partir de su sistema de producción de base pastoril, en nuestro país se generan importantes capturas de carbono y relevantes aportes a la seguridad alimentaria.

OTROS TEMAS DE ESTA MISMA COLUMNA:

—Seneford: ¿una raza ideal para el sudoeste bonaerense?

—Siete de cada 10 dólares: la ecuación que el campo le muestra al nuevo gobierno

—Carne aviar: ¿cuál es la incidencia en las huellas de carbono y de agua?

—No es pura espuma: la agroindustria cervecera se potencia en la Argentina

—Cambio climático: una distinción que alienta el desarrollo de cultivos en secano

—¿Cuál es el plan del Consejo Agroindustrial Argentino para una bioeconomía sostenible?

—La carne vacuna, la argentina más votada

—La lupa en la agricultura: ¿químicos o biológicos? ¿O químicos y biológicos?

—Bordeu 2023: una mirada hacia la ganadería del futuro

—Carbono neutro: un programa con presencia bahiense en el campo nacional

—Economías regionales: con retenciones cero la ecuación empieza a cerrar

—Campaña 2023/2024: ¿la recuperación de los granos llegará al 70 %?

—Cambio climático: ¿la agricultura es la buena de la película?

—Argentina: una gran familia que no llega a fin de mes

—Los productores argentinos insisten: pondrán U$S 40.500 millones bajo tierra

—Odisea argentina: cómo comunicar qué hace el campo y no fracasar en el intento

—Lo que faltaba: la inteligencia artificial se mete entre las malezas

—Retenciones a las economías regionales: el (consabido) pato de la boda

—Carne vacuna: ¿no alcanza con ser campeones mundiales?

—Cambia, todo cambia: la soja vuelve a darle lugar al trigo y al maíz

—Carne vacuna exclusiva: más barata no se consigue

—La agricultura que no miramos: tratado sobre inundaciones y sequías

—El derrame bonaerense que no fue (porque la seca no quiso)

—Exportación: los pequeños volúmenes que pueden hacer grande al país

—Agroactiva 2023: otro mundo que no deja de proyectarse al mundo

—Brecha de rendimiento: ¿el concepto que obliga a reinventar la agronomía?

—Seguro multirriesgo agropecuario: un proyecto para repensar el campo

—Leche hervida: ¿por los cambios de hábito o por el (menor) poder adquisitivo?

—Realismo mágico: el consumidor paga casi $ 4 por cada $ 1 que recibe el productor

—Los números del trigo: ¿habrá pan bajo el brazo?

—Carne vacuna: ¿por qué cae el consumo en nuestro país?

—Lo que faltaba: ratifican la tendencia a la baja del precio de la carne de exportación

—No habrá derrame: las otras consecuencias de una sequía histórica

—Cae la SD: si la sustentabilidad importa, alguien tendrá que resetear

El lado B del cambio climático: incide más en la temperatura que en la lluvia

Carne vacuna: el agregado de valor que hace la diferencia

Trigo: ¿la solución es eliminar las retenciones?

Que el árbol no tape el bosque: es necesario reinventar la sostenibilidad

Trigo HB4: el bálsamo que puede cambiar la historia productiva del SOB

Sequía: ¿Es utópico pensar que se trata de otra oportunidad?

Carne vacuna (indómita): ¿cuándo terminará la recomposición de precio?

Todos los huevos en la misma canasta: Argentina ya es el cuarto consumidor del mundo

Enero seco: la agroindustria (y el país) empiezan a sentir el impacto en las exportaciones

Sequía 2022: cuando el SOB tuvo su propia versión de zona núcleo

De carne somos: ¿No consumir más de dos hamburguesas por semana puede salvar al planeta?

Toda la carne en el asador (para seguir perdiendo frente a la inflación)

La suerte está echada: las pérdidas de la campaña 2022/2023 serán multimillonarias

Contámela de nuevo: la exportación cerealera superó los U$S 40.000 M en 2022

Lechería: la sequía y el dólar soja II licúan a un sector ya deteriorado

Carne: la cadena suma deterioro (y un asado cada vez más barato)

Maquinaria agrícola: ¿por qué la sequía afectará la actualización de la tecnología?

Sequía: la doble Nelson que condiciona a la ganadería

La camioneta pasa cada vez más lejos del productor agropecuario

El pan nuestro de cada día (llega cargado de impuestos)

Crónica de una sequía anunciada: ¿hasta cuándo impactará en el ingreso de divisas?

La tormenta perfecta: sólo hay que mirar al cielo, rezar y esperar

Cómo seguir promocionando la carne vacuna y no morir en el intento

La carne vacuna que viene: ¿con o sin cuarteo?

Brecha de rendimiento: que el árbol no tape el bosque

La Niña alimenta el refrán: No hay dos sin tres

Una tribuna para todos y todas

“Cuanto más vacas tengamos, menos incendios vamos a sufrir”

Troceo de la carne: ¿llegó la hora de ponerle el hombro a la modernización?

Gases de efecto invernadero: ¿El campo es el malo de la película?

Dólar soja: cuando creatividad mata galán

Exportaciones: más allá de las restricciones, la carne sigue aportando dólares

Trigo 2022/23: ¿Vendrá con el pan bajo el brazo?

Retenciones: ni se miran ni se tocan (hacia abajo)

Campaña 22/23: ¿Por qué las expectativas del campo están por el suelo?

¿Qué tienen en común la carne vacuna y el fútbol argentino?

Soja: hay que leer la letra chica para entender de qué se trata

Carne vacuna: cuando el debate no debe pasar sólo por el precio

Biocombustibles: ¿y si vamos pensando en extender el corte?

Agroexportación: ¿cómo romper récords y sobrevivir en el intento?

Trigo HB4: ¿No todos los caminos conducen a Roma?