Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Tarea para el campo (y la sociedad): ¿qué opina cada uno del otro?

Se trata de una relación de idas y vueltas, desde la referenciada oligarquía hasta la huella que dejó la Resolución 125.

Estomba y Colón, el 15 de junio de 2008. Entonces, una parte de la sociedad abrazó al campo. / Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.

Desde aquella denominada oligarquía hasta las nuevas generaciones, el sector agropecuario ha tenido una íntima relación de idas y vueltas con la sociedad argentina en general aunque, en estos últimos años (acaso como nunca), se haya comenzado a trabar un vínculo de (mutua) conveniencia.

Está claro que, desde el campo, sus empresarios, dirigentes y productores, quienes hoy aparecen en una misma página, se han empeñado —y lo siguen haciendo— en hacer comprender a casi 20 millones de personas (el país tiene 46,2 M/H; Indec 2022) que la leche no sale de la heladera (para decirlo en buen romance, pero nunca tan gráfico para representar a un sector que genera 7 de cada 10 dólares exportados y que provee 2 de cada 10 fuentes de trabajo; FADA, 2023).

Entonces se torna relevante saber qué opinan de vos; es decir, qué piensa la sociedad argentina del campo (para decirlo de una manera genérica).

El historiador Roy Hora, quien ha publicado varios libros sobre el tema, lo explica de esta manera: “Lo que más me llama la atención es el cambio en la valoración social del campo, si se considera que es una opinión urbana de un país urbanizado como la Argentina, uno de los importantes del mundo en este sentido. Quiero decir, miramos al campo desde afuera. Entre los años 50, 60 y 70 la imagen de sus empresarios era mala por ser considerados rentistas, por no trabajar mucho y por explotar a los peones. Bueno, era la oligarquía del terrateniente ausentista”.

También dice el Dr. Hora que, desde los noventa, esa visión se fue transformando por la renovación tecnológica y productiva que experimentó el campo y, además, porque la crisis de 2001, y en especial la salida de ese mismo lugar, mostró al sector como una solución a las cuestiones básicas argentinas (las económicas).

Avanza un poco más allá: “Incluso, algunos empresarios dijeron: ‘Nos pusimos el país al hombro. Y somos los principales agentes de la recuperación argentina’. Fue un poco exagerado, pero lo cierto es que había precios muy altos para los productos argentinos exportables. Y entonces se volcó mucha riqueza, no sólo sobre el campo, sino en la ciudad, en un contexto en que la Argentina la estaba pasando mal”.

Y vos, el campo, qué opinás de la sociedad (más allá de ese sentimiento de eterna esquilmación que, por defecto, recae en los gobiernos de turno que incorporan, a fuerza de ley, a las retenciones en sus plataformas).

El Dr. Hora entiende que, en principio, se deben hacer cortes generacionales. Y repasa: “Una parte importante de las generaciones mayores vive bajo la imagen de la victimización. No entienden las razones por las cuales la política fiscal y de mercados no es amigable hacia el campo. Están, como en los años 40 o 50, centrados en la defensa de los intereses de los derechos de propiedad y con poca comprensión de las razones de quienes están del otro lado”.

El Dr. Roy Hora (der.), junto al titular de la Biblioteca Rivadavia, Agr. Jaime Linares.

También explica el reconocido escritor, quien dialogó con La Nueva. en ocasión de una visita a Bahía Blanca para brindar una conferencia en la Biblioteca Rivadavia, que en las generaciones más jóvenes, de 50 años hacia abajo, existe mucho más interés por entender las razones por las cuales el campo es un sector poco privilegiado por la política pública: “Yo valoro mucho esa actitud. Parte de la premisa de que uno no posee todas las respuestas y es bueno escuchar lo que otros tienen para decir más allá de que no nos pongamos de acuerdo porque, además de ideas, acá se juegan intereses. Es decir, se puede llegar a acuerdos en la medida de que uno reconozca la legitimidad del punto de vista del otro”.

El historiador aprecia este progreso como algo virtuoso, que se cimienta en que muchas de las generaciones de nuevos dirigentes agropecuarios se formaron a partir de la nueva etapa democrática e influye para una conversación pública más abierta y libre.

La tercera pregunta clave en este debate es cómo comunica el campo lo que hace tranqueras adentro, sobremanera desde la icónica jornada de la Resolución 125 de marzo de 2008, la cual nadie duda que significó una bisagra para todos los actores involucrados.

“Ha habido progresos en la comunicación desde entonces, pero se trata de un camino largo. El campo es uno más de los sectores que inciden en la vida pública y querer que las pretensiones de quienes los representa termine imponiéndose me parece que es poner la vara demasiado alta”, concluye el Dr. Hora.

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