Voces de Malvinas: el espacio donde los veteranos celebran ser escuchados
“Ante un nuevo embate contra nuestra soberanía y nuestros VGM, en este proyecto se trata de contar sus historias en primera persona”, dijo Sandra Rosetti, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Sur. El material ya está disponible en Youtube.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
Ángel Pérez, Guillermo de la Fuente, Sergio Cano, Héctor Bollo, Mario Curetti, Daniel Augusto Radegier, Francisco Antonio García, Jorge Berdugo, Daniel Fernández, Diego Friedrich, José Luis Valle, Héctor Omar Ferrer, Eduardo Alberto Flores, Teodosio Nicolás Garro, Beltrán Enrique Giqueaux y Alejandro Meringer.
Son los nombres y los apellidos de 16 Veteranos de Guerra de Malvinas (VGM) que residen en la ciudad —y en la zona— que, con sus testimonios, son parte fundamental de Voces de Malvinas, una propuesta que pretende perpetuar la gesta de 1982.
“En general a los veteranos les gusta contar su historia. Hubo un período muy amplio, conocido como el proceso de desmalvinización, en el cual al regresar de las islas nadie los quiso escuchar; incluso se los ocultó”, dijo Sandra Rosetti, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Sur, quien integra desde hace más de 15 años un equipo que trabaja sobre las memorias de Malvinas en Bahía Blanca.
“Muchos no pudieron hablar porque se les prohibió, y otros se lo prohibieron a sí mismo por el trauma de lo vivido. Luego, con los cambios en los procesos políticos y sociales hubo momentos en que, y ellos mismos lo reconocen, obtuvieron el reconocimientos como fruto de una lucha permanente”, añadió.
“Hoy en día, dadas las circunstancias políticas actuales, hay un nuevo embate contra nuestra soberanía y contra nuestros veteranos. Y esto hace que muchos nos manifiesten felicidad de ser escuchados con respeto y de que sus historias puedan ser preservadas en un video accesible para cualquier persona”, explicó la investigadora.
Voces de Malvinas es un material digital (virtual) que forma parte de un archivo nacional federal con origen en el Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), que comenzó este proyecto para resguardar las versiones de los veteranos de todo el país con la idea de que las entrevistas terminen formando parte del reservorio del Archivo General de la Nación.
El material realizado ya está disponible en el siguiente link: Voces de Malvinas Proyecto Bahía Blanca.
“Nosotras somos el nodo Bahía Blanca. Digo ‘nosotras’ porque integramos un equipo de investigadoras y docentes de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y de la Universidad Salesiana (Unisal) llamado Proyecto Malvinas”, agregó.
“Nuestro trabajo inicial consiste en un relevamiento junto al Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de Bahía Blanca. Es sobre la base de un listado de alrededor de 300 personas, que viven acá o en los alrededores, y que no necesariamente hayan nacido en la ciudad”, sostuvo.
Voces de Malvinas, en el nodo de Bahía Blanca, está integrado por Sandra Rosetti, Fabiana Tolcachier, Eugenia Sanna, Silvia Aguirre Bengoa, Aldana Tellechea, Bianca Giagante, Juan Ignacio Peramato, Rocío Parga, Morena Gómez y Luisina Annunziata.
—¿Cuándo comenzó el proyecto y cuál es su proyección a futuro?
—Empezamos a trabajar a principios del año pasado. Hemos enfrentado muchas dificultades, propias de las universidades públicas en este momento, como la falta de financiación y apoyo, ya que se trata de un proyecto que no recibe ningún aporte económico externo. Todas somos docentes e investigadoras y la propia UNS brinda sus profesionales y sus espacios.
“Las entrevistas se realizan en Colón 80. Allí contamos con el trabajo de Horacio Zamudio (NdR: de la Dirección de Educación a Distancia de la UNS), quien se encarga de la parte técnica para las filmaciones, que son de primera calidad porque deben cumplir una serie de requisitos exigidos por el Archivo General de la Nación para ser homologadas con los materiales de todo el país.
“El año pasado fue muy difícil para la universidad, con muchos paros y movilizaciones a las que adherimos como parte de la institución, lo que complicó el inicio. Incluso, comenzamos haciendo las primeras filmaciones en la Unisal, que nos cedió aulas para arrancar porque, realmente, queríamos empezar aunque el proceso era lento. A fines de noviembre (de 2024) tuvimos que frenar por más paros y, a principios de este año, cuando estábamos más organizadas y habíamos encontrado un espacio llegó la inundación, donde la UNS y muchos de nuestros posibles entrevistados, se vieron afectados. Después de eso retomamos”.
—¿De qué manera se inicia el trabajo?
—Armamos un cronograma, citamos a las personas y les explicamos en qué consiste. Es algo completamente voluntario. Así continuará hasta que se agote la lista de veteranos. El objetivo final es que estas memorias se preserven para las nuevas generaciones y que sean un material accesible y de libre acceso para investigadores de nuestro país y del extranjero. En nuestra plataforma digital, que es un canal de YouTube, están las entrevistas realizadas en la ciudad. Ahí iremos subiendo los encuentros, así como otros materiales relacionados.
—¿Pudieron hablar con todos los VGM?
—Hay gente que nos dice: ‘No, mirá, no quiero. Ya cerré ese cajón, pude rehacer mi vida y no quiero volver a hablar de esto’. Y eso es muy respetable. Cada uno procesó el trauma de la guerra como pudo, pero las personas que hemos entrevistado hasta ahora, y de tantos otros con los que hemos charlado informalmente, están muy contentas de sentarse a contar su historia.
—¿Cuáles son las características de las entrevistas?
—No están guionadas. Nosotras escuchamos lo que ellos quieran contar. Si dura media hora, media hora; si dura dos horas, dos horas. No se edita y se sube al archivo de forma cruda, tal cual se grabó. Los veteranos nos agradecen mucho esto.
Un compromiso con la historia local
—¿Cuál es tu compromiso respecto de la causa Malvinas?
—Voy a hablar en plural porque mis compañeras y yo compartimos los mismos objetivos y un historial similar. Llevamos más de 15 años trabajando con el tema de Malvinas y, hace dos, publicamos un libro llamado Voces de Malvinas, posguerra, memorias y soberanía en Bahía Blanca, que forma parte de la Colección Cuadernos de Historia del Sur Bonaerense (NdR: El Nº 7, que coordinan Fabiana Tolcachier, Mario Ortiz y la propia Rosetti).
“Nos enfocamos en la historia local, específicamente la reciente. Hace unos 15 años, dando clases en escuelas secundarias, porque también somos docentes de ese nivel, participamos con alumnos en Jóvenes y Memoria, un proyecto de la Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires y, entonces, los chicos eligieron la temática de Malvinas. A partir de ahí el trabajo que hicimos fue muy movilizador. Se produjo un video, que se filmó en la localidad de Cabildo, y desde entonces la cuestión se volvió inagotable para nosotras.
“La cuestión Malvinas es un puntapié inicial para hablar de temas como la soberanía y el compromiso con lo nuestro”, dijo Rosetti.
“Bahía Blanca tuvo un protagonismo muy grande en la guerra de Malvinas. Muchos soldados pasaban por aquí, viniendo del norte hacia el sur, lo que la convertía en un punto neurálgico. Incluso, al finalizar el conflicto algunos venían a ser atendidos en el Hospital de Puerto Belgrano o el Hospital del V Cuerpo del Ejército. Esto significa que hay mucho para contar y no sólo las memorias de los veteranos, sino también las de cualquier persona que haya vivido esa época, ya que seguramente tendrá algo que compartir sobre su experiencia.
“Por eso hablamos de Voces de Malvinas en plural. Aunque en el archivo trabajamos sólo con VGM, en el libro buscamos recoger las memorias de todos aquellos que vivieron la guerra. Yo soy de la misma generación que los veteranos; iba a la escuela secundaria en esa época y tengo mi propia experiencia de cómo se vivía entonces. Esto nos permite construir una historia más rica, más compleja y menos simplificada”.
—¿Tiene otras conectividades?
—El interés también se relaciona con otras cuestiones, ya que la guerra de Malvinas se desarrolló durante la dictadura (1976-1983), lo que nos permite abordar otros temas de la historia reciente donde Bahía Blanca también tuvo un papel directo. A veces, la cuestión Malvinas es un puntapié inicial para hablar de temas como la soberanía y el compromiso con lo nuestro”.
“La experiencia se transformó en un momento terapéutico”
“No hay ningún guión; vos sos el guión. De repente te sorprendés hablando de cosas. Es una conversación con uno mismo. La verdad es que me sentí muy cómodo en medio de un ambiente cálido con luz tenue. De hecho, más allá de la referencia y el relato históricos, fue hasta un momento terapéutico, porque uno siempre es consultado por un tema específico, quizás por un reclamo o un acto. Esto es diferente”.
Guillermo De la Fuente, Veterano de Guerra de Malvinas, presidente del CVGM local y, además, del mismo organismo en la provincia de Buenos Aires, admitió que el carácter disruptivo de la entrevista para el proyecto Voces de Malvinas lo sorprendió.
“Es el primer formato de este tipo que me han hecho para una nota sobre este tema”, agregó.
Como conscripto de la Policía Militar de Bahía Blanca, De la Fuente llegó a las islas el 4 de abril de 1982 y regresó al continente 7 días después de finalizado el conflicto, hecho que sucedió el 14 de junio.
—¿Cuál es tu opinión sobre Voces de Malvinas?
—Excelente. Una de las cosas que siempre me preocupó es que nuestra historia no sea contada de la manera que la quiera interpretar quien la estudia. Para mí, es fundamental que se conozca mi vivencia, y la de cada uno de mis compañeros, directamente de boca de quien la vivió, ya que hay historias plagadas de olvidos y de interpretaciones diversas.
“Apenas conocí el proyecto me pareció muy interesante y atractivo, porque está destinado a que se conserve un archivo en las universidades, pero también que el material crudo se aloje en el Archivo General de la Nación. Lo que plantean los investigadores es que se hable de cómo era tu vida antes, durante y después de la guerra. Es tan simple como eso”.
—¿Cuál fue tu conexión con el proyecto?
—De cierta forma fui el vínculo entre Voces de Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús, ya que el Observatorio Malvinas se encuentra allí, y el nodo de Bahía Blanca.
—¿Cuál es la meta del proyecto en términos de cantidad de entrevistas?
—La intención de las investigadoras es llegar a casi 300 testimonios. Esa es la cifra que se maneja aproximadamente para Bahía Blanca y la región.
—Una propuesta de estas características sin financiación privada parece imposible…
—Tal cual. Es, acaso, lo más valioso porque se realiza desde las universidades públicas. Nosotros, cuando empezamos, tomamos contacto con la profesora Sandra Rosetti, del departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur, a quien le encantó la idea. Ella y Rocío Parga se pusieron al hombro el proyecto y lo llevan adelante.
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