Lo que el temporal puso en evidencia
No debiera ser necesaria una tragedia para que se ajusten controles y se hagan cumplir las leyes,
Hace 21 años ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Tragedia de Cromagnon, un incendio de una confitería bailable que terminó con la vida de 194 personas.
Lo ocurrido fue consecuencia de un conjunto de irregularidades edilicias, de permisos faltantes, de habilitaciones inexistentes, de falta de control, de corrupción, de irresponsabilidad.
De los quince matafuegos que había en el lugar, sólo cuatro funcionaban. En el cielorraso había un paquete fatídico de media sombra, espuma de poliuretano y resina poliéster. Con el fuego ese conjunto desprendió cianuro de hidrógeno, dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y vapores de isocianato, gases tóxicos mortales..
De los cuatro extractores, dos estaba apagados, el plano con el cual se obtuvo la habilitación no coincidía con lo construido en la realidad: los pasillos no eran reglamentarias, las salidas de emergencia tampoco.
Si a pesar de todo eso el lugar funcionaba, es porque los propietarios eran irresponsables pero, sobre todo, gracias a la completa falta de control y verificación del funcionamiento de este tipo de espacios de concurrencia masiva.
Sin ánimo de comparar la escala, la tragedia ocurrida en Bahiense del Norte como consecuencia del temporal de diciembre de 2023 que derribó una pared que mató a 13 personas, es en parte resultado de una desidia similar.
El club no tenía, de acuerdo a lo que se indica en el expediente judicial, completado el trámite de habilitación, con lo cual no se debía haber permitido el espectáculo de patín por el cual había tanta gente en el lugar. Tampoco se tomó en cuenta el alerta naranja que anticipaba un temporal.
La realidad es que esa misma noche había varios eventos –cenas, festivales, bailes—en distintos clubes de la ciudad que no tienen habilitación para ese tipo de encuentros. Lo hacen fuera de la ley.
Hay un sistema que funciona de manera inadecuada. Hay habilitaciones que no se entregan con la debida celeridad, hay lugares que operan con impunidad, hay autorizaciones que no se debieran otorgar. Existe un gran agujero negro que nunca se termina de cerrar.