Los albos juegan tenis

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Hace 78 años, en marzo de 1946, el club Estudiantes inauguró dos canchas de tenis en el terreno que la entidad poseía sobre calle Ángel Brunel.

Fundado en 1918 por un grupo de estudiantes secundarios, la entidad alba comenzó su funcionamiento sobre la base del fútbol y el básquet, participando con éxito en ambas disciplinas. Prueba contundente de su consolidación fue la inauguración, en 1939, de un estadio de básquet como no existía en la provincia, el cual sería cubierto 20 años después.

Sumó luego una cancha de pelota paleta, una piscina y, en 1946, inauguró en el espacio que luego de convertiría en la llamada “Cancha Nº 3”, con dos canchas de tenis con piso de ladrillo molido, habilitando así una nueva actividad.

Para su inauguración organizó una serie de partidos y a pesar de haber tocado una jornada inestable desde lo climático la misma “no restó brillantez a la ceremonia.

El acto contó con la presencia del titular del club, el médico Osvaldo Casanova, el presidente de la Asociación Bahiense de Tenis, Jean Kunneyl, y allegados a la actividad tenística.

Se desarrollaron partidos de dobles caballeros, dobles damas y dobles mixtos, participando “los mejores elementos con que contaba la ciudad”, resultado “muy interesantes las partidas desarrolladas”.

Entre aquellos primeros jugadores se contaban Amelia C. de Pronsato, Pilar R. de Tilve, Grace Wentzler, Amanda Bartocci, Benito Franchini, José Preti, Otto Hirsch y Lázaro Auliel.

Terminados los encuentros, los asistentes se trasladaron a la sede social para compartir un copetín.

Las canchas de tenis perduraron hasta fines del 50, cuando el espacio fue ocupado por una cancha de básquet, también destinada a la práctica de fútbol, hándbol y vóley. Ese histórico espacio fue arrasado por el temporal del 16 de diciembre último, estando ya en marcha el proceso de reconstrucción.