Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Lo condenaron hace 15 años a perpetua y recién ahora dejaron firme el fallo

Daniel Ernesto Miño fue sentenciado por el homicidio del exgerente del Banco Francés, Claudio Blythman, registrado a principios de 2002 en una casa del barrio Palihue. Recursos de la defensa y dilaciones demoraron la resolución del caso.

Fotos: Archivo LN.

   Quince años pasaron para que, finalmente, quedara firme la pena de prisión perpetua que la justicia bahiense le impuso a Daniel Ernesto Miño por el crimen del exgerente del Banco Francés, Claudio Blythman.

   Las distintas apelaciones presentadas por su defensor, sumadas a la dilación de los organismos que resolvieron cada una de ellas, determinaron que permaneciera tanto tiempo en la cárcel de Villa Floresta en calidad de procesado.

   El pasado 21 de mayo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación no hizo lugar al último recurso que disponía y determinó la firmeza de la sentencia que el 30 de junio de 2004 le impuso el Tribunal en lo Criminal Nº 3 de nuestra ciudad.

   La Corte declaró inadmisible un recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley presentado por el letrado que lo asiste.

   Miño arribó en libertad al debate por el homicidio registrado en marzo de 2002, y escapó el mismo día en que se dio a conocer la sentencia.

   Permaneció un año prófugo y desde hace casi 14 se encuentra alojado en la Unidad Penal Nº 4.

   “Una muestra del recorrido de esta causa es que el fallo condenatorio fue apelado por su defensor ante el Tribunal de Casación provincial, que finalmente lo confirmó. Posteriormente la Suprema Corte bonaerense dijo que la autoría no estaba debidamente fundada en la resolución, por lo que la envió nuevamente a Casación, para que otra sala se expida en ese sentido. Posteriormente apelaron nuevamente a la Corte y luego a Nación, que finalmente declaró inadmisible el recurso”, describió una fuente judicial consultada por “La Nueva.”.

   En agosto de 2012, Miño realizó una huelga de hambre durante varios días reclamando su excarcelación por considerar “irrazonable el plazo de prisión preventiva que venía purgando”, sosteniendo “que se produjeron “dilaciones indebidas en la etapa recursiva”.

   En varias ocasiones los jueces bahienses negaron pedidos de este tipo realizados por el detenido y las resoluciones fueron confirmadas por la Cámara Penal.

Ahora pide salidas

   Tras quedar firme la sentencia, el Tribunal en lo Criminal Nº 3 realizó el correspondiente cómputo de pena y, en caso de no ser apelado, se girará la causa al Juzgado de Ejecución, a cuyo cargo quedará el detenido.

   Miño, hace aproximadamente un mes, solicitó el beneficio de salidas transitorias, que aún no fue resuelto por los magistrados, ya que se pidió una serie de informes a las autoridades carcelarias.
Según la ley vigente al momento del hecho, para las condenas a prisión perpetua se establecía un plazo mínimo de 20 años de detención para estar en condiciones de requerir la libertad condicional.

   En la actualidad, y a partir de modificaciones realizadas por los legisladores, ese monto se elevó a 35, además de eliminar la posibilidad de otorgar beneficios anticipados a detenidos por delitos graves.

Un delito conmocionante

   El 30 de junio de 2004, los jueces Raúl Guillermo López Camelo, Pablo Hernán Soumoulou y Daniela Fabiana Castano, entonces a cargo del Tribunal en lo Criminal Nº 3, condenaron a prisión perpetua a Miguel Angel Ockier (su sentencia quedó firme) y a Daniel Ernesto Miño, por el crimen de Claudio Blythman.

   Consideraron acreditado que entre la noche del 24 de marzo de 2002 y la madrugada del día siguiente, en una casa de Kennedy al 500, Ockier, Miño y un menor amordazaron a Blythman y lo inmovilizaron de pies y manos con cinta adhesiva.

   Después, con el empleo de un arma blanca, le infirieron más de 25 puñaladas en distintas partes del cuerpo y le colocaron una bolsa de nylon en la cabeza, obstruyéndole la respiración y causándole la muerte. El hecho --según el fallo-- se cometió para facilitar el robo de varios elementos.

   Miño llegó en libertad al debate y se ausentó el día en que se iba a leer el fallo, manteniéndose prófugo poco más de un año, hasta que fue capturado en Sierra Grande, donde vivía bajo una falsa identidad.

   Días más tarde, el sujeto limó los barrotes de la celda y huyó de la comisaría Primera de Viedma, donde aguardaba su traslado a Bahía Blanca. Finalmente, a principios de octubre de 2005, se lo detuvo en la capital rionegrina, oculto en un departamento del barrio Parque Independencia.

No le sorprende

   Desde el momento en que se dictó la sentencia, la familia de Claudio Blythman siguió de cerca la situación de los dos condenados por el crimen.

   En las últimas horas, Ricardo, padre de la víctima, admitió no estar sorprendido por el tiempo transcurrido hasta la firmeza del fallo condenatorio de Miño.

   “Lamentablemente es una situación que se ve en muchos casos. En causas de personas muertas o de políticos, se ven sentencias después de mucho tiempo. Pese a todo esto, siempre destaco a la justicia de Bahía Blanca, de la que estoy muy conforme”, dijo el hombre en declaraciones a La Nueva.

   También mencionó estar en conocimiento de que ambos sentenciados por el homicidio de su hijo permanecen tras las rejas.

   “Sabemos que siguen detenidos y estoy al tanto, porque una de mis hijas trabaja en la justicia y cada tanto pregunta por el tema”.

   “El deseo mío es que para estos casos la pena sea la máxima posible, porque este tipo de personas es un peligro para todos. Siempre pensé que le deberían aumentar la sanción por el hecho de que estuvo prófugo y hasta se escapó de una comisaría”, finalizó.