Capturaron a Daniel Miño a más de un año de su condena
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Luego de un año, dos meses y veintitrés días de haber sido condenado a prisión perpetua, fue capturado ayer Daniel Ernesto Miño (22 años), uno de los dos acusados por el crimen del gerente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) Francés.
Miño --quien no se presentó a la audiencia final del juicio y a raíz de ello fue ordenada su captura-- fue hallado responsable del salvaje homicidio de Claudio Gustavo Blythman (35), en una resolución dictada el 30 de junio del año pasado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3.
El prófugo fue aprehendido en Sierra Grande por personal policial de la comisaría Decimotercera de aquella ciudad ubicada al sur de la provincia de Río Negro, cuando minutos antes de las 15 de la víspera, se lo sorprendió en la vía pública.
"La DDI de Bahía Blanca le venía rastreando las pisadas a este hombre y recientemente detectó una información muy precisa que indicaba el lugar dónde estaba residiendo, utilizando un nombre falso", indicó una fuente policial consultada.
La información consignó que Daniel Miño decía llamarse Pablo Matías Morales y compartía --bajo esa falsa identidad-- una vivienda con un compañero de trabajo.
"A partir de un trabajo conjunto, en el día de la fecha (por ayer) se lo pudo detener y actualmente está alojado en la sede la comisaría 13 de aquella ciudad", manifestó el mismo vocero.
El próximo paso será dado la semana venidera, cuando una comisión policial de la Delegación Departamental de Investigaciones bahiense, se traslade hasta Sierra Grande para efectivizar el traslado de Miño.
"Está anoticiado el doctor (Raúl Guillermo) López Camelo, quien ya ofició a la justicia en turno de allá, y el martes saldrá una comisión de la DDI para traerlo. Este fue un interesante trabajo mancomunado entre la DDI y la policía de Río Negro", aseguró el vocero.
Es que, al parecer, Miño estaba "medio marcado desde hace unas semanas, pero hoy (por ayer) se dio la posibilidad de encontrarlo caminando por la calle", manifestó la misma fuente.
Otros escondites. Miño estaba en Sierra Grande debido a que trabajaba en las minas de hierro existentes en el lugar, pero estaría confirmado que esa ciudad no habría sido su único lugar de residencia.
"Los investigadores sabían que había estado escondido por la zona de Médanos, donde trabajó en la cosecha de la cebolla, con un nombre supuesto y formando parte del plantel `golondrina', pero también estuvo en Neuquén, donde hizo trabajos de plomería con su padre. Pero la información siempre llegaba un poco tarde", confió el informante.
Los distintos lugares visitados por Miño, al parecer, formaron parte de la estrategia empleada para mantenerse prófugo.
"Incluso se habló de que estuvo en Azul, pero siempre se mencionó que estaría en lugares en los cuales existían grandes obradores, que le permitían pasar desapercibido", comentó la fuente.
Lo que sí tendrían comprobado los investigadores es que Miño, quien tenía pedido internacional de captura, en ningún momento salió del país.
El sujeto ya fue puesto a disposición del doctor Pablo Hernán Soumoulou, titular del Tribunal en lo Criminal Nº 3, y estimativamente para el miércoles se producirá su arribo a nuestra ciudad.
La huida de Miño --algo previsible, por otra parte-- se dio en el marco legal que regula el Código Procesal Penal, ya que el individuo, que llegó en libertad al debate, no tenía obligación de asistir a la audiencia final y sólo debía presentarse en la primera jornada del juicio, medida que sí cumplió.
Con la misma sanción que a Miño se condenó a Miguel Angel Ockier (22), considerado coautor del gravísimo delito --cometido en marzo de 2002, en la vivienda que la víctima ocupaba en el barrio Palihue--, y quien ya purga la condena porque se encontraba detenido.
Falta de mérito. Miño había recuperado la libertad el 21 de junio de 2002, cuando la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de nuestra ciudad --integrada por los doctores Alejandro Omar Aispuro, Jorge Enrique Alcolea y Guillermo Alberto Giambelluca--, dictó la falta de mérito en su favor, tras revocar el auto de prisión preventiva resuelto por la jueza de Garantías Nº 1, doctora Gilda Stemphelet.
Y, por encontrarse prófugo y en rebeldía, el 15 de agosto del año pasado, el mismo tribunal que lo condenó --integrado por los jueces Daniela Fabiana Castaño, Raúl Guillermo López Camelo y Pablo Hernán Soumoulou--, había desestimado el recurso de apelación interpuesto en favor de Miño por su defensor, doctor Daniel Castro.
La resolución de los jueces desestimó el pedido de recurrir al Tribunal de Casación bonaerense la sentencia dictada poco más de un mes antes.
"Cierra un capítulo muy triste"
"El dolor no se atenúa con nada; lo que pasa es que el tiempo va cicatrizando un poco la herida. Y el hecho de que, gracias a Dios, este individuo esté detenido, que es lo que se merece, para mí cierra un capítulo muy triste de mi vida", manifestó ayer al atardecer Ricardo Blythman, padre de la víctima, al ser consultado telefónicamente en su vivienda de Adrogué.
Blythman se mostró agradecido por la tarea realizada en la búsqueda de Miño.
"En su momento resalté la labor de los jueces, del fiscal Pedro Munguía y ahora tengo que hacer lo mismo con la policía, en la persona del capitán (Abel) Maggi, que según sabía yo estaba encargado de la búsqueda de este individuo y a quien no conozco todavía", dijo.
"Hoy en día es difícil que este tipo de actuaciones, en las que tienen que ubicar a una persona, arroje un resultado positivo. Pero esta vez se dio y tengo pensado, en el término de diez o quince días, hacer un viaje a Bahía Blanca para agradecer públicamente la actuación de la policía", anticipó Blythman.
El hombre aseguró haber mantenido permanente información sobre los pasos que se realizaban en procura de lograr la captura de Miño.
"Periódicamente yo me comunicaba con ellos (por la DDI) o con parte de la justicia que, por sus trabajos, considero que estaban en permanente contacto. Por eso, por una u otra fuente, sabía que estaban detrás de este individuo y que en cualquier momento lo iban a localizar", concluyó.