La IA en el mundo del trabajo: revolución tecnológica y desafíos humanos
La irrupción de la IA genera tanto entusiasmo como temores. Seis de cada diez trabajadores temen que afecte su estabilidad laboral, según un informe de Adecco.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
La Inteligencia Artificial ya no es una promesa futurista, sino una realidad que atraviesa empresas de todos los sectores, desde la programación hasta el derecho y la logística.
Si bien solo el 13% de las compañías reemplazó roles humanos con esta tecnología, el debate está abierto: ¿es una amenaza a la estabilidad laboral o una oportunidad para potenciar el talento humano?
La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un tema de laboratorio para instalarse de lleno en la rutina laboral de miles de trabajadores.
Su adopción es masiva: según Great Place To Work, el 78% de las compañías ya utiliza herramientas basadas en IA. El fenómeno es global y se refleja en datos contundentes: el 97% de los programadores ha recurrido a sistemas de asistencia y más de la mitad de las pymes en América Latina ya la integraron en sus operaciones.
Detrás de la fascinación tecnológica, sin embargo, surge una pregunta clave que interpela tanto a empresarios como a trabajadores: ¿cómo aprovechar el potencial de la IA sin perder de vista el valor humano que sostiene a las organizaciones?
Un cambio cultural
La irrupción de la IA genera tanto entusiasmo como temores. Seis de cada diez trabajadores temen que afecte su estabilidad laboral, según un informe de Adecco, aunque una abrumadora mayoría (76%) reconoce que las habilidades humanas siguen siendo insustituibles.
Este escenario de dudas y resistencias naturales a cambiar las rutinas de trabajo convierte la implementación de la IA en un desafío más cultural que técnico.
En este contexto, el rol del liderazgo es determinante. La directora de TR Consultores, Jimena Ferreño, advierte que "la transformación digital solo es sostenible si pone a las personas en el centro".
Lejos de ser un administrador técnico, el líder debe convertirse en un facilitador que guíe, escuche y acompañe a los equipos.
El objetivo es que la transformación sea percibida como una oportunidad compartida y no como una imposición que desplaza lo humano.
Sectores en plena transformación
El impacto de la IA se siente con fuerza en diversas industrias:
--Programación: Herramientas que autocompletan código y generan pruebas automáticas están redefiniendo el sector. Gonzalo Airoldi, de Aditi Consulting, explica que si bien "la IA supera al ser humano en tareas básicas de programación, el verdadero diferencial de los programadores está en el pensamiento crítico y la creatividad". Lejos de eliminar puestos, la tecnología está modificando el perfil requerido: el mercado ahora busca "arquitectos de soluciones" capaces de pensar en escalabilidad, seguridad y estrategia. La IA, incluso, funciona como un aliado que reduce las barreras de entrada para perfiles junior.
--Derecho: Ya existen agentes de IA especializados que pueden interpretar contratos, analizar riesgos regulatorios y proponer estrategias de cumplimiento normativo. Marcelo Brandariz, socio de PwC Argentina, lo define sin rodeos: "esto no es ciencia ficción, es el presente del derecho corporativo".
--Logística: Agentes autónomos optimizan rutas, gestionan inventarios y monitorean flotas en tiempo real, aprendiendo de experiencias pasadas para ejecutar acciones de manera independiente. Esto libera a los equipos de tareas repetitivas para que puedan concentrarse en la planificación estratégica y la construcción de relaciones de valor.
Las cuatro "A"
Nicolás Cánovas, director de AMD para Latinoamérica, resume el proceso de adopción de la IA en cuatro etapas progresivas: Asistencia (responder consultas), Acción (ejecutar tareas puntuales), Automatización (sistematizar procesos completos) y Autonomía (tomar decisiones bajo parámetros definidos).
En Argentina, la mayoría de las empresas se encuentra entre la asistencia y la automatización, con el desafío de avanzar hacia modelos más autónomos garantizando un marco regulatorio adecuado y equipos capacitados.
La reconversión laboral
La empleabilidad del futuro no dependerá tanto de los títulos universitarios, sino de la capacidad de aprendizaje continuo, la adaptación y el desarrollo de habilidades blandas como la comunicación, la resiliencia y la creatividad.
Como señala Julián Blausztein, de Adecco Argentina, "la IA ya no es opcional, es parte del día a día laboral".
Las competencias más demandadas serán el pensamiento sistémico, la innovación sostenible y la autoformación constante. La clave, como remarcan desde la empresa NeuralSoft, está en equilibrar lo tecnológico con lo humano: la IA automatiza, pero las personas diseñan estrategias y gestionan relaciones.
El futuro del trabajo en Argentina dependerá de la capacidad de integrar tecnología sin desplazar lo humano. La pregunta ya no es si la IA cambiará el mundo laboral, sino cómo decidiremos convivir con ella: como una amenaza a temer o como una oportunidad para reinventarnos.