Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Así deben ser los nuevos lomos de burro que se construyan en la ciudad

El Concejo Deliberante sancionó una ordenanza por la cual se modifica la normativa que rige en la materia. Incorpora cuestiones técnicas.

Fotos: Emilia Maineri-La Nueva.

Criticados por automovilostas y cuestionados por especialistas como inadecuados para la agilidad vial y hasta señalados como anticonstitucionales, los denominados lomos de burro siguen siendo uno de los recursos utilizados como “reductores de la velocidad”.

Si bien en los últimos meses se han retirado varios de estos elementos en la ciudad, siguen existiendo incluso en lugares inconvenientes como son el camino de La Carrindanga, el parque de Mayo y otras vías de circulación importantes.

Ahora, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza por la cual modifica la normativa que rige en la materia, no para prohibir el uso de estos elementos sino para incorporar cuestiones técnicas en cuanto a su construcción y dimensiones.

Desde la subsecretaria de Movilidad Urbana y Transporte se justificó esta presencia en respuesta “a la necesidad de reducir la velocidad en áreas urbanas” mediante esta estructura que obliga a disminuir la velocidad “al pasar sobre ellos”.

La actual ordenanza establece el uso de lomos tipo “meseta”, los cuales tienen una altura máxima de 7 cm, un metro de largo y cubriendo todo el ancho de la calzada, aunque en realidad son los menos habituales de encontrar. 

También se indica –exigencia que en la mayoría de los casos tampoco se verifica--  que deben estar demarcados con pintura vial amarilla.

Por otra parte, un informe elaborado por el Grupo Interdisciplinario para el Estudio de la Colisión Vial (GIECOV) advierte un incremento en la cantidad de siniestros viales, problemática que exige acciones de parte del Estado Municipal.

Lomos deficientes

Lo cierto es que ahora el Departamento de Ingeniería de Tránsito reconoció “que el actual sistema de mesetas posee deficiencias” y que al, mismo tiempo, es cada vez mayor la cantidad de pedidos vecinales que solicitan su colocación.

Decididos entonces a mantenerlos y a sumar otros, se determinó realizar una nueva reglamentación de cómo deben ser resueltos los mismos, siempre con el objetivo de “disminuir los siniestros, controlar las velocidades y reducirlas en puntos de mayor concurrencia”.

Los diseños que se deberán utilizar de ahora en adelante son los del tipo denominado Hump (Meseta) y Bump (bulto).

En vías y arterias con significativa presencia de peatones, el objetivo será reducir la velocidad hasta 10 y 20 km/h, para lo cual se emplazarán los reductores tipo bump, que tienen entre 15 centímetros y un metro de ancho y de 7 a 10 centímetros de alto. Son los más “violentos” y dañinos para los vehículos.

En inmediaciones a parques, establecimientos deportivos y centros educativos, donde la finalidad es reducir las velocidades hasta 40 km/h se emplazarán los tipo “Hump”.

Dentro de los mismos se encuentran los de forma de lomada con senda peatonal y los que presentan pasos sobre elevados. Sus medidas son de 4 a 6 metros de ancho y entre 7 a 10 centímetros de alto.

En todos los casos deberán estar debidamente señalizados y demarcados. Es importante en este caso que la cartelería advierta la presencia de los lomos de burro se realice unos metros antes y no sobre el mismo lomo.

También es importante que se renueve la pintura reflectiva, sobre todo para hacerlos visibles en horarios nocturnos.

Bumps y Humps

Esos son nombres de los modelos propuestos por la nueva ordenanza. Los bumps son más pequeños que los humps. Tienen de 30 a 60 centímetros de ancho. Los humps, por su parte, tienen un ancho que varía desde 3 hasta 4 metros y permite que los vehículos los atraviesen a una velocidad más controlada y suave.

Los bumps tienen una forma más aguda y abrupta, lo que provoca una interrupción más brusca en la velocidad. En contraste, los humps tienen una forma más suave y redondeada, lo que permite pasar por encima de ellos a una velocidad más moderada.

En cuanto a la profundidad, los bumps son más altos, lo que causa un salto más fuerte cuando se pasa por encima, Los humps son más bajos y permite pasarlos con una interrupción mínima de la velocidad.

La elección entre uno y otro depende de la cantidad de tráfico y de la velocidad deseada. 

Daray: “No sirven como reductores”

Rubén Daray, ex piloto de automovilismo y desde hace años a cargo del programa de TV A todo motor, que luego sumó una revista y un portal web, es un conocido crítico del uso de los lomos de burro.

“Un lomo de burro no actúa como reductor de velocidad. Para reducir la velocidad hay que poner cartelería indicando el máximo admitido. Poner lomos es realmente de burros. Son elementos que rompen la amortiguación y dañan los neumáticos, incluso aunque se los pase a una velocidad mínima. Muchos accidentes de tránsito se generan tiempo después por los daños que generan, incluso pasando muy despacio. Hay que sacarlos hoy mismos, todos”.

"Un lomo de burro nunca debería tomarse a más de 10 km/h, pero eso casi nunca ocurre. Como consecuencia, muchos coches nuevos tienen sus amortiguadores en muy mal estado, teniendo esos dispositivos viales parte de la culpa", amplió.

Y cerró: "Así que lo que debería ser un elemento para ganar seguridad se convierte discretamente en algo que nos la quita".