Estomba y Colón: señal alentadora para una esquina histórica
Las principales intervenciones en el edificio de la Aduana Nacional comprenden la reconstitución de la fachada, la restauración de la carpintería y la adecuación de cubiertas y pluviales.
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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
“Se levantan los muros del nuevo Banco Nación y en diez días se duplicará el personal para acelerar la construcción. El señor Gerardi no descuida un momento los trabajos con el propósito de darlos por terminados en diez meses”. La Nueva Provincia, 21 de junio de 1903.
El cartel es modesto y se colocó sin anuncios ni estridencias. Pero anticipa una obra que modificará el preocupante estado del histórico edificio que ocupara desde 1921 —y hasta 2018— la Aduana Nacional, en la avenida Colón y Estomba, inaugurado en 1904 como sede del Banco de la Nación Argentina.
El inmueble lleva hace cinco años oculto detrás de una estructura de andamios y telas tipo media sombra, una suerte de cerco propio de las obras en construcción, pero montado con carácter preventivo para evitar que un eventual desprendimiento de revoques, molduras u otros elementos del frente dañen a los ocasionales peatones.
La situación empieza, finalmente, a tomar otro rumbo con la decisión del organismo de poner en marcha la puesta en valor de las fachadas y la reparación integral de sus cubiertas.
La obra ratifica, además, la decisión de la Aduana de volver a ocupar el lugar, modificando la postura tomada al momento de su cierre y cederlo a la Agencia de Administración de Bienes del Estado para que disponga de un nuevo destino para el inmueble.
Incluso, el Concejo Deliberante local inició gestiones para obtenerlo con la idea de ocuparlo.
La protesta de los propios empleados de la Aduana solicitando recuperar ese espacio de tanta significación para ellos terminó por modificar esos planes y derivó en este primer paso para ponerlo en condiciones y recuperar su uso histórico.
Los pasos
De acuerdo con información suministrada por el organismo a este medio, la intervención es la primera etapa de la recuperación del inmueble, “cuyo interés estratégico fue puesto en evidencia con el reclamo de los trabajadores”, según explican.
En diciembre último, las áreas centrales de la AFIP relevaron las condiciones del edificio y elaboraron un informe con las principales problemáticas a resolver.
Un mes después, la Dirección de Infraestructura y Logística de la entidad presentó las especificaciones técnicas de las tareas de desarrollar.
Dado al carácter patrimonial del edificio, el primer paso fue presentar ante la Municipalidad el proyecto para su consideración y aprobación.
Obtenido el visto bueno, se procederá a licitar la obra que tendrá un plazo estimado de ejecución de 120 días.
Las principales intervenciones comprenden la reconstitución de la fachada, la restauración de la carpintería y la adecuación de cubiertas y pluviales.
“La idea es recuperar la fachada para la ciudad, quitar el vallado y liberar la vereda. Terminada esta etapa, se volverá a ocupar el sitio con una dotación mínima de personal a la espera de una segunda intervención que involucra al edificio anexo, con acceso por la avenida Colón”, agregaron desde la AFIP.
Edificio con historia
Este año se cumplen exactamente 120 años del momento en que el empresario Antonio Gerardi comenzó el replanteo del edificio destinado a servir como sucursal del banco de la Nación.
“Saludamos complacidos el comienzo de esta obra, porque ella ha de señalar el comienzo de una era de verdadero progreso para Bahía Blanca”, señaló este diario entonces.
El proyecto fue realizado por el arquitecto noruego Alejandro Christophersen (1866-1946), uno de los profesionales más destacados de la época, egresado de la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas y adherente a la arquitectura historicista ecléctica.
Un momento de la construcción del entonces Banco Nación, en el año 1903.
Christophersen fue autor, entre decenas de obras, de las residencias de las familias Unzué y Anchorena, del café Tortoni, del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
El edificio fue el primero en ocupar la denominada manzana fiscal, propiedad del Estado nacional y parte de la manzana fundacional.
Inaugurado en el año 1904, pasó a servir como sede de la Aduana en 1921, cuando la institución bancaria se mudó a la nueva sede de las calles Moreno y Estomba.
Los otros cercos
Es de esperar que la adecuación de la Aduana sirva de incentivo para que se comience a trabajar sobre otros edificios emblemáticos locales que también están escondidos detrás de cercos preventivos debido a su mal estado.
La referencia es a la Escuela Nº 2 de Vieytes 51; el ex Hotel Sudamericano, de avenida Colón y Brown y el edificio de Correos (con pantallas protectoras en sus accesos de calle Moreno).
A cinco años del bicentenario fundacional, el 11 de abril de 2028, sería sin dudas una buena manera de manifestar el respeto de la ciudad por estos testimonios del pasado, muchos de los cuales fueron construidos, precisamente, como expresión del progreso y confianza al celebrar sus primeros cien años de existencia.