Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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La potente draga de Jan de Nul que trabaja en el canal principal

La Ortelius, de 112 metros de eslora y bandera de Luxemburgo, fue construida hace dos años y se encuentra operando en tareas de sobredragado, para mantener profundidades, en la zona del Canal del Toro.

   El sistema portuario de la Ría de Bahía Blanca tiene como eje central un canal de 97 kilómetros de longitud y 190 metros de ancho de solera. Esta vía permite la navegación de buques de hasta 45 pies de calado y la entrada y salida simultánea de los mismos.

   Esta vía por ser una ría con aporte constante de sedimentos requiere de trabajos dragado permanente.

   En estos momentos se está trabajando en este mantenimiento programado y los trabajos están a cargo de la empresa Jan de Nul, una empresa líder en actividades de dragado y construcción marina, como también en servicios especializados para la industria off shore de petróleo, gas y energía renovable.

   Las tareas llevarán aproximadamente 45 días de trabajo, hasta asegurar tres pies de sobredagrado sobre los 45 de profundidad del canal.

   En cuanto al sobredragado, esta modalidad comenzó a ser instrumentada, recientemente, con éxito. Consiste en dejar el canal principal en 48 pies, permitiendo alargar el período libre de mantenimiento hasta fines del año próximo.

   Estas actividades marinas centrales se ven reforzadas por las capacidades civiles y ambientales internas del Grupo Jan De Nul, que ofrecen a los clientes una solución de paquete completa.

   Para el trabajo actual, Jan de Nul ha asignado la draga Ortelius que está operando en tareas de sobredragado, hasta 48 pies, para mantener profundidad en la zona del Canal del Toro de la ría local.

   La Ortelius, nave de 112 metros de eslora y una de las más modernas de la empresa, fue botada hace dos años. Es la primera vez que realiza trabajos en el estuario bahiense, porque se la considera ideal para operar en esa zona por su buena capacidad de operación.

   En tal sentido, el buque posee 6.000 metros cúbicos de capacidad y es un barco de emisiones ultrabajas (ULEv) y puede dragar hasta 35 metros de profundidad.

   Además, está equipado con un sistema de filtro catalítico de dos etapas, que hace que los óxidos de nitrógeno sean inofensivos y con un filtro de hollín que bloquea las partículas más finas.

   La profundización del canal a 45 pies con marea baja (50 en alta) permite que los barcos salgan cargados a pleno durante un espacio mayor de tiempo y que lleguen buques de mayor porte, condición que justifica fletes lejanos.

   Los beneficios de la obra y el carácter estratégico que tiene, no solo para la región, sino para el país, reside en la posibilidad de captar buques de mayor tamaño.

   El empleo de grandes barcos genera una disminución del costo de los fletes, exige cada vez mayor profundidad, una condición que la hidrovía, a diferencia de White, no puede ni podrá ofrecer.

   Hasta ahora los Panamax, es decir, buques de 200/220 metros, con capacidades de carga de 60/70 mil toneladas venían a completar 20/30.000 a Bahía, pero ahora lo hacen buques de más de 300 metros.

   Jan de Nul opera en la ría local desde 1996, habiendo realizado en 2013 el último dragado grande de profundización. 

   El puerto local tiene importancia estratégica para la empresa porque puede ser una base operativa para las operaciones off shore de petróleo que se han proyectado en nuestras costas, además del tráfico de arena para Vaca Muerta que desde sus canteras en Entre Ríos podrían trasladar desde el puerto local, por tren hasta los yacimientos, si se concreta el proyecto del ferrocarril hasta Añelo.