Bahía Blanca | Viernes, 10 de mayo

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Escenario político: perspectivas de un nuevo eje de poder con sucursal en Bahía Blanca

Tras una delicada jugada en los más altos niveles, la decana de Derecho de la UNS, Pamela Tolosa, ocupará una silla en el estratégico Consejo de la Magistratura de la Nación. ¿Nace una figura política de primera clase para nuestra ciudad?

Pamela Tolosa, Diego Molea y Luis Calderaro.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Habían pasado dos horas desde la confirmación del ingreso al Consejo de la Magistratura de la decana de Derecho de la UNS, Pamela Tolosa, y seguían los festejos en los despachos de sus principales promotores: el ahora expresidente del Consejo pero todavía miembro del cuerpo, Diego Molea, rector de la Universidad de Lomas de Zamora; junto con uno de sus principales laderos, el bahiense Luis Calderaro, concejal en uso de licencia y actual director de Relaciones con la Comunidad Académica del Ministerio de Justicia de la Nación.

   Una compleja arquitectura que tuvo como principales constructores a Molea y Calderaro permitió la llegada de Tolosa a un cargo de gran peso, porque ahora forma parte del reducidísimo grupo de personas que definen los destinos del Poder Judicial de la Nación (PJN). La Magistratura, nada menos, selecciona y remueve jueces del fuero federal.

   Por principio republicano, el organismo es uno de los sostenes de un poder independiente del Estado. Por realpolitik, es un instrumento que según cómo se use puede arrinconar gobiernos y figuras públicas.

   La obtención de esa silla se celebró como un gol en Qatar. Pero para entender las razones hace falta un poco de contexto. La Corte Suprema de Justicia determinó en diciembre de 2021 la inconstitucionalidad de una ley sancionada en 2006 (gobierno kirchnerista) que reducía el número de miembros del Consejo de la Magistratura de 20 bancas a 13: 7 para el poder político (tres diputados, tres senadores y un representante del Ejecutivo) y 6 para los estamentos técnicos (tres jueces del PJN, dos abogados de la matrícula y un académico).

   A su vez, en esa sentencia la Corte otorgó 120 días para modificar la ley o, vencido ese plazo, había que volver a la composición de 20 integrantes, con 11 técnicos y 9 políticos. El fundamento es que con 13 no se respetaba el mandato constitucional de mantener equilibrio entre políticos, jueces y abogados.

   El plazo expiró el viernes pasado sin que haya nueva ley y la Corte reconfiguró la cantidad de miembros. Como dato central, el nuevo Consejo de la Magistratura prevé la incorporación de un juez de la propia Corte para que ocupe la presidencia. Es decir, de estar fuera pasa a tener el control. Y el flamante presidente es el mismísimo titular del tribunal supremo, Horacio Rosatti, una de las figuras públicas más detestadas por el kirchnerismo.

   De origen peronista y exministro de Justicia de Néstor Kirchner entre 2004 y 2005, Rosatti luego se distanció del redil K y en 2016 llegó al máximo tribunal junto con el radical Carlos Rosenkratz, bajo el gobierno de Mauricio Macri. Cristina Kirchner lo tiene apuntado como uno de los referentes más rancios de lo que denomina "casta judicial", parafraseando a la "casta política" de Javier Milei. Se sabe: el problema vital de la vicepresidenta, la nube negra que la persigue, es el frente judicial. Por eso hay que leer la nueva conformación de la Magistratura con ese código. Más allá de la división entre técnicos y políticos, hay consejeros más afines al Frente de Todos y, otros, a la oposición.

   ¿De qué lado queda, entonces, Pamela Tolosa? En una mirada simple, de los afines al Frente de Todos. Pero, en rigor, no se le conoce militancia política por ningún partido e incluso se la señalaba como proclive a Cambiemos cuando en su rol de decana de la Universidad del Sur trabajaba en conjunto con el ministro macrista Germán Garavano. Luego se la ubicó en el peronismo por sus buenas migas con Molea, un hábil justicialista que tiene conexiones tanto con el massismo como con el kirchnerismo y el grupo de los intendentes del Conurbano. 

   Sin embargo, no hay registro de manifestaciones públicas de Tolosa en un sentido u otro. Es más, si bien accede al Consejo por impulso de dirigentes peronistas, hubiera sido imposible conseguir los respaldos suficientes sin la anuencia del radicalismo, partido que sufrió todo tipo de vaivenes en los últimos 20 años pero nunca perdió vigor en el entramado de nombramientos judiciales y afines.

   Los trascendidos hablan de un acuerdo de Molea con el expresidente de Boca y hombre muy cercano a Macri, Daniel Angelici, influyente operador de la UCR en temas judiciales. Pero otros rumores piden no subestimar las conversaciones con el radical porteño Emiliano Yacobitti, mano derecha del presidenciable Martín Lousteau. Una anécdota: Yacobitti acompañó a Lousteau en una visita de campaña a Bahía el año pasado. Además de tejer con los correligionarios de cada distrito, se lo vio muy focalizado en filmar con su celular a Lousteau para mandar videítos proselitistas hacia distintos puntos del país. En los equipos que no son multitudinarios, todos tienen que hacer de todo.

   Como sea, la dupla Molea-Calderaro sale fortalecida. La nueva conformación de la Magistratura quizás termine siendo desfavorable para el kirchnerismo pero nadie podrá negarles que están dejando todo. 

   Una de las primeras noticias en Bahía sobre la existencia de este tándem fue en 2019, cuando organizaron en Bahía Blanca un foro de Justicia y Medios, con disertaciones de funcionarios judiciales y periodistas. Esa vez, uno de los expositores por el lado de los judiciales le dijo al oído a un cronista: "Este (por Molea) de Derecho no sabe nada, pero en la rosca es un campeón". Seguramente de Derecho sabe mucho más que la media, suponer lo contrario sería demasiado despectivo, pero eso no anula la segunda parte de la oración.

   Su último paso conjunto por nuestra ciudad fue el 1 de diciembre pasado, en coincidencia con la visita del ministro de Justicia, Martín Soria, en el marco de una reunión del consejo de decanos de Derecho de las universidades de todo el país. Ocurrió dos semanas antes del fallo de la Corte sobre los cambios en la Magistratura, aunque por esas horas ya se rumoreaba que algo de eso podía suceder. Es incomprobable, pero no habría que descartar que toda la delicada operación Tolosa haya empezado a gestarse ese día, en el café de un hotel céntrico.

   El proceso que condujo a Tolosa al Consejo de la Magistratura no estuvo exento de entresijos y polémicas. ¿Cómo llegó a ser elegida por sus pares del ámbito académico?

   Primero hay que revisar un paso anterior. Una vez conocida en diciembre la decisión de la Corte de ampliar el cupo de consejeros, el grupo de Molea debió afrontar un dilema. Las alternativas eran intentar la vía judicial para trabar la decisión de llevar a 20 miembros a la Magistratura, como hizo sin éxito el FdT del Congreso; o moverse rápido para ocupar los nuevos casilleros sabiendo que en la vía judicial siempre la Corte lleva las de ganar. Se impuso la segunda opción.

   El aumento de cupos en el Consejo determinó la incorporación de una banca para la Corte, una para el sector de los jueces del Poder Judicial de la Nación, dos para los abogados, dos para el Congreso y una para los académicos, allí donde mejor mueven hilos el rector lomense Molea y el decano de Derecho de la Unisal, Calderaro.

   Para imponer su criterio en ese estamento, la jugada más compleja fue organizar el método de elección. En lugar de un sistema donde voten todos los profesores titulares de Derecho de las universidades públicas del país, como proponían las casas de estudio más grandes, se dispuso la creación de un Colegio Electoral con un representante de cada Facultad, lo cual equipara las fuerzas en favor de las universidades más chicas. Léase, casi todas excepto la UBA y la del Litoral, que igualmente tuvieron dos electores cada una debido a que cuentan con más de 50 docentes titulares. Ese movimiento, que se podría catalogar como un triunfo del federalismo sobre el unitarismo, fue clave.

   De allí que los principales cuestionamientos a Tolosa vinieron desde las universidades grandes. De hecho, esa "corpo de abogados centralistas" salió a difundir la idea de que la decana de la UNS era una candidata floja de papeles, con el argumento de que no era profesora titular en la universidad bahiense al momento de conformarse ese Colegio Electoral.

   No obstante, la reglamentación para ser candidato a consejero establecía otra cosa. Para ser elector sí se requería ser profesor titular al lunes 11 de abril, pero para ser candidato a consejero se solicitaba la titularidad para el lunes 18, día de la elección.

   Por lo tanto, la postulación de Tolosa dependía de lograr la categoría antes de esa fecha, ya que si bien es decana de Derecho desde 2017 y en febrero último renovó el cargo por cuatro años más, venía ejerciendo como profesora adjunta. A principios de este mes rindió el concurso para ser profesora titular de Derecho de las Obligaciones y, el miércoles pasado, 13 de abril, hubo sesión ordinaria del Consejo Superior Universitario donde se aprobó sobre tablas su concurso.

   ¿Trámite exprés? Tolosa rindió como única postulante y accedió al cargo apenas un par de semanas después. Sin embargo, quienes transitan los pasillos de la UNS afirman que, en realidad, ese tipo de procedimientos son bastante habituales. Lo cual no quita que puede haber mediado un empujoncito desde las autoridades de la institución.

   Quienes más conocen a Tolosa aseguran que es sumamente puntillosa y que de ningún modo iba a candidatearse sin tener todos los papeles en regla. Incluso abonan la idea de que, en definitiva, fue una candidata de consenso en el ámbito universitario nacional. Hay un punto significativo: encabezó una lista única en esta elección y logró 17 votos a favor, 6 abstenciones (entre ellos, de los dos electores de la UBA y los dos del Litoral, más molestos con el sistema electoral que con la candidata) y ninguno en contra. Por la UNS, valga el dato, el elector designado fue el doctor Hugo Acciarri.

   A propósito de listas de consenso, un repaso por su trayectoria muestra que la magíster también ganó el decanato en ambas oportunidades como candidata única, lo que se puede interpretar como una marcada capacidad para alinear tropas.

   Claro que el respaldo a nivel nacional tiene otras complejidades. En ese aspecto, no puede quedar fuera del análisis que Tolosa camina el consejo de decanos de Derecho desde mucho antes de asumir ese cargo en 2017. Ya desde 2005 acompañaba en aquellas reuniones al entonces decano de la UNS, Tomás Lobato, y más de una vez estuvo como enviada de su confianza. En todos esos años fue construyendo su propia red de vínculos.

   Además dicta cursos en diferentes universidades del país, incluida la UBA. En su currículum consta que es profesora de la Especialización en Derecho de Daños de esa entidad, una cátedra dirigida por el juez de la Corte, Ricardo Lorenzetti, otro "casta" repudiado por los K.

   Y, antes de ser decana, fue secretaria académica del Departamento de Derecho con las gestiones del mencionado Lobato y de Andrés Bouzat, padre del futbolista de Vélez Agustín "Chiqui" Bouzat y hermano del abogado Gabriel Bouzat, que durante muchos años fue socio en su estudio porteño de otro juez supremo, Carlos Rosenkratz.

   La familia judicial es una comunidad más pequeña de lo que parece.

   Volviendo a su nuevo rol en la cocina del poder judicial, hay un trámite demorado que interesa a nuestra ciudad. Se trata del tercer banco del Tribunal Oral Federal. En 2018 habían quedado todos los cargos vacantes pero en febrero de 2021 asumieron los doctores Sebastián Foglia y Ernesto Sebastián, tras superar las instancias de la Magistratura y el Senado de la Nación.

   El tercer pliego, que ya pasó por la Magistratura y está detenido en el Senado, es del actual juez provincial Eduardo D'Empaire. Si bien es difícil que Tolosa pueda influir en la Cámara donde manda Cristina Kirchner, tal vez pueda realizar alguna gestión en favor de quien es su compañero de departamento e incluso se desempeñó como su vicedecano en la etapa anterior. Más aún: no faltan quienes sostienen que D'Empaire fue uno de los mentores de Tolosa. Sea esto cierto o no, sí es real que la relación entre ambos es de profundo respeto.

   Esta nueva posición de la abogada de 46 años, pringlense de nacimiento y bahiense por adopción, finalmente habilita una pregunta. ¿Se convierte Tolosa, por su posición privilegiada en uno de los órganos de mayor poder de la Argentina, en una jugadora política de primera clase en nuestra ciudad?

   Hoy es difícil dar una respuesta, pero se puede aportar una perspectiva. Por un lado, habrá que ver cómo vota en los temas de mayor sensibilidad política que puedan darse en el Consejo de acá a noviembre, mes en que vence el mandato de los miembros de la Magistratura, incluso los 7 que se incorporan con esta modificación. Toda votación delicada hará que quienes no tienen una filiación política definida sean ubicados a uno u otro margen de la grieta.

   Pero por otro lado, más relevante aún, habrá que observar si durante estos meses se circunscribe a cumplir un rol burocrático, de transición, o se posiciona para reelegir su banca a fin de año, lo cual le permitiría tener un mandato por un período pleno de cuatro años más. Allí se consolidaría sin dudas como una dirigente de alto nivel, más allá del perfil político-partidario que adquiera o evite adquirir.

   Por lo pronto, sin dudas su teléfono empezará a sonar más que nunca. La espera un desafío inmenso.

Bonus track: los libertarios alinean a un concejal de Bevilacqua


Obiol, Marra, Casielles y Ravanesi.

   Hace cuatro semanas en esta columna se relató la incipiente conformación en Bahía y la Sexta de un grupo político que apunta a respaldar las aspiraciones de Javier Milei para 2023. Se indicó que había venido a la ciudad uno de sus principales armadores a nivel nacional, el legislador porteño Eugenio Casielles, quien ungió como referente regional a Juan Obiol. A su vez, forma parte de ese grupo un ex de José Luis Espert, el empresario Carlos Alonso.

   Desde aquella publicación se produjo mucho ruido entre quienes se proclaman como los verdaderos representantes de Milei en la Provincia. Entre ellos, Lucas Gazzotti, titular del Partido Libertario bonaerense, quien no ataca a Casielles pero sí niega que Obiol, al que tilda de "kirchnerista" por su origen en el PJ, sea un interlocutor válido. Gazzotti sostiene que la conformación del espacio en esta zona le corresponderá a él y su equipo, integrado entre otros por Mario "Pato" Russo.

   Sea quien fuere la punta de lanza de Milei por estos lados, en las últimas horas circuló una foto que hizo ruido en la región. Se muestra una reunión en Buenos Aires entre Casielles, Obiol, el indiscutido referente mileísta Ramiro Marra y un dirigente de relevancia para un gobierno municipal vecino.

   Se trata de Martín Ravanesi, exsubecretario de Gobierno del vecinalista-massista Carlos Bevilacqua y actual concejal de ese espacio, ya que encabezó la boleta oficialista el año pasado.

   Ravanesi, que no estuvo en el reciente encuentro del Frente Renovador en Médanos, asegura que esa afinidad con los libertarios a nivel nacional de ningún modo le quita pertenencia a Acción por Villarino. ¿Le permitirá Bevilacqua ese doble perfil? Es cuestión de esperar.