Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Trabajo: imposible renunciar

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   La finalidad de un trabajo está ligada a la fuente de ingresos y a la posibilidad de sustento; es sabido que el desarrollo de una tarea remunerada proporciona bienestar social y psicológico. El trabajo confiere un estatus, conforma rutinas y hábitos, es un ordenador social e individual, en gran medida nos estructura y ocupa una parte importante en nuestras vidas.

   Lo ideal es que nos paguen por aquello que disfrutamos hacer pero a veces el ideal se estrella contra con la realidad y la sensación es la de tener que bajar la cabeza y seguir adelante, casi en punto muerto. El contexto no siempre favorece y uno termina agradeciendo por aquello que hasta en ocasiones aborrece.

   Lejos estamos de los países nórdicos, entonces ¿qué hacer cuando no hay posibilidad de cambio? ¿cómo sobrellevar la imposibilidad de cumplir ese deseo de lanzar a los cuatros vientos “renuncio”?

   Las razones para patear el tablero, los motivos para decirle a un jefe “chau, no vengo más” son variados. Desinterés por la tarea asignada, baja remuneración, imposibilidad de desplegar el potencial, ninguneo, aburrimiento, dificultades para ascender y consolidar una carrera, un jefe que en lugar de motivar te inhibe; exceso de responsabilidad, son algunos de los motivos, y si además un tercio de nuestra vida transcurre trabajando el panorama no es alentador.

   De esta manera el malestar psicológico, los problemas físicos como consecuencia de la somatización, los vínculos tales como pareja, familia, amistades se alteran, y así el malestar laboral pasa a ser parte de una mochila y pareciera no existir una brújula que indique la ruta adecuada.

   Satisfacción laboral y estado de bienestar físico y psicológico están en estrecha relación. Entonces ante un entorno tóxico, un mal jefe, horarios complicados, bajos ingresos, nulo reconocimiento, al margen de la fe en San Cayetano ¿qué podemos hacer?

   Cuando cambiar las circunstancias es un impedimento es momento de concentrar la energía en un cambio de mentalidad. ¡Atención! No es resignación, sino que se trata de ser estratega y encontrar el lado positivo y de tomar el control de la situación.

   Escribir siempre ayuda, por lo tanto discriminar qué situación, emoción, están bajo tu control es el primer paso, de esta forma podés distinguir entre aquello de lo que podés hacerte cargo y de lo que no es tu competencia; el malhumor del jefe es de él y no debe tener impacto en tu vida.

   La pandemia dejará un cambio de paradigma también en el ámbito laboral, motivo por el cual esta es la oportunidad para pedir un cambio, una adaptación, un horario diferente; nos enfrentamos a nuevos estilos en las jornadas de trabajo y el tema debe ser investigado.

   En Psicología decimos que cuando te sentís incapaz de realizar las tareas, te volvés improductivo, el hecho de pensar en el trabajo ya te resulta agotador y, compañeros, clientes o jefes despiertan tu ira, tal vez es momento de renunciar.

   Pero en Psicología también decimos que estamos en Argentina y ante un panorama complejo asumir que la insatisfacción no será para siempre, que diseñar un plan alternativo siempre conecta con lo creativo y aleja de la frustración y esta es la vía que permite ver soluciones donde solo se ven problemas.