Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Rivadavia tiene su monumento

Casi medio siglo demandó materializar la obra.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 90 años, en septiembre de 1929, se eligió la propuesta ganadora del concurso organizado por el municipio para realizar el monumento a Bernardino Rivadavia a ubicar en la plaza homónima de nuestra ciudad.
   Dos intentos fallidos cargaba ya la intención de erigir ese homenaje al primer presidente del país. 
   La primera convocatoria a concurso, en 1908, permitió disponer de 17 propuestas, en un concurso que terminó declarado desierto. 
   En 1926, el diputado nacional Enrique González consiguió que la Nación dispusiera financiar la obra, por lo cual la comuna volvió a llamar a concurso de ideas. 
   En febrero de 1929, once trabajos evaluados por un prestigioso jurado que, para desaliento de muchos, consideró que “ninguna de las ideas merecía llevarse a la ejecución”.
Sin embargo, sus integrantes plantearon una alternativa: pidieron a los autores de los tres mejores trabajos que los mejorasen para una segunda presentación. 
   El ingeniero Guillermo Martín, el arquitecto Enrique Quincke y el escultor César Sforza aprobaron entonces la obra presentada, bajo el seudónimo Lux, del escultor Luis Rovatti, oriundo del barrio porteño de Palermo. 
   Por fin, la ciudad tenía un proyecto aprobado para homenajear a uno de los primeros gobernantes en impulsar la creación de un fuerte en la zona de Bahía Blanca.
   Luego vino el tiempo de la burocracia y de alguna que otra situación propia de nuestra historia política. 
   Los 34 años de vida del Rovatti ganador se transformaron en los 51 años de un paciente escultor cuando finalmente terminó su trabajo. 
   En julio de 1946, con la presencia del gobernador Domingo Mercante, el comisionado municipal Julio César Avanza y el diputado nacional Héctor Cámpora, entre otros, el monumento quedó inaugurado.