Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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El dólar, esa moneda de peso

   La pérdida de trece ceros del peso en las últimas décadas explica la completa falta de credibilidad en nuestra moneda

   A esta altura de la historia es cuanto menos pecar de inocentes y hasta de irrespetuosos con el ciudadano argentino cuando se le pide que ahorre en pesos y que deje de apostar al dólar.

   No se necesita ser un especialista para entender que la moneda nacional carece de valor y que pretender resguardar ahorros en esa moneda es una utopía.

   Porque además está demostrado que nadie pudo domesticar a la moneda estadounidense. Las últimas medidas del gobierno de imponer un súper cepo cambiario, no hicieron más que subir el valor hasta límites insospechados.

   Pero además es cuestión de repasar la historia para ver que siempre han sido fallidas las expresiones de presidentes, economistas y funcionarios acerca de no apostar el dólar.

   En 1948, Juan Domingo Perón pronunció en un discurso: "Dicen algunos traficantes dentro del país que no tenemos dólares. Yo les pregunto a ustedes ¿han visto alguna vez un dólar?“.

   Ese ninguneo de hace 72 años a la moneda norteamericana y la idea de llamar “traficantes” a quienes veían en esos billetes un refugio muestra desde siempre una completa inoperancia.

   En 1981 el ministro Lorenzo Sigaut dijo aquello de que “El que apuesta al dólar pierde”, buscando desalentar maniobras especulativas. Pocos días después devaluó el peso un 30%.

   En 1989, José Luis Machinea, ex presidente del BCRA: "Si el mercado quiere dólares, le vamos a dar con el látigo", generando devaluación e hiperinflación.

   En 1991 Domingo Cavallo, ministro de Economía de Carlos Menem, señaló "El peso está destinado a perdurar con ese valor por décadas".

   En 2017, Mauricio Macri dijo "No pasa nada, tranquilos", cuando su valor se fue de 17 a 30.

   No es difícil explicar porqué nadie cree en el peso. Lo único sensato y razonable es trabajar en serio, con coraje y con capacidad para reordenar una economía a la deriva desde hace décadas.