Los nuevos juegos en la plaza Rivadavia
Toda mejora de los espacios públicos en un hecho que favorece el buen desarrollo de la comunidad
Sin estridencias ni discursos fue inaugurada la obra puesta en valor del sector de juegos infantiles de la plaza Rivadavia, con la completa renovación de los mismos y un nuevo diseño integral de la franja del paseo recostada sobre calle Sarmiento.
Se trata de una obra resuelta entre la municipalidad –que tomó a su cargo las obras civiles-- y las empresas Oldelval y Dow, que donaron los juegos.
La intervención ha servido para modernizar un espacio que hace tiempo estaba descuidado, con una propuesta anticuada frente a las alternativas que ofrece hoy el mercado en la materia.
Es importante siempre destacar el trascendente papel de los espacios públicos –plazas, parques, paseos—en una ciudad, esenciales para la vida urbana como puntos de encuentro, recreación y conexión con la naturaleza.
Son lugares que fomentan la convivencia, mejoran la calidad de vida y enriquecen el tejido social.
La plaza Rivadavia en particular es un paseo en el cual desde hace décadas se plantea la necesidad de una adecuación que aliente su uso y no que sea un sitio de paso como en gran medida es en la actualidad.
Ha habido incluso concursos de ideas de cómo realizar esa mejora, generando distintos sectores y áreas de estar, a partir de un diseño que mejore el realizado en 1943.
En ese sentido la renovación de los juegos es una buena medida, considerando que alrededor del paseo viven miles de niños que claramente necesitan de este tipo de espacios, donde encontrar alternativas distintas a las que ofrecen los medios digitales.
Desde el concejo deliberante, ediles no oficialistas han cuestionado lo realizado, indicando que la ciudad tiene hoy “otras prioridades” que atender.
La realidad es que una cosa no quita la otra. Si bien es cierto que la ciudad exige inversiones en su infraestructura, mejoras en todos los campos, eso no debiera impedir que también se tenga una política de puesta en valor de sus espacios públicos.
Tampoco parece adecuado solicitar informes cuando la obra está terminada. Si hay un cuestionamiento, sería bueno hacerlo cuando, por ejemplo, se convoca a licitación, y también acompañado de una propuesta alternativa al uso de esos recursos.