Con fondos provinciales se reencarpetarán 64 cuadras en distintos barrios
Se invertirán de 2.249 millones de pesos y los trabajos se dividirán en 4 grupos para que puedan realizarse en forma simultánea.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
En la que representa una de las obras más importantes en materia vial en los últimos años, la municipalidad convocó a licitación para el próximo 4 de julio para el reencarpetamiento asfáltico de 64 cuadras en distintos sectores de la ciudad, con una inversión de 2.249 millones de pesos.
La obra se hará con recursos aportados por la provincia y la convocatoria está organizada en cuatro grupos de cuadras, de manera de lograr que sean varias las empresas que participen con la idea de realizar los trabajos de manera simultánea.
Las tareas a realizar comprenden calles asfaltadas en mal estado, por lo cual se procederá al retiro del pavimento existente que se encuentre en ruina y a la reparación de los baches para luego proceder a las tareas de fresado –para la adhesión de la nueva carpeta--, el riego de liga, que hace las veces de producto de adhesión, y finalmente la colocación de una carpeta de asfalto en caliente de 4 centímetros de espesor.
Paso a paso
La etapa 1 es la que mayor cantidad de superficie comprende, con la intervención en 22 cuadras, un presupuesto oficial (PO) de 716 millones de pesos y un plazo de ejecución de 90 días corridos.
Se reconstruirán 21.105 metros cuadrados de pavimento mediante la colocación de una carpeta de 4 centímetros de espesor. Las calles a intervenir son: Sixto Laspiur, entre Brasil y avenida La Plata; Entre Ríos, entre Güemes y Estomba, Terrada, entre avenida La Plata y Maldonado; Castelli, entre Brasil y Charlone; y Juan Molina, entre Patricios y Viamonte.
La etapa 2 tiene un PO de 448 millones de pesos, un plazo de ejecución de 45 días y comprende la reconstrucción de 16 cuadras, cubriendo 19.974 metros cuadrados, según el siguiente detalle: Castelli, entre avenida La Plata y Brasil; Ingeniero Luiggi, entre Dorrego y Chiclana; Güemes, entre Entre Ríos y Charlone; Drago, entre Pedro Piso e Ingeniero Luiggi y Pedro Pico, entre Brown y Chiclana.
El tercer grupo tiene un PO de 498 millones de pesos, 45 días de plazo de obra y abarca 19.098 metros cuadrados de superficie. Comprende: Caronti, entre Casanova y avenida Alem; 11 de Abril. Entre Estomba y avenida Alem; Dorrego, entre Belgrano y Las Heras; Las Heras, entre Chiclana y San Martín y Dorrego, entre General Paz y Brandsen.
Por último, la etapa 4 abarca 13 cuadras, con un PO de 585 millones de pesos, 45 días de plazo y 22.512 metros cuadrados a cubrir. Las calles son: General Paz, entre San Martín y Lamadrid y entre Dorrego y Corrientes; Beruti, entre Villarino y Undiano; Donado, entre Beruti y Saavedra; Villarino, entre Santa Fe y Thompson y Thompson, entre Undiano y 25 de Mayo.
De cumplirse los plazos burocráticos propios de este tipo de licitaciones, los trabajos podrían comenzar en agosto próximo.
Vida útil
El pavimento asfáltico tiene una vida útil estimada de entre 10 y 15 años, dependiendo de varias condiciones, desde la calidad de los materiales ejecutados, la técnica, el uso al que se encuentra sometido y a que reciba adecuadas tareas de cuidado y mantenimiento.
La conservación exige un mantenimiento constante y periódico para evitar su destrucción prematura.
La humedad es una de los principales enemigos ya que daña y debilita las capas bajo la superficie de rodamiento. A esto se suma la agresividad de los combustibles y aceites que escapan de los vehículos y la oxidación que sufre el ligante asfáltico en contacto con el oxígeno que lo vuelve vuelve quebradizo, con lo cual se agrieta y desgrana.
Una conservación periódica incluye el sellado de las fisuras que se detecten y la pronta reparación de los baches.
La chacra terrosa
En 1926 este diario publicó la carta de un lector que se identificó como “X.X” donde señalaba la importancia de respetar las leyes de tránsito. “Demostraríamos así que somos habitantes de una ciudad culta y no residentes libertinos de una chacra empedrada”.
Fue quizá la primera vez que el mote de chacra salía a la luz. En 1942, cuando comenzaron a aparecer en la ciudad los primeros edificios en altura, se habló de la modernidad que esto significaba y se mencionó que “aquello de una chacra empedrada” era “una calumnia más, comprensible en otra época, irritante hoy”.
El calificativo volvió a escena en 1971, cuando en una nota dedicada a Bahía Blanca publicada en la revista Siete Días, un empleado en una zapatería de calle Donado mencionó que, por nuestras costumbres, Bahía siempre sería “Una chacra asfaltada”.
Más allá de la lectura que tiene la denominación en relación a un estilo de vida, lo particular es la evolución de la frase en materia vial, pasando de ser una chacra empedrada a una asfaltada, de la tosca al asfalto.
Sin embargo, si uno se debe ajustar a la realidad y sostener la histórica definición, Bahía debería ser definida como una “chacra terrosa”. Es así desde el momento que de sus 11.200 cuadras, el 62% (6.950) son de tierra, mientras que apenas el 25% (2.800) están asfaltadas.
Lo preocupante de esta situación es que los recursos municipales son tan limitados que en el mejor de los casos se podrían intervenir unas 100 cuadras al año, con lo cual tener la ciudad completamente pavimentada demandaría unos 70 años.