Bahía Blanca | Domingo, 07 de diciembre

Bahía Blanca | Domingo, 07 de diciembre

Bahía Blanca | Domingo, 07 de diciembre

¡Gracias por esta celebración!

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La columna de hoy es especial. Si bien cada una tiene su temática, se fundamentan en publicaciones científicas, libros, y sobre todo en lo que le pasa a la gente y siempre hay preguntas para habilitar respuestas y líneas de reflexión, insisto, esta es muy especial.

Para los fanáticos de las cifras, y para los que sostienen que los datos siempre son relevantes, grosso modo, podemos traducir en casi 4.000 renglones o también 560.000 caracteres, es decir más de medio millón de letras, algún número y signos de puntuación. 

¡Sí! ¡ Hoy estás leyendo la columna 1.040 y para mí es un motivo de celebración!

¿Cómo no celebrar un espacio que se inauguró el domingo 12 de enero de 2014 y desde entonces las letras y las palabras se han sucedido cada semana? ¿Cómo no celebrar esta especie de contrato que tengo con ustedes coronado por esa generosidad de leer, de aprobar y de disentir?

1.040 temas enfocados desde la Psicología, Psicopedagogía, Sociología, las Ciencias de la Educación, Filosofía, Política y que acontecen en coordenadas de tiempo y espacio que siempre condicionan el surgimiento. Es imposible enumerar los títulos de cada semana, creo que es la vida misma puesta en palabras… 

Siempre dejo “entrever” que divulgar estos temas, más que comprender y comunicar un puñado de conocimientos, es una cuestión de derechos humanos. Hace 1.040 columnas atrás,  éramos unos pocos los que nos dedicábamos a llevar algunas disciplinas a la calle, hoy gracias a las redes sociales los contenidos se democratizan, también se demonizan, la gran mayoría quiere vender, otros quieren ser populares...

Y obviamente asalta la duda, porque el desafío no es comenzar,  es continuar, y en esos momentos en el que interrogante se instala y la pregunta ahonda en si no estaré asistiendo a un fin de ciclo, aparece una lectora como Marta que me cuenta que espera cada domingo los “Temas Vitales” para leer; en ese momento las dudas se disipan, se elabora el conflicto, y vuelvo al teclado a compartir con ustedes esta tarea.

Al cabo de 1.040 columnas, como amo la libertad (no la del slogan), lo que pretendo es escribir desde una Psicología que libere, desde disciplinas que empatizan y que reconocen la dimensión y la importancia del Otro, ese Otro necesario e imprescindible.

Al cabo de 1.040 columnas estoy convencida de que, si la Psicología no alza la voz en la calle, si no contribuye a analizar y cuestionar el contexto para comprender el motivo de los sufrimientos, si abona el lema “Vos podés solo” y todo se reduce a establecer diagnósticos y etiquetas individuales, está destinada a ser asistencia para unos pocos, mientras una mayoría padece.

Al cabo de 1.040 columnas, celebro. Son tantas las sensaciones que exceden este espacio. Gracias a los editores, el inolvidable Ricardo Aure y Gustavo Astolfi. Gracias infinitas a los/las lectores que cada domingo deben ir hasta el fondo de la página Web para encontrarme y seguir manteniendo este vínculo. 

En tiempos donde todo parece destruirse, donde prevalecen los posteos de segundos, mis letras siguen vivas y se suceden cada semana. ¡Gracias!