Bahía Blanca | Domingo, 02 de noviembre

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Paso Urbano: el modelo de ingeniería que se convirtió en un lugar abandonado y (casi) intransitable

Desde hace más de dos años, los primeros 11 kilómetros de la RN 33 quedaron librados a su suerte. Lagunas, basurales y zanjas dominan un paisaje que se torna cada vez más peligroso.

La actual escenografía en el sector de la rotonda de la ruta nacional 35, en el km 1,362 de la RN 33. / Producción fotográfica: Rodrigo García-La Nueva.

Por al menos dos años, y con una inversión que en 2023 había superado los 17.000 millones de pesos, Paso Urbano fue la obra más importante que la Dirección Nacional de Vialidad desarrolló en la Argentina.

La ruta de los 11 puentes en 11 kilómetros, tal como se la denominó en algunas ocasiones, está ubicada en un sitio estratégico de conexión vial desde el sur hacia el norte del país (y viceversa).

Se trata del primer tramo de la ruta nacional 33, que nace en la denominada rotonda El Cholo (a partir del 3 de septiembre de 2008, ya que desde 1935 el mojón inicial estaba en la plaza Rivadavia), atraviesa la apertura de la ruta nacional 35 (hacia la provincia de La Pampa) y concluye en la zona del barrio privado Bosque Alto, desde donde puede retomarse camino hacia la Comarca Serrana, así como a la ruta provincial 51, RN 3 vieja o Grünbein (como primer paso hacia la RN 3 norte, o costa atlántica).

En el trayecto se transita el acceso al predio de la Sociedad Rural de Bahía Blanca en Bordeu; el hotel y la estación de servicio del Automóvil Club Argentino (ACA); el ingreso a la Verificación Técnica Vehicular (VTV); las intersecciones con las calles Castelli y Zelarrayán y la avenida Alem; la Escuela de Educación Primaria Nº 26 Provincia de Tucumán y el acceso al complejo de la FISA, entre otros sitios de referencia.

En nuestra ciudad, el sector también suele denominarse Camino Parque Sesquicentenario.

Indefectiblemente, es un lugar de intenso tránsito durante las 24 horas del día, especialmente de camiones cargados con destino al sur del país (mayoritariamente), así como por quienes eligen los destinos turísticos patagónicos durante todo el año. Una referencia coyuntural: en solo un mes empieza una cosecha récord de fina (trigo y cebada) en nuestra zona y la posterior exportación por el puerto de Ingeniero White.

En poco más de dos años, aquella obra ejemplar que visitaban delegaciones de estudiantes universitarios de ingeniería y de arquitectura, hoy es una muestra de abandono y destrucción que, además, ha sumado peligrosidad a poco que cualquier vecino pretenda recorrer el lugar.

Tras el alejamiento del obrador de la empresa Esuco SA —con participaron de Centro Construcciones SA y Tecnopisos SA—, que adujeron falta de pago de las certificaciones desde septiembre de 2023, eventuales tareas de mantenimiento se han realizado, por administración, desde la dirección del Distrito XIX de Vialidad Nacional, con sede en Bahía Blanca.

En total, la ambiciosa obra de Paso Urbano —que se realizaba en forma paralela al primer tramo de la autopista de la RN 33 hasta el kilómetro 41; hoy también abandonada— quedó en el 43 % de concreción. Con el paso del tiempo, ese porcentaje es menor cada mes que pasa en razón de las consecuencias que genera el inhóspito clima en las distintas obras (léase terraplenes) concretadas, pero no consolidadas. Diferente es el caso de las estructuras de cemento de los puentes ya montados (la mayoría parcialmente).

Como se afirmó en no pocas oportunidades, aquel ambicioso proyecto original ha sido dejado de lado para comenzar a analizarse, contemporáneamente, diferentes alternativas con determinado margen de factibilidad.

Un cálculo inicial para concretarlo, de 27.000 millones de pesos, fue incluido en el Presupuesto de la Nación correspondiente al año en curso, que no se aprobó —se trabaja con uno extendido— y que, finalmente, no se efectuará.

La novedad es que una eventual obra en Paso Urbano ni siquiera figura en el presupuesto lanzado para 2026 (cuando se suponía que su realización sería trasladable).

En este sentido, de acuerdo con fuentes vinculadas al Gobierno nacional consultadas durante esta semana por este medio, se indicó que “se está trabajando en el tema, pero aún no hay nada concreto”.

Si bien no se ha informado de manera oficial, se infiere que existen cuestiones legales —atribuibles a contratos firmados oportunamente con la empresa Esuco SA— que impiden una acción firme de recuperación de trabajos de obra por parte de Vialidad Nacional, que es el órgano de contralor en los 11 kilómetros de la ruta nacional 33.

Más allá de que el Gobierno nacional ha anunciado (en varias oportunidades) un sistema de concesión de rutas para operadoras privadas, en ninguno de los casos se menciona a Paso Urbano, como tampoco a la autopista de la misma RN 33, hasta pasando García del Río, donde se ha ejecutado hasta el 63 %.

La única esperanza es que, admitiendo que hay tramos que no tendrán interesados en una concesión privada, se pueda contar con aportes públicos para sostener obras viales que no tengan financiamiento a partir del ingreso de peajes. Es decir, se otorgaría una partida en la figura de subsidio para cada ruta (considerada como no rentable) que se adjudicaría a una empresa (que presente el menor monto), la que tendrá acceso a cobrar los peajes fijados oportunamente por alrededor de 20 años (un período previsto para la concesión).

Hasta el momento, esto no se anunció de manera oficial.

El relevamiento

Al margen del repaso de una obra que ya pasó a un carácter de icónica —se concrete o no—, el relevamiento realizado esta semana por La Nueva. permitió comprobar que, más allá del incesante tránsito apreciable, el lugar se torna cada vez más peligroso.

El sector más complejo es el situado desde El Cholo hasta la rotonda de la ruta nacional 35.

Se trata de 1.362 metros que deben transitarse poco menos que a paso de hombre en razón de las zanjas existentes no solo sobre la destruida calzada, sino encima de las banquinas que han sido adoptadas por los conductores como vía principal.

El sector de la rotonda denominado El Cholo.

Esto sucede en condiciones de clima normal, ya que con viento y lluvia —la ciudad transita un récord en este sentido— las dificultades mencionadas se multiplican y tornan todo aún más complejo.

El tránsito intenso está relacionado, además, con un mayor desarrollado inmobiliario del sector, así como por la instalación de otras empresas a las ya existentes.

Más allá de la sede de la Sociedad Rural, por la ruta nacional 33, y de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca, por la ruta nacional 35, que poseen sus predios de remates feria, balanzas y otras actividades afines, la paradoja es que existe un gran movimiento de vehículos, de todo porte, que llegan por el trámite de la Verificación Técnica Vehicular.

La sede de la VTV, que se realiza para asegurar el correcto funcionamiento de las unidades por las rutas y de este modo evitar incidentes viales, está a 459 metros de la rotonda de la RN 35 y a 903 metros de El Cholo.

Es, acaso, uno de los sectores más destruidos entre los 11 kilómetros. Y prueba de eso lo ofrecen testimonios de roturas (del tren delantero, por ejemplo) tras haberse realizado —y aprobado— la VTV.

Lo único positivo en este caso es que el índice de siniestralidad entre vehículos es de prácticamente cero en virtud de la velocidad en que se desenvuelven (más allá de roturas individuales por el estado de los pozos y de los baches).

El sector de la rotonda de la RN 35 (hacia el predio de la SRBB) está inundado desde el trágico episodio climático del último 7 de marzo.

Si bien el agua bajó en los meses siguientes, las recientes lluvias —en este octubre llegaron al récord mensual histórico de 153,8 milímetros— volvieron a hacer inaccesibles los alrededores.

Esta permanencia del agua ha generado la aparición de musgos (o briofitas) en un amplio sector, así como el crecimiento de otro tipo de especies arbóreas que, a falta de desmalezamiento y limpieza, alcanzan un desarrollo relevante.

Asimismo, los espejos de agua se contraponen a las constantes recomendaciones de organismos oficiales respecto de la prevención del dengue, una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti.

Amplias lagunas en espacios profundos que quedaron desde la inundación del 7M.

Justamente, la ausencia de limpieza no solo en este lugar, sino en otros a lo largo de todo el tramo, permite la generación de basurales a cielo abierto.

Así entonces, es común observar en cualquier momento del día (se supone de noche también) la presencia de vehículos con personas que arrojan bolsas y cajas con basura en su interior, las que inician su proceso de descomposición entre matorrales de altura diversa y una gramilla cada vez más extendida.

En el relevamiento también se detectó la presencia de animales muertos, lo que justifica la presencia de chimangos en los alrededores (así como en la zona interior de los puentes).

Del mismo modo, pese a la peligrosidad del lugar por todo lo ya mencionado, en ningún sitio existen restricciones explícitas de acceso, sea por medio de vallas, alambrados y cartelería (relevante para sitios clave).

Presencia de chimangos.

Así, es común apreciar personas caminando, o en bicicleta, que recorren sitios —algunos en altura— que, hasta hace un tiempo, se encontraban restringidos y hoy se encuentran en libre accesibilidad.

De qué se trata

El trayecto denominado Paso Urbano recorre, desde El Cholo hasta Bosque Alto, un total de 11,082 kilómetros.

La gran mayoría de las cuestiones complejas de la obra está resuelta: se construyeron los 11 puentes, casi todas las losas están hormigonadas, las vigas montadas y los terraplenes armados.

La Escuela de Educación Primaria Nº 26 Provincia de Tucumán está en el kilómetro 3,781 de la RN 33.

También se reubicaron cañerías de gas, cloacas y electricidad, las que no estaban contempladas en el anteproyecto original. No fueron pocas las complejidades adicionales de labores. Por ejemplo: se realizó el corrimiento del 90 % de los servicios que se encontraron a medida de que avanzaba la obra, desde poliductos, gasoductos y electroductos que no estaban previstos y que se relocalizaron.

El plan original incluía, además, intercambiador en triple altura en la rotonda de El Cholo, que es la intersección de las RN 33 y 3 norte-sur. También 27 kilómetros de calles colectoras, 9 pasarelas peatonales, una rotonda y la iluminación con 1.500 artefactos LED.

A modo compensatorio por las intervenciones realizadas, a lo largo de todo el trayecto de obra se preveía la plantación de más de 1.000 árboles.