Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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DANA: ¿puede suceder un fenómeno semejante en Bahía Blanca?

Si bien se trata de algo poco probable, especialistas del Departamento de Geografía y Turismo de la UNS sostienen que no se pueden descartar otros eventos meteorológicos asociados a bajas presiones.

¿La ciudad es vulnerable a los fenómenos climáticos? / Fotos: Rodrigo García y Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Danilo Belloni

“Estos eventos meteorológicos son los responsables de generar lluvias con altos milimetrajes concentrados que, en poco tiempo, concluyen en inundaciones. En Bahía Blanca, particularmente, sería poco probable la formación de una DANA, pero tenemos otros tipos de eventos meteorológicos asociados a bajas presiones y el paso de frentes, tales como el ocurrido en la ciudad el 16 de diciembre del año pasado, por citar el más cercano temporalmente”.

La declaración corresponde a Dra. Natasha Picone, profesora de Sistemas de Información Geográfica y Geografía Física Argentina, FCH – UNCPBA, integrante del GGFA-DGyT-UNS e investigadora del Conicet.

La DANA (Depresión Aislada a Niveles Altos) sucedió en la ciudad española de Valencia entre la noche del martes 29 y la madrugada del miércoles 30 últimos y provocó —hasta este sábado 9— 220 muertos y 36.721 rescatados, así como multimillonarios daños de infraestructura.

“¿Si Bahía Blanca está en riesgo? Esa palabra es muy compleja y su interpretación depende de la formación académica/científica y de los marcos teóricos de referencia que se tomen pero, más allá de eso, la ciudad sí está expuesta y es vulnerable a eventos meteorológicos severos que son propios de estas latitudes”, agregó la Dra. Verónica Gil, profesora de las Cátedras Climatología, Hidrografía Continental y Marina y Geografía Física e integrante del GGFA-DGyT-UNS, investigadora del Conicet y responsable del Grupo de Geografía Física Aplicada del Depto. de Geografía y Turismo de la UNS.

“Lo que pueden tener consecuencias parecidas a las ocurridas en España como, por ejemplo, las inundaciones tipo riadas, estarían vinculados al posible desborde del arroyo Napostá”, añadió.

“Como creemos que existe un cambio en las condiciones climáticas del planeta, debemos enfatizar el trabajo sobre medidas no estructurales como las vinculadas al ordenamiento territorial, adaptar patrones de ocupación que respeten las condiciones naturales, hacer hincapié en la adaptación y fortalecer la capacidad de la población para responder a estos eventos”, aseguró Gil.

También dijo que el aumento del nivel del mar a largo plazo y las tormentas más intensas plantean para las ciudades costeras la necesidad de adaptar sus sistemas pluviales para manejar volúmenes de agua más grandes.

Dra. Verónica Gil, responsable del Grupo de Geografía Física Aplicada del Depto. de Geografía y Turismo de la UNS.

“Existen distintas estrategias que pueden implementarse de manera coordinada y que van desde ampliar la capacidad de los pluviales, trabajar por el mantenimiento y limpieza de la infraestructura de drenaje hasta la implementación de las llamadas soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de humedales o la creación de áreas verdes que puedan ayudar a absorber el agua de lluvia y reducir la presión sobre los sistemas pluviales”, describió.

“Este tema requiere especial atención para una localidad como Ingeniero White, que está expuesta a la ocurrencia de sudestadas. Este fenómeno suele provocar anegamientos en momentos en que el drenaje del agua de los desagües pluviales no puede completar su llegada al estuario (cuando los vientos del sudeste demoran el descenso de la marea)”, planteó.

Respecto de la DANA, Picone recordó que, en la década de 1960, tras intensas inundaciones en la provincia de Valencia se decidió desviar el canal original del río Turia, que circulaba por el interior de la ciudad y que hoy está ocupado por un parque de usos recreativos y culturales. Y que el desvío se realizó por zonas limítrofes de la ciudad que, durante las décadas siguientes, se permitió la urbanización de áreas por detrás del desvío localizadas en zonas inundables.

“Lo que indica que la ocurrencia de la tragedia de Valencia es resultado de la conjunción del cambio climático que hace estos fenómenos extremos cada vez más intensos y frecuentes, así como del diseño inadecuado de las políticas de planificación, que hacen caso omiso a los científicos que advertían que esas áreas no debían urbanizarse”, aseguró.

“Siempre es importante tener en cuenta que la impermeabilización de la ciudad resta capacidad de infiltración, por lo que el escurrimiento instantáneo del agua sobre las calles se unió al caudal creciente que transportaban estos canales”, agregó la Dra. Paula Zapperi, auxiliar docente de las cátedras Hidrografía Continental y Marina y Cartografía General y Temática e integrante del GGFA-DGyT-UNS e investigadora de Conicet.

Dra. Natasha Picone, investigadora del Conicet.

“A su vez, los cimientos y estacionamientos subterráneos enviaron más agua a superficie, por lo que se conjugaron de forma simultánea factores pluviales, fluviales y freáticos para dar lugar a la inundación”, comentó.

“Lo que ha ocurrido en Valencia es un claro ejemplo del efecto que tiene para la población la ocupación de áreas que sirven a la dinámica natural del agua. Es importante, en un contexto en el que se incrementan los eventos extremos de lluvia, que estos espacios sean respetados”, aseveró Zapperi.

La pregunta entonces es: ¿estamos preparados para un hecho de esta naturaleza?

“La sociedad bahiense está más atenta y más alerta, pero aún nos queda un largo camino para mejorar nuestra preparación para cualquier tipo de circunstancia meteorológica, desde una ola de calor hasta un evento de precipitación o, también, los tecnológicos. El temporal del 16 de diciembre pasado, ciertamente, puso de manifiesto la importancia de una preparación adecuada y la necesidad de mejorar los sistemas de respuesta ante emergencias”, sostuvo Gil, en diálogo con La Nueva.

“Eso lo estamos viendo con las entrevistas a miembros de Defensa Civil realizadas en el marco de la tesis doctoral de la Lic. Lambrecht (NdR: la dirección está a cargo de Zapperi y Piccone), que busca evaluar la ocurrencia de eventos extremos térmicos y pluviométricos considerando los efectos de las proyecciones climáticas para, así, proponer estrategias de adaptación”, dijo.

La costa bahiense, desde la altura de la calle Saavedra al 600.

“En este sentido, es preciso destacar que Bahía Blanca cuenta con un actor estratégico que es Defensa Civil y que no todas las localidades de la Argentina e, incluso, de la provincia de Buenos Aires, lo tienen”, indicó la Lic. Yamila Lambrecht, becaria doctoral de Conicet e integrante del GGFA-DGyT-UNS.

“Es un punto a favor, ya que actúa como coordinador de recursos y brinda seguridad en la emergencia. Además, es fundamental que los resultados de las investigaciones relacionadas a estos temas sean difundidos y utilizados para mejorar las políticas públicas y las acciones de la comunidad”, amplió.

“Por ejemplo, ante la ocurrencia de precipitaciones en la ciudad se observan diversos efectos tales como anegamientos e inundaciones, afectación de servicios, ya sea causada por ingreso de agua en las instalaciones que prestan el servicio, o por problemas de interrupción en el acceso, entre otros. El servicio más afectado acá es el de energía eléctrica”, sostuvo.

“Otro impacto notable ante precipitaciones intensas es el ingreso de agua en viviendas que requiere la evacuación de la población. Particularmente, eventos que superan los 30 mm en 24 horas requieren de este tipo de gestión. A modo de ejemplo podemos mencionar el evento ocurrido entre el 23 y 24 de marzo de 2022 con un acumulado de 141,3 mm en ambos días, según los datos de la estación meteorológica del SMN (Servicio Meteorológico Nacional) y que tuvo como resultado, entre otros hechos, un saldo de 111 evacuados”, dijo Lambrecht.

Yamila Lambrecht (izq.), Paula Zapperi y Verónica Gil, investigadoras de las UNS.

“Este tipo de desastres, no naturales, son producto de un complejo número de variables socio-económicas; entre ellas, las decisiones que se toman para habitar un espacio”, añadió Gil.

“La planificación urbana, las condiciones socioeconómicas y la vulnerabilidad de la población expuesta juegan un papel crucial en la magnitud de los impactos. Por eso es importante trabajar en coordinación con quienes gestionan y deciden sobre el territorio”, afirmó.

“Además, consideramos necesario fortalecer la capacitación y concientización de la comunidad en torno a los peligros a los que estamos expuestos, su dinámica, la interpretación de las alertas y las medidas que se pueden tomar en cada caso, porque una población informada y coordinada facilita las tareas de evacuación y puesta a salvo de bienes materiales y de personas, reduciendo la vulnerabilidad y los daños”, dijo Gil.

¿Una riada? 

“Nuestra ciudad se encuentra emplazada en la cuenca inferior del arroyo Napostá Grande, que nace en el Sistema de Ventania y atraviesa la planta urbana en sentido norte-sur”, dijo Zapperi.

“Esto contribuye a que reciba el escurrimiento que se acumula aguas arriba y así aumenta el peligro de inundaciones por crecidas. En la historia local, el caso de la inundación de 1944 es emblemático. Entre los días 11 y 12 de abril el registro de lluvia acumulada superó los 300 mm en la ciudad y, también, en la zona serrana. De esta manera, el caudal del Napostá llegó a los 650 metros cúbicos por segundo, cuando su promedio era de 0,5 m3/s”, detalló.

“La altura del agua alcanzó importantes marcas y gran parte de la ciudad quedó inundada, ya que el valle del arroyo la atravesaba. En 1947, la Provincia comenzó la construcción de un canal derivador ubicado en el parque de Mayo, lugar del partidor natural del arroyo Napostá Grande y el Maldonado que, a su vez, fue canalizado. El partidor deriva hacia el Napostá Grande 40 m3/s y 260 m3/s hacia el Maldonado por medio de un vertedor”, amplió.

También dijo Zapperi que, en la actualidad, las zonas aledañas al camino de la Carrindanga, como los barrios cercanos a la desembocadura del arroyo y del Canal Maldonado, son los sectores que suelen ser afectados por crecidas. Así, destacó el evento de octubre de 2002, cuando una precipitación de 120 mm sobre las sierras provocó que la lámina de agua cubriera los sectores de la llanura de inundación ocupados por el complejo Zibecchi (de Liniers) y que el nivel del agua del arroyo dejara inhabilitado el Paso Vanoli.

Una situación similar se dio en 2022, a partir de la caída de 180 mm entre los días 23 y 25 de marzo.

“En esa oportunidad, vecinos de barrios de la zona sur de la ciudad debieron ser asistidos por parte de personal de Defensa Civil. Ante esta realidad, surge el interrogante sobre cómo planificar el crecimiento urbano para minimizar el impacto en los espacios naturales necesarios para la absorción y drenaje del agua. Un planteo como este cobra aún más relevancia en el actual contexto de cambio climático”, dijo Zapperi.

Respecto de las señales de los servicios meteorológicos, que harían prever un episodio de estas características, en la Argentina el SMN es el encargado de emitir alertas a través del Sistema de Alerta Temprana (SAT) ante la ocurrencia de una amenaza meteorológica para determinada región.

“En los últimos años se ha mejorado mucho y las alertas se emiten en función de umbrales dinámicos en el tiempo y categorías de colores según el nivel de severidad”, sostuvo Lambrecht.

“A su vez, cada color tiene asignado los peligros y efectos que pueden ocasionar en la salud. De esta forma existen alertas por lluvias, tormentas, vientos, zonda, nevadas y temperaturas extremas ya sean altas o bajas. Para el caso de Bahía Blanca, mencionaremos los valores correspondientes a alertas por lluvia o tormenta y vientos”, añadió.

Según el SMN, se emite alerta amarilla de lluvia o tormenta cuando supera los 40 mm/12 horas; naranja con 70mm/12 horas y rojo 175 mm/24 horas.

Respecto al viento, los niveles y umbrales de alerta son: amarilla con 65 km/h de viento y 80 km/h de rágafas; naranja con 90 km/h de viento y 110 km/h de ráfagas y alerta roja cuando el viento supera los 110 km/h y ráfagas 140 km/h.

Inicio del temporal del 16 de diciembre de 2023 en nuestra ciudad.

“Es importante que este sistema de alerta sea conocido por la sociedad para que, cuando se emitan, tenga la herramienta para actuar en consecuencia. Lamentablemente, durante el evento de 16 diciembre el alerta estaba, aunque se debe mejorar, pero no llegaron adecuadamente a la población y, además, hubo falta de concientización de cómo proceder. Por eso es central la educación, la capacitación, la información sobre estos fenómenos, sus posibles consecuencias y cómo interpretar estas alertas desde todas las esferas de la sociedad”, comentó Lambrecht.

De qué se trata

“La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) es un evento meteorológico que se desarrolla, principalmente, en el Hemisferio Norte y afecta, en particular, a la península ibérica”, sostuvo Gil.

“Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) española, ‘son centros de baja presión que se desprenden de la circulación de la corriente de chorro polar, y migran hacia latitudes medias’. Al desarrollo de esta baja en altura se le suma la convección de aire cálido y cargado de humedad más cálido de lo normal, que proviene del Mar Mediterráneo”, añadió.

“Esto genera condiciones de mucha inestabilidad del aire, formación de nubes y lluvias de mucha cuantía e intensidad, como lo ocurrido durante la primera semana de noviembre en España con precipitaciones de 500 milímetros en sólo 8 horas”, explicó.

Gil también dijo que se está registrando una mayor frecuencia de este tipo de eventos meteorológicos y, también, un aumento de su intensidad en todo el planeta.

“El tema acá es respecto de cuáles son las sociedades afectadas y ahí entramos en un tema particularmente importante para la geografía: la gestión y planificación de las ciudades de cara al riesgo”, afirmó Gil.

“En la actualidad nos debemos, como sociedad, que este tema sea un punto vital de la agenda de los gobiernos y que los científicos y académicos sigamos involucrados para que nuestra voz se escuche”, sostuvo.