Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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En Cerri se acerca el final de una problemática de muchos años

El municipio lanzó la licitación para el retiro, traslado y disposición final de toda la basura acumulada en una superficie de 12 mil metros cuadrados.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Mañana tendrá lugar la apertura de ofertas para la concreción de una intervención que hace años vienen solicitando los habitantes de General Daniel Cerri y que se relaciona con cuestiones sanitarias, de limpieza y de prevención.

Se trata de la licitación para el retiro, traslado y disposición final del basural a cielo abierto existente sobre la calle Francisco Bozzano, entre calles Santa Rosa y Leopoldo Lugones, un espacio ya consolidado con ese uso que ocupa una superficie de 12 mil metros cuadrados. 

Se estima que se deberá retirar un volumen de 3 mil metros cúbicos de basura, los cuales serán trasladados al relleno sanitario de nuestra ciudad, en el kilómetro 14 de la ex ruta 229.

Por otra parte, el trabajo incluye el traslado de 7.000 m3 de suelo contaminado a unos mil metros del lugar de extracción, para ser utilizado como material de relleno en terrenos propiedad de la Federación Centro Sur de Bomberos Voluntarios.

La obra tiene un presupuesto oficial de $ 26.200.000 y un plazo de ejecución de 45 días. El pliego exige que para la empresa adjudicataria disponga de camiones roll off, que por su funcionamiento transporta y almacena cargas de manera mucho eficiente y rápida al ser posible cargarlos y descargarlos de forma mecánica. 

Se solicita, además, la contratación de personal capacitado para ese tipo de tarea, la presencia de un supervisor y de un Técnico en Seguridad e Higiene, además de maquinarias adicionales como retro palas o excavadoras y contar con la certificación habilitante para el traslado de residuos.

“Un riesgo para todos”

Fabián Fabrizzi es, desde hace dos años, el delegado municipal de Cerri. Nativo de esa localidad, fue encargado de la Eco Planta y jefe del destacamento de Bomberos voluntarios del lugar. Por eso conoce bien en detalle lo que significa y genera ese basural.

“Es un lugar donde históricamente la gente deposita basura. Esa conducta es en parte consecuencia de la distancia a la que se encuentra el relleno sanitario –el lugar natural donde podrían volcar determinados residuos--, de la limitada capacidad de tratamiento que tiene la Eco Planta y porque hay muchos materiales –ramas, chatarra y todo tipo de elemento voluminoso— que no se tiene donde dejar”.

Se trata de un sitio que emana olores nauseabundos que lo sufren los vecinos y afecta la actividad de quienes se desempeñan en el molino harinero Bajo Hondo, ubicado en la manzana contigua al basural. También es habitual que se generen focos de incendio que exigen la continua asistencia de los bomberos.

Fabrizzi mencionó que el gran desafío posterior será evitar que se vuelva a generar el basural, ya que limpiezas anteriores solo han servido para tener el terreno un tiempo despejado y luego volver a ser un depósito de residuos. 

“Estamos trabajando con la secretaría de Medio Ambiente y la dirección de Planeamiento Urbano para colocar bateas en distintos lugares de la localidad, de manera que los vecinos tengan un lugar donde llevar ese tipo de residuos”.

Si bien el terreno donde se ubica el basural es propiedad de un particular, la idea es vallarlo y mantener un control permanente, al tiempo que las bateas serán vaciadas de manera periódica para que estén siempre disponibles para su uso.

El peor lugar 

Se denomina basural a cielo abierto a cualquier un sitio donde se disponen residuos sólidos de forma indiscriminada, sin control y sin medidas de protección ambiental. 

En Argentina existen –de acuerdo a datos oficiales-- 5000 de estos basurales, la mayoría denominados  “formales”, es decir, un lugar donde naturalmente los vecinos llevan su basura.

Al carecer de medidas mínimas de seguridad, en estos sitios se acumula todo tipo de residuos, incluso patogénicos y peligrosos. Tampoco se asientan sobre suelos lo suficientemente impermeables o a distancia adecuada a las napas freáticas, los cursos de aguas superficiales y los centros urbanos. 

Al no contar con suelo impermeabilizado, la acumulación se convierte en un foco de contaminación, tanto por la generación de líquido lixiviado como por la emisión de gases. El lixiviado se produce cuando los residuos se descomponen y el agua (de lluvias, superficial o subterránea) se filtra a través de los mismos. Es un líquido que contiene materiales que pueden contaminar distintas fuentes de agua.

Por los residuos proliferan plagas y vectores, incendios espontáneos o intencionales y en el caso de plásticos y otros materiales provocan la emisión de sustancias tóxicas.

Muchos de estos basurales se convierten en fuente de trabajo de los denominados “recolectores informales”, que realizan su tarea sin ningún tipo de protección personal, estando expuestos a daños a su salud de diversa índole y enfermedades como el dengue y el cólera.