Médanos: utilizan cañones de sonido contra los loros
Desde hace años, estas aves son un dolor de cabeza para vecinos y productores. El ensayo se extenderá hasta el viernes.
Los distritos de Villarino y Patagones vienen sufriendo, desde hace algunos años, una invasión de loros barranqueros: en determinados momentos del día, las aves llegan a los ejidos urbanos y se posan en cables eléctricos, de fibra óptica o árboles, ocasionando problemas sanitarios y de infraestructura que van desde suciedad en calles y veredas hasta el corte de servicios eléctricos o de internet.
Respuestas no hay muchas. Al ser esta (Cyanoliseus Patagonus) una especie protegida, la Provincia exige que cualquier intento de solución a la problemática sea consensuado con las autoridades y no suponga un peligro para la especie. La caza y otras prácticas similares están descartadas de plano.
Hace unos años se venía utilizando en el sur bonaerense un rayo láser que, ubicado en un punto alto de cada localidad, giraba 360º y asustaba a estos animales. La práctica dio resultados positivos durante un tiempo, hasta que se vio que muchos de los ejemplares “aprendían” que la tan temida luz no tenía ningún efecto en ellos.
Entonces, había que buscar otra alternativa. Por ello, desde hace algunos días en Médanos están probando con cañones ahuyenta aves, por ahora con balance positivo. ¿De qué se trata? Básicamente es un artefacto que provoca una explosión de gas, cuyo ruido se direcciona hacia el lugar donde se encuentran los loros, espantándolos.
El ensayo, que finalizará este viernes, tiene dos objetivos claros: uno es generar incomodidad en estos animales, para que dejen de ubicarse en el centro de la ciudad y vayan hacia zonas menos pobladas; el otro es confirmar la utilidad del método, para volver a emplearlo más sistemáticamente a partir de abril del año próximo, cuando estas aves regresen a esta región.
El uso de este sistema no fue aleatorio. Existe un estudio del INTA que avala su utilización y los productores que lo han empleado en sus campos aseguran que es una herramienta efectiva.
Por supuesto, hay determinados cuidados a tener en cuenta al experimentar en los centros urbanos. En Médanos, la principal preocupación fue que el ruido -bastante importante- no cause problemas a niños ni a la población en general, por lo que se evitan determinados lugares para emplearlos; también se charló con las entidades proteccionistas, por las potenciales afecciones que podría provocar a los animales domésticos.
Pesadilla en Villarino
“En la ciudad, la idea es que las explosiones sean controladas, tanto en el lugar como en el momento del día en que se hacen -cuenta a “La Nueva.” Luciano Amico, de la Agencia de Energías Renovables y Ambiente de Villarino-. En los campos, el cañón generalmente se deja programado y fijo en un lugar; nosotros, en cambio, vamos haciendo explosiones en distintos puntos del ejido urbano”.
Por el momento, los resultados son satisfactorios y en algunos lugares ya se ha conseguido que las aves no regresen. Para ello, hay dos equipos moviéndose por la ciudad, provocando y direccionando ruidos -en forma simultánea- hacia los sitios donde se ubican los loros.
Estas explosiones son informadas a los vecinos, para evitar inconvenientes o sorpresas. Normalmente se hacen sobre la puesta del sol, que es el momento en que los animales regresan a la ciudad y se ubican en el tejido de la red eléctrica, por lo que el horario se va modificando conforme los días se hacen más largos.
Invasión en Villalonga
“Se trata de una explosión instantánea, pero el ruido es importante. Sin embargo, al contar con un cañón, podemos direccionarlo mucho, minimizando el ruido hacia otros lugares”, asegura el funcionario.
En la actualidad, el costo de estos cañones puede variar entre los 50 mil y 100 mil pesos, dependiendo del tamaño y del ruido que puedan provocar, y hay varios modelos en el mercado. Si la experiencia es positiva, lo más probable es que el año próximo se compren más de estos equipos para las restantes poblaciones del distrito, como Pedro Luro, Mayor Buratovich o Hilario Ascasubi, que también vienen soportando esta problemática.
“En Médanos, la situación es crítica y hemos llegado a tener dos cortes de luz en el mismo día por causa de los loros, a lo que se suman las cuestiones sanitarias o el ruido que generan. Esperemos que esto sea la solución definitiva”, sostiene Amico.
Problemas y soluciones
Amico explica que los cañones o los lasers no pueden dar una solución en forma individual. “Hay que utilizar los dos al mismo tiempo”, asegura.
Si bien se determinó que estas aves no se acostumbran al ruido, sí lo hacen al período entre que se produce uno y otro, cuando es un proceso automatizado. Entonces, levantan vuelo previo a la explosión y regresan cuando esta ya ocurrió.
Estos animales no se trasladan más de 10 kilómetros diarios. Normalmente, en horas temporanas se alimenta en los campos del sector y en las primeras horas de la tarde se desplaza a los cascos urbanos, donde se posa en los tejidos eléctricos o en el alumbrado público, buscando el calor del cableado.