Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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El 2020 en la ciudad: cada vez más pobreza y asistencia

Referentes de distintos sectores aseguran que se crearon más comedores para paliar la situación. También que gente que nunca antes había necesitado asistencia, ahora debe pedir bolsones de comida. Un fenómeno difícil de proyectar.

Fotos: Archivo La Nueva

Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com

   La pandemia que trajo el coronavirus complicó aún más la situación social de miles de bahienses que se encuentran bajo la línea de pobreza.

   Así lo confirman algunos datos y referentes sociales que aseguran que, en el transcurso de los nueve meses de aislamiento, se crearon nuevos comedores y merenderos, y que hasta hubo gente que tuvo que salir a pedir bolsones de comida a pesar de que nunca lo habían necesitado.

   Las estadísticas sobre pobreza en nuestra ciudad son alarmantes. En septiembre se conoció que un 33,4 por ciento de los bahienses era pobre al primer semestre, cifra que fue casi 10 puntos más alta con respecto a igual lapso de 2019, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

   Es decir que casi 106 mil bahienses (de unos 300 mil) estaban bajo la línea de pobreza. En tanto, la tasa de indigencia fue del 4,4 % del total en la ciudad. Medida por hogares, resulta que durante la primera mitad del año un 23,2 % era pobre y, sobre ese porcentaje, un 3,2 % indigente.

   Un informe del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS), que depende de la UNS y el Conicet, advirtió que al segundo trimestre de 2020, seis de cada diez bahienses menores de 18 años era pobre, guarismo que está en línea con lo que ocurre a nivel nacional.

   Ante este panorama y de acuerdo a cifras publicadas por el Municipio local, durante la pandemia se destinaron poco más de 60 millones de pesos a brindar asistencia. Es decir, casi 210 mil pesos diarios durante los 286 días.

   Casi 48 millones fueron destinados para la entrega de alimentos a familias carenciadas. De las arcas municipales salió la mitad de ese dinero, desde la Nación casi 12 millones y desde la Provincia poco más de 500 mil pesos.

   Los restantes 12 millones se invirtieron en la compra de productos de limpieza, elementos para trabajadores municipales, para casas de abrigo y para centros respiratorios y las Unidades de Cuidados Mínimos Ambulatorios dispuestas en diferentes sectores.

   Los números marcan la sensación que se vive en decenas de barrios bahienses. Referentes de esos sectores y funcionarios dieron sus puntos de vista sobre el tema y todos coinciden en que la pandemia profundizó, de manera notable, la crisis que ya se vivía a principios de 2020.

   “Para el 24 de diciembre entregamos 450 bolsones de comida, en los que incluimos un pollo, arroz y una lata de arvejas. La cifra creció con respecto al año pasado, cuando entregamos 250 bolsas”, contó Paola Vergara, encargada de la ONG Corazones Solidarios que funciona en Villa Nocito.


Paola Vergara junto a su marido

   “La situación en los barrios es muy difícil y es un comentario que compartimos con referentes de otros lugares”, sostuvo.

   “Lo notamos en la cantidad de donaciones que recibimos de la gente que colabora, que disminuyó en este tiempo, y lamentablemente no nos llegó ni una lata de durazno desde la Municipalidad”, añadió. “A la pandemia se suma la crisis económica que ya existía”, dijo Vanesa Troncozo, encargada de la ONG La Misión.

   “Y este año hay datos que determinan que la pérdida de puestos de trabajo afecta a cuatro de cada diez chicos argentinos. Y Bahía Blanca no es la excepción, a pesar de las ayudas que se hicieron”, agregó.

   “Hubo entrega de bolsones alimentarios pero, claramente, no son suficientes para las familias y para mantener una buena calidad alimentaria para los menores. A largo plazo eso genera deficiencia nutricional”.

   Además, aportó un dato desconocido hasta hoy. “Hay muchos barrios donde se conformaron nuevos comedores o merenderos en diferentes y se autogestionan. Esto marca que la crisis se agrava porque, seguramente, todos estos espacios van a continuar funcionando en 2021 y, por lo tanto, se requiere mayor asistencia”, opinó.

   Por último, habló de la continuidad educativa y dijo que muchos chicos ante esta situación dejan la escuela para buscar changas para poder ayudar a sus familias.
“El panorama es que hay un peligro muy certero de que muchos adolescentes van a abandonar la escuela el año que viene”, dijo.

Una mirada desde la iglesia

   Héctor Arismendi es cura párroco de La Piedad y referente en el sector noroeste de la ciudad.“El déficit habitacional y la falta de empleo en nuestro sector han sido los problemas más graves para los vecinos ”, dijo.

   “Muchas personas dejaron de concurrir a las unidades sanitarias por el miedo al coronavirus y, así como de buscar sus anticonceptivos o de hacerse chequeos de salud”, contó.

Además, explicó que, por la paralización de actividades de contención para menores, se generaron situaciones de violencia y desprotección para muchos chicos.

   “Hubo mucha gente que no sabía a quién pedirle ayuda”, contó.

   “También hubo familias que jamás pedían ayuda que lo hicieron y hasta nos decían que sentían mucha”, comentó.

   “Por suerte hubo mucha solidaridad de los vecinos y la presencia de muchas instituciones barriales que no dejaron de funcionar e, incluso, hasta hinchadas de fútbol se acercaron a dar una mano”, dijo.

Una mirada desde el Frente de Todos

   La concejal Romina Pires aseguró que, ante la situación, es necesario poder pensar en un 2021 como un proceso de transición desde el aislamiento social establecido en marzo del 2020, pasando por el distanciamiento social más avanzado el año y quizás 2021 tenga que ser de “acercamiento social”.


Romina Pires (Frente de Todos)

   “Esta pandemia, que nos ha atravesado a todos, nos invitó a pensar e intervenir desde la incertidumbre, nos desafió a construir vínculos de una manera diferente y desató, entre los que tenemos un compromiso social real, una serie de estrategias que nos permitieron armar rápidamente redes comunitarias de sostén que, quizás en otras circunstancias, nos hubiera costado muchísimo hacer”, aseguró.

   “El desafío en el año que iniciamos será poder continuar fortaleciendo esas redes barriales e institucionales”, afirmó.

   “Además, hay que construir diagnósticos sociales luego de la pandemia de la mano de actores importantes desde lo social: los servicios locales; el consejo local de niñez; equipos territoriales; las ONG´s que han trabajado en la pandemia y los equipos de salud”, indicó Pires.

¿Qué se hizo desde el Municipio?

   Consultada sobre las acciones que llevó adelante el Municipio, la secretaria de Políticas Sociales Vanina González explicó que al comienzo de la pandemia se conformó la Red de Colaboración Social constituida por diferentes grupos de la ciudad.

   “A medida que fueron pasando los días fuimos modificando la forma de trabajo, buscando la mejor manera para poder tener un alcance certero a todos los ciudadanos y ciudadanas que necesitaban asistencia”, aseguró.

   “Al día de la fecha podemos decir que se entregaron más de 120.000 bolsones de alimentos y que, aún, continuamos asistiendo a los comedores que realizan viandas y meriendas y en conjunto con la secretaría de Salud, se entregan los bolsones de alimentos y limpieza a familias de escasos recursos que se encuentran aisladas por Covid-19”, dijo.

   Luego detalló que en mayo se coordinó, con la Red de Colaboración Social, acompañar a las instituciones que realizan viandas calientes y con la colaboración del Ejército se armó un pack de alimentos secos para 100 viandas y se entregaron de acuerdo a la cantidad de porciones que preparaba cada comedor.

   “Ante lo mencionado sobre la logística de armado de bolsones, tanto de alimentos como de limpieza, se fue modificando y se incorporaron voluntarios y personal municipal de otras áreas”, explicó.

   “A partir de agosto se realizó la transferencia de dinero correspondiente al valor de dos bolsones, a aquellos beneficiarios que contaban con tarjeta de ayuda social municipal y, luego, se citó a todas aquellas personas que recibían bolsón alimentario a completar los datos para que obtuvieran el beneficio de la tarjeta de emergencia Covid-19”, aseguró.

   “Cabe destacar que dicha tarjeta brinda la posibilidad de elegir los alimentos que desean adquirir”, agregó.

   Durante el invierno, y en conjunto con la secretaría de Movilidad y Espacios Públicos, se realizó la entrega de leña a las diferentes familias y comedores que lo iban solicitando. Además, se hizo entrega de telas a diferentes instituciones y voluntarios particulares para la elaboración de tapabocas y frazadas.

   "La secretaría de Políticas Sociales, en un año atípico como el que nos tocó atravesar, siguió trabajando con algunos cambios y ajustándonos a las circunstancias, pero sin dejar al descubierto ninguna de las tres subsecretarías que esta misma integra: Niñez, Adolescencia y Familia; Desarrollo Social; y Deporte", afirmó.