Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Entre creencias y mitos: ¿importa el tamaño del pene?

   En charlas o reuniones, entre los temas que surgen relacionados con la sexualidad, una de las preguntas más comunes de escuchar es ¿el tamaño del pene importa?

   Algunas mujeres se atreven a responder que sí. Otras dicen que no. Los varones, por su parte, en casi todas las conversaciones suelen responder  que si  lo consideran  importante.

   Las mujeres que responden que si, explican que les resulta más agradable la sensación al ser penetradas por un pene medianamente grande. Otras, refieren que un pene grande les resulta incómodo o, incluso, doloroso.

   Pero cuando se hace referencia al tamaño de un pene pequeño, algunas dicen que lo importante es el placer que el varón es capaz de darle, independientemente del tamaño de su miembro. 

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   Volviendo a  la opinión de los hombres, muchos admiten que han compartido vestuario en algún club y presenciaron cómo algunos varones se ríen y cargan a quienes tienen un pene chico, provocando pudor ante la comparación de tamaños. 

    Muchas de estas anécodtas son vividas en la adolescencia pero, como dijo un varón de 43 años, “quedn en la cabeza”. Ser objeto de burlas y chistes no es gracioso. Duele, aunque uno sea un hombre dijo otro varón de 51. 

   La sociedad machista también ha sido y sigue siendo muy dura con los varones. Un pene grande es como el símbolo del macho, dijo otro varón encuestado, en este caso de 28 años. Sin embargo aclaró que no estaba para nada acuerdo con dicha premisa. 

   Pero el tema va más allá. Si nos ponemos a hilar finito sobre la pregunta acerca de la importancia del tamaño del pene, concluimos que no sólo se trata de una cuestión de placer, sino  también de una cuestión social, cultural y hasta de poder. 

   El simbolismo del pene ha sido objeto de preocupación y sobrevaloración a través de las distintas culturas. Celebraciones, rituales y fiestas en torno al simbolismo del falo tienen su origen en épocas remotas.

   Las primeras representaciones fálicas, como símbolo de fertilidad y fuerza, datan del período paleolítico. Las estatuillas son un equivalente a las de las Venus primitivas, y que también datan de unos 28.000 años de antigüedad. 

   Posteriormente, en antiguas culturas como los hebreos, griegos, romanos, los egipcios, japoneses y tantas otras, lo consideraron un emblema del principio masculino, al cual le dedicaron mitos y cultos, representados en piedras y pilares de sus construcciones. 

   Entre las culturas y religiones orientales el lingam, nombre en sanscrito dado al órgano sexual masculino, es el símbolo de culto al dios hindú Shiva.

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   O sea, la importancia del pene y sus representaciones en gran tamaño es milenaria y colectiva, por lo cual no es de extrañar que esa mentalidad habite en el inconsciente colectivo del ser humano hasta la actualidad lo que, probablemente, explicaría la importancia del pene y su tamaño.

   Sin embargo, la obsesión por el tamaño puede resultar muy peligrosa, ya que se trata de algo serio para algunos varones. Puede afectar a la imagen que tienen de sí mismos y sus cuerpos, y a su autoestima.

   La cultura ha influido e influye sobre esta cuestión, hasta el punto en que algunos varones, por vergüenza, no se atreven a estar desnudos ni siquiera frente a un médico. Mucho menos se han acercado a otra persona en busca de una relación romántica. En casos muy extremos, algunos hasta han intentado quitarse la vida, cuando sufren de trastorno dismórfico corporal. 

   La narrativa social respecto del tema y del tamaño dice una cosa, pero en la intimidad de los vínculos sucede otra.

   El conocimiento de nuestra propia sexualidad, de nuestra corporalidad y de nuestras emociones, puede derribar muchas barreras, creencias y mitos. La amplitud del tema es enorme, por lo cual seguiremos tratando este asunto milenario en próximas columnas.