Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Caso Herro: van todos a juicio por una posible herencia fraudulenta

La Cámara Penal dispuso la medida por supuesta estafa en perjuicio del hijo biológico y único heredero del contador fallecido. Hay 6 imputados, entre ellos dos hermanos de la víctima y allegados.

La lujosa mansión de Cariló, propiedad del contador asesinado.

   La Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal envió a juicio oral el denominado caso Herro, un supuesto fraude en la herencia del contador que fuera asesinado durante 2005 en la localidad de Cariló.

   La Sala I del cuerpo -con los votos de los doctores Pablo Soumoulou y Guillermo Giambelluca-, revocó parcialmente un fallo de primera instancia del juez de Tres Arroyos Alberto Daniel Gallardo.

   En consecuencia, todos los procesados de estafar a Maximiliano Rodríguez Labastía -hijo natural del bahiense fallecido y su único heredero- tendrán que responder en juicio por la trascendente causa.

   Se trata de los hermanos de la víctima, Eugenio Valentín y Gustavo Adolfo Herro, y también Hugo Osvaldo Adobatti, Juan Alberto Marini, Enrique Mario Pérez Ronda y María Josefa Rodríguez.

   El caso tomó mayor notoriedad pública en 2014, cuando la justicia allanó la casa de la exdiputada provincial bahiense María Marta Corrado (no está procesada), exmujer de Eugenio Herro.

La maniobra

   Luego del deceso del contador Herro, su madre, Beatriz Pennacchiotti y sus hermanos Eugenio Valentín Herro y Gustavo Adolfo Herro; juntamente con terceras personas - Juan Marini, Enrique Pérez Ronda, Hugo Daniel Adobbatti y María Josefa Rodriguez- habrían realizado un conjunto de maniobras tendientes a licuar la herencia que le correspondía a Rodríguez Labastía, en medio del proceso filiatorio.

   El joven -hoy de 33 años- fue identificado como hijo natural de Herro, por sentencia judicial, el 2 de septiembre de 2008.

   “No solo Pennaccchiotti conocía la existencia de un presunto heredero que podría excluirla, sino que también lo sabían sus tíos -Eugenio y Gustavo Herro- y, por ello, desde el fallecimiento de su hijo Adolfo, procuraron con la ayuda de sus allegados y amigos que el único y universal heredero no reciba ningún bien del patrimonio de su padre”, explicó la Cámara en la resolución.

   Dijeron que al promover un juicio sucesorio habrían ocultado maliciosamente la existencia de otros coherederos.

Tenía trato con su padre

   Rodríguez Labastía nació fruto de la relación de noviazgo entre el contador y Silvia Rodríguez, circunstancia que era conocida por la familia Herro, según quedó probado, “ya que asistió a reuniones familiares y sociales”.

   Al poco tiempo de quedar embarazada, Rodríguez se separó de Herro y Maximiliano fue anotado con el apellido de su madre.

   De todas maneras, desde 2005 el joven comenzó a tener un trato fluido con su padre, incluso viajando a La Plata, donde vivía el contador (alojándose 3 días en su departamento) y concurrió a su velatorio y sepelio, recibiendo el trato de hijo.

 

 En poco tiempo se vendieron al menos dos propiedades del fallecido -a precios mucho más bajos del valor comercial y adquiridas por personas de escasos recursos- y varias armas de colección que tenía en su poder pasaron a nombre de sus hermanos.

   Esta última situación se acreditó a partir de los allanamientos en los domicilios de Dorrego 37 (Gustavo Herro), Alvarado 385 (Juan Alberto Marini) y en el barrio Bosque Alto (Eugenio Herro), donde se secuestró gran cantidad de armas de fuego, cuchillos y documentación perteneciente a Adolfo Herro.

Por el crimen

La justicia de Dolores condenó, en 2012, a los autores del homicidio en ocasión de robo del contador bahiense.

Se trata de Cristian Segura, Bruno David Báez y Milcíades Ramón Duarte Fernández, quienes recibieron 10 años de prisión.