Los bahienses Luceros al Cosquín Rock: "Es la coronación de muchos años de laburo"

Redacción de La Nueva.

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Por Damián Vallejos 

   —Significa un montón. Es la coronación de un montón de años de laburo—dice Ignacio Boyo.

   El celular del cantante de Luceros El Ojo Daltónico no para de sonar. Los mensajes llegan con todo desde que a las 19 se anunció que su banda participará del Cosquin Rock 2019, el festival de rock más importante de Latinoamérica. Es la segunda vez que una banda de Bahía Blanca participa del evento: Metal Anger lo hizo en 2011. 

   Nacho dice que están felices, perplejos. Compartirán escenario el 9 y 10 de febrero con las mejores bandas del rock nacional. De un festival que ya se propagó por varios países del continente: México, Colombia, Perú, Uruguay, Chile y Bolivia. 

   "Es una grata sorpresa que como banda del interior y de Bahía participemos de un festival que tiene una mística y una envergadura muy grande. Y las expectativas son como siempre pasarla lindo, tocar bien y mostrar que hay un equipo de trabajo responsable que está a la altura de la situación", dice Nacho, que el sábado 9 de febrero se subirá al escenario Norte en Santa María de Punilla junto a Doug Glaria (guitarra), Dandy (guitarra), Sebastián Lamoth (batería) y Juan Arcuri (bajo).

   Luceros solo piensa en disfrutar esos días, estar con colegas de todo el país y pasarla bien. Ya estuvieron en el Festival Nuestro en Tecnópolis y en el histórico BA Rock. 

   "Nos encanta estar entre colegas. Más allá de pasarla bien, es un aprendizaje ver cómo laburan otras bandas", agrega el cantante y compositor del grupo, que hoy igualmente está más preocupado por la Superfinal de la Copa Libertadores: "Si pierde Boca me tengo que ir un mes". 

   La banda viene de llenar 2 shows en el Club Estudiantes, de copar otros 2 seguidos en el Teatro Rossini y piensa en 2019 hacer un recital en una cancha de fútbol. Completito. 

   —¿El Cosquín Rock es un antes y un después o es simplemente un paso más?

   —Uno siempre espera que sea el puntapié inicial para que la banda forme parte de muchos más festivales y de tocar para un público nuevo, pero la victoria todavía no existe, la batalla hay que pelearla ahí arriba del escenario y los pingos se ven en la cancha.