Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Hoy puede ser un día histórico

Hoy puede ser un día histórico. Voten antes o después. Pero a la una, siéntense delante de un televisor para ver el partido entre nuestros Pumas y el seleccionado de Australia por las semifinales del Mundial, que se juega en Londres desde hace poco más de un mes.

¿Que no entienden nada de ese deporte, donde todo parece caótico y violento? ¿Que ni siquiera saben cuánto vale el gol, que se llama try, pero no vale tres?

Juro que nada de eso importa. Solo habría que saber que el objetivo del juego es que un grupo de quince tipos consiga que uno de ellos apoye la pelota detrás de una línea, mientras otros quince tipos tratan de evitarlo, buscan quedarse con la pelota, y hacer lo propio detrás de la línea opuesta.

Por supuesto, hay tácticas, estrategias y demás, pero hoy, a la una, si se sienta frente al televisor, no será el momento de entender nada de eso. Será el momento de ver cómo un deporte puede seguir siendo un juego, con actitud de juego, con valores de juego, en medio del profesionalismo más estricto. Es lo que van a ofrecerle los Pumas, lo que vienen ofreciendo desde que comenzó la principal competencia de este inigualable deporte.

Es la impronta argentina en una expresión hermosa. Algo así como un grupo de amigos (en un sentido muy nuestro del concepto) que tienen un objetivo común, y por el cual cada uno se sacrifica hasta su límite, en la mayoría de los casos para que brille el otro porque sabe que nadie brilla solo y, además, a nadie le importa brillar.

Frente al televisor verá tipos (casi chicos en muchos caso) que llorarán con el himno y sin duda llorarán al final abrazados entre ellos, ganen o pierdan. No se verán recriminaciones ni alardes. Alegría o tristeza en su forma más simple, despojadas de segundas intenciones, de dramas fingidos. Será un espectáculo regocijante pase lo que pase con el resultado. Ojalá Argentina gane, ojalá los Pumas terminen siendo los campeones del mundo, pero, créame, todos los que jugaron o juegan al rugby ya ganaron más que eso. Ah, mí columna política, en el suplemento de elecciones.