Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Vivir un caos cada fin de semana, a solo 2 cuadras de la plaza Rivadavia

Sábados o domingos a la madrugada, la zona de Mitre al 200 se convierte casi en tierra de nadie. Corridas, peleas, disparos, daños y enfrentamiento con policías ¿No hay una solución?

Fotos: capturas de video

   - “Yo gritaba que los filmaba para intentar proteger al chico (que era golpeado), me temblaban las manos y las piernas. Y no había ni un policía”.

   - “Vivo en 11 de Abril y Mitre y es un desastre todos los fines de semana”.

   - “La policía va a aparecer después de que aparezca un muerto”.

   - “Qué castigo...todos los finde lo mismo”.

   - “Viví 3 años ahí. Me la pasaba gritando por la ventana. Llamé mil veces a la policía y llegaban tarde. Siempre se molían a palos. Intentaban pisarse con sus autos y hasta una vez quisieron subir a una piba a la fuerza a una camioneta”.

    - “Salen del boliche y empieza el quilombo! Cuando una patota ya molió a palos (literal) a un pibe, que espero siga vivo, llega la policía. Pasaba siempre y parece que todo vuelve a la 'normalidad'. La policía no está cuando cierra el boliche y vienen cuando ya es 'tarde'”.

*** 

   Los vecinos hacen catársis a través de los grupos de WhatsApp y las redes sociales. Solo eso.

   Sienten impotencia porque, a esta altura, creen que nadie los escucha, pese a que viven a solo 200 metros de la plaza Rivadavia.

   La calle Mitre, desde Rodríguez hasta 11 de Abril, se volvió casi tierra de nadie cada madrugada de fin de semana.

   Las tormentosas noches retornaron con la progresiva vuelta a la “normalidad” pospandemia de aquellos lugares de esparcimiento juvenil, como el local que funciona en el ex Teatro Rossini.

   Casi todas las salidas de quienes asisten a la disco y club nocturno, hoy devenido en “modo bar”, terminan mal.

   Corridas, peleas, ataques en patota, desorden, destrozos y disparos de disuasión de la fuerza policial, son casi una constante. 

   Se trata de una zona comercial, también de oficinas públicas y privadas y consultorios médicos, con pocas viviendas de planta tradicional pero sí muchos edificios de altura con vecinos que, como mínimo, se ven “obligados” a interrumpir su sueño de manera abrupta.

Reciben amenazas

   Y ya casi que ni pueden asomarse a sus ventanas para ver qué pasa, porque terminan siendo amenazados desde la vía pública para que no denuncien lo que ven.

   Por ese motivo también prefieren mantener en reserva la identidad. Temen por su seguridad.

   Consultados por La Nueva. aseguran que la Policía concurre con cada llamado al 911, pero cuando los disturbios ya están en desarrollo o finalizados.

   Consideran, a partir de la reiteración de los hechos y la modalidad de vandalismo ejercida, que sería conveniente contar con seguridad fija, a modo preventivo, los fines de semana.

   El pasado no hubo problemas, al menos conocidos -menor actividad por las elecciones PASO- pero sí en este que acaba de terminar, con 4 aprehendidos y también en el anterior. Y a fines de agosto hubo reportes de incidentes, cuando en el lugar se anunciaba el show de El Polaco.

De vieja data

   Lo preocupante es que esta situación no es nueva

   Durante 2018, en otro informe de La Nueva., vecinos del mismo sector, que ya calificaban la zona como "El Lejano Oeste", aseguraban que venían reclamando soluciones desde 4 años antes, incluso con una carta que reunió mil firmas y fue presentada en la Municipalidad.

   En ese momento Daniela planteaba otros trastornos que provocan los enfrentamientos.

   Ella, como otros, salía a trabajar a las 6 y se enconctraba habitualmente con "manadas de hombres y mujeres alcoholizados", muchas veces "matándose a palos".

   A la espera de un taxi, llegó a esconderse porque escuchaba disparos "y no sabía de dónde venían".

   Por otro lado, destacaba situaciones que hoy siguen siendo recurrentes, como la suciedad y "desechos humanos de todo tipo".

   "Hacen sus necesidades en la calle, entonces una va caminando y saltando charcos de orina. Eso es tristísimo", comentaba Sandra, otra vecina.

Aforo del 70

   Los locales bailables, como el que funciona en Mitre al 200, tienen una habilitación más amplia que otros rubros y -en el marco de la emergencia sanitaria- pueden funcionar como confitería-bar con espectáculos, explicó José Luis Montanaro, subsecretario municipal de Fiscalización.

   "Funcionan con el aforo del 70% y con horario de cierre a las 3", sostuvo.

   "La actividad bailable no está habilitada por normativa nacional y provincial COVID-19", amplió el funcionario municipal.

   Montanaro advirtió que si bien la problemática de peleas y conflictos en esa zona es prácticamente "histórica", siempre se da en la vía pública.

"Cuestiones del momento"

   Desde la Policía, en tanto, se informó que no tienen una estadística específica de hechos registrados en el lugar, porque durante más de un año de pandemia, al estar cerrado el local para la concurrencia de público, no hubo conflictos que lamentar.

   "Recién en los últimos fines de semana volvieron y tuvimos un incidente, que se hizo viral", comentó una fuente de la fuerza. 

   Dijo que generalmente se trata de conflictos sin un trasfondo previo o por un móvil concreto. 

   "Las razones son las propias de un lugar de ese tipo: las personas que concurren toman alcohol y surgen cuestiones del momento que llevan a que sus frenos inhibitorios cedan y se inicien las confrontaciones", explicó.

   Preguntado por qué no se destina una consigna policial fija los fines de semana, a la hora de la salida, el vocero policial respondió que "lo que se hace en el lugar, en particular a la salida, es designar un móvil para que al momento del cierre se detenga sobre Mitre al 200".

   "El problema es que las peleas muchas veces se dan a la vuelta o en las proximidades y termina sucediendo la típica corrida y en algunos casos se generan enfrentamiento con el personal policial", cerró el uniformado. ​

   Consultados por La Nueva., desde el servicio Siempre y la central de operaciones 107, se informó que si bien esa es una zona en la que tradicionalmente existen conflictos, al menos en los últimos dos meses no tuvieron llamados  de emergencia. 

   "En todo el mes de agosto y lo que va de septiembre no se reportaron llamados desde el sector ni fue necesario el envío de ambulancias", confirmó uno de los informantes.

El día que terminó en tragedia

En moto. El 9 de febrero de 2015, a la salida del boliche de Mitre al 200, Daniel Parra, al mando de una moto, atropelló a Maximiliano Daniel Viti (26) cuando iba caminando por Mitre e Yrigoyen. El joven, padre de una niña, falleció dos días después.

Cambio. En principio se pensó que se había tratado de un incidente de tránsito, pero las imágenes de las cámaras de seguridad y algunos testimonios determinaron que el hecho fue intencional.

Condena. En 2016, la Justicia bahiense condenó a Parra a 8 años de prisión, por homicidio simple con dolo eventual.

Confirmación. Un año después, el Tribunal de Casación bonaerense confirmó la pena y la calificación.