Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La ecóloga que en Villa del Mar es pionera en el rescate de tortugas marinas

Victoria Massola creó una fundación para cuidar, estudiar y devolver al mar a animales que varados o atrapados por pescadores de la ría.

   “Siempre me interesó socializar la ciencia”, dice la licenciada en Ecología Victoria Massola, creadora de la Fundación para la Recepción y Asistencia de Animales Marinos (Fraam) que funciona en Villa del Mar.

   Para Massola, bajar la ciencia al terreno de la realidad y sacarla del circuito de científicos es una forma de “que el vecino entienda qué sucede en sus costas. Ahí es cuando se da el cambio”.

   La Fraam fue creada en 2001 y recibe, asiste y estudia a tortugas, pingüinos, lobos marinos y otros animales que quedan varados o son capturados incidentalmente por pescadores artesanales de la zona, para luego devolverlos al mar. También promueve la preservación de humedales y la concientización sobre el cuidado del medioambiente.

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   Según contó Massola en una nota publicada por lanacion.com.ar, la Fraam comenzó con un interés por preservar el paisaje costero de Villa del Mar, que combina montes con humedales y elementos propios de la Patagonia, pero que 2 años más tarde cambió cuando un pescador le avisó que había pescado una tortuga marina, que tenía una marca en una de sus aletas y que no sabía qué hacer con ella.

   Massola no sabía que las tortugas marinas llegaban hasta estas aguas, cuando su hábitat natural es Brasil. Los pescadores le contaron que es muy común verlas o pescarlas durante el verano. Pudieron averiguar que esa tortuga había estado en el zoológico de Buenos Aires, por eso la marca en la aleta.

   Agregó que ese fue el primer caso registrado de recuperación de una tortuga marina en el país, y que gracias a ella comenzaron a hacerles un seguimiento, con lo que Argentina empezó a formar parte de la investigación sobre las tortugas del sudoeste del océano Atlántico.

   Además de tortugas, la fundación también ha rescatado pingüinos: “Aunque la gente crea que esto es anormal, es muy frecuente. La particularidad de asistir a estos animales es que no podemos liberarlos individualmente, es así que debemos trasladarlos a otras fundaciones donde hay varios ejemplares para devolverlos a su medio natural”.

   Hoy en día, la fundación atiende a estudiantes de todas las edades que buscan aprender más sobre este tipo de animales, los humedales y la conservación del ecosistema. Cuentan con 11 integrantes estables de diversas especialidades: veterinarios, biólogos, ecólogos y docentes, 17 voluntarios y no recibe subsidios.

   Massola opinó que la gente va a adoptar una conciencia medioambiental cuando entienda cómo funcionan los ecosistemas y cómo uno puede impactar para bien o para mal en ellos. Y advirtió: "No alcanza con entender. Hay que asumir el compromiso de aportar desde el lugar que nos toca. Si todos hacemos eso, vamos a generar el verdadero impacto".