Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“Me daba vergüenza que me gustara algo que sólo hacían hombres”

Cintia Silva es bombera voluntaria de Punta Alta y desde hace 2 años desarrolla su profesión en la Armada. “Para mí no es trabajo, es vocación”.

   “Siempre me interesó lo que hacía mi hermano, pero no había mujeres en el cuartel —cuenta Cintia Silva, bombera profesional de la Armada y voluntaria en el de Punta Alta—. Me daba un poco de vergüenza porque me gustaba algo que sólo hacían los hombres.”

   Así, Cintia esperó hasta 2010 cuando recién las mujeres pudieron ingresar al plantel de Bomberos a la par de los varones. Ese año regresó de Tucumán donde se había ido un año para cumplir el sueño de combatir el fuego.

   Hace 8 años que trabaja en la Asociación de Bomberos Voluntarios de Punta Alta y hace 2 años tuvo la posibilidad de ingresar a la Armada como bombera profesional, en la División Bomberos del Departamento Servicio Máquinas de la Base Naval Puerto Belgrano.

   Dentro del ámbito naval, el personal civil bombero instruye en forma permanente al personal militar que se encuentra en el destino y que siempre se renueva por sus pases.

   “Nosotros nos quedamos en el destino y somos quienes explicamos cómo funciona todo. Nos llevamos muy bien, somos muy compañeros, y compartimos todo, desde prácticas de simulacro hasta charlas especiales en momentos de guardias”, relata Cintia.

   Dentro de Puerto Belgrano, además de adiestrar en siniestros estructurales en viviendas se suman otros escenarios como el de los buques. Otra particularidad es que los bomberos civiles se capacitan en control averías además de lucha contra incendios.

   Tanto los bomberos civiles como los militares de la División realizan otros cursos para su formación permanente: prehospitalarios básicos, propuestos para una primera atención sanitaria; de materiales peligrosos, explosivos e inflamables; de rescate varios, en aeronaves por ejemplo; y de asistencia a la víctima.

   Cintia explica que en general siempre existe unión y camaradería entre todos los profesionales y los cuarteles de todo el país, del ámbito civil y militar. Ella es parte de la Federación Centro Sur de Bomberos Voluntarios de la región.

   Además confesó que no siente miedo al dominar y controlar el fuego. Al contrario: “Me gusta lo que hago y vengo orgullosa a trabajar todos los días. Para mí no es trabajo, es vocación, por eso me encanta y soy feliz”.

   Aún recuerda su mi primer incendio, que guarda entre sus anécdotas: “Tuve la posibilidad de ir con mi hermano, fue en una vivienda; recuerdo que él me miraba y me cuidaba todo el tiempo… después fui juntando experiencia y acostumbrándome”.

   Nacida en Punta Alta, Cintia asistió a la primaria N° 4 y a la Media N° 1 en la secundaria. Hoy vive con sus hijos Iván (12) y Bruno (5), quienes están orgullosos de su mamá. “Ser mamá y bombero es todo un desafío y le agradezco mucho a mi mamá que me ayuda a cuidar de ellos”.