Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Chispazos por la billetera

"Nuestra prioridad es que todos los fondos que tenemos se destinen a los que más lo necesitan, de acá a fin de año, porque somos conscientes del impacto que la inflación tuvo sobre los alimentos”, afirmó la gobernadora María Eugenia Vidal.

Desde que la Provincia recuperó el Fondo del Conurbano, esos recursos fueron volcados a "inversión social, obra pública y seguridad”, dijo. Fueron algunas de las pocas definiciones públicas que realizó la mandataria después de las primeras supuestas fricciones entre la Gobernación y la Casa Rosada por el reparto de los recursos coparticipables en medio del complejo escenario de crisis económica.

“No es razonable que al dinero que generan los bonaerenses lo reparta el ministro del Interior (Rogelio Frigerio) con los gobernadores a espaldas de la Provincia”, señaló hace unos días el ministro de Gobierno vidalista, Joaquín de la Torre. Las “diferencias” sobre el manejo del complejo escenario económico también habían sido subrayadas en las diagonales por el ministro de Economía, Hernán Lacunza.

Con 56 años y varias décadas de política sobre el lomo, De la Torre, está lejos de hacer un berrinche adolescente. El gabinete técnico ministerial de Vidal las pocas veces que declara lo hace según el manual de estilo establecido por el asesor presidencial, Jaime Duran Barba. Pero, el ministro de Gobierno expresó en público lo que piensa en privado la Gobernación de calle 6.

Con mayor templanza, otros “voceros” de Vidal afirman que, en la actualidad, la Provincia está ahora mucho más ordenada, más previsible. “Hoy no hablamos de pagar el sueldo o el aguinaldo en cuotas”. Pero estructuralmente, admiten, todavía falta para revertir la histórica deuda social por el “ciclo de fracasos acumulados por gobiernos anteriores” (en alusión al peronismo) en materia educativa, de salud pública y la construcción de rutas.

La Casa Rosada reconoció que es "justo" el reclamo de la Gobernadora, respecto a la compensación del Fondo del Conurbano por unos 19 mil millones de pesos. Ahora desde el entorno de Vidal esperan un decreto presidencial que compense a la Provincia para, entre otras cosas, poder absorber y costear los subsidios al transporte que le traspasa la Nación.

Se sabe, la discusión del Presupuesto bonaerense es una pulseada primaveral de impacto político. Por eso, el equipo económico de Vidal espera la sanción definitiva de la Ley de Leyes a nivel nacional.

La Provincia depende de “números finos” para fijar sus propias previsiones para el año que viene. Además, debe esperar a que se definan algunos números clave como el traspaso final del "ajuste de las cuentas públicas” que propone Macri para alcanzar el “déficit cero” que se comprometió ante Fondo Monetario Internacional.

Actores del peronismo opositor sospechan que es una “parodia mediática”. Cuando llegue el presupuesto bonaerense más la Ley Impositiva 2019 a la Legislatura “nos vamos a dar cuenta si es real tal enfrentamiento entre la Nación y la Provincia o si Vidal va a asumir el fenomenal ajuste que le pide Macri”. Resulta por demás curioso que los legisladores aliados de Cambiemos (radicales y lilitos) ni siquiera se hayan pronunciado públicamente sobre la aparente “tensión”.

Ese recorte, lógicamente, se repetirá hacia “abajo”: las administraciones municipales. El impacto del “presupuesto del ajuste” genera también inquietud entre los intendentes del oficialismo “amarillo”por la escasez de obra pública “futura” junto a la pérdida miles de puestos de empleo formales. “Las obras que están en ejecución son las que se van a mantener y terminar”, explican desde el Ejecutivo de calle 6, cerca de la oficina al jefe de Gabinete, Federico Salvai.

Incluso, algunos portavoces del núcleo duro del Pro creen que la reducción de obra pública no influirá en el comportamiento del electorado del 2019. Creen que el voto popular seguirá acompañando al sello electoral de Cambiemos. Aun cuando la consulta puntual está direccionada hacía alguna gestión municipal, la respuesta pierde contundencia.

La principal ventaja del presidente Mauricio Macri sigue siendo el actual desorden del peronismo opositor, independientemente, de la insensibilidad social del Gobierno nacional. El contexto de conflictividad social golpea con dureza la mayoría de los municipios del Conurbano.

Por eso, distintos actores del PJ cruzan invitaciones a trabajar en unidad para lograr una opción electoral en un intento por ganar las elecciones en el 2019. Ya fue verificado que “con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede”, insiste el ex jefe de Gabinete K, Alberto Fernández, quién además viene recorriendo el país presentando al “Grupo Callao”.

Desde lo gestual

Los “renovadores” del massismo legislativo blanquearon otro gesto de acercamiento hacia la gobernadora Vidal, al impulsar (y lograr la aprobación en el recinto de Diputados) un proyecto de acompañamiento a “todas la gestiones" que haga la mandamás de Cambiemos para recuperar las actualizaciones del “Fondo del Conurbano bonaerense”, así como también todas las gestiones para recuperar porcentuales de Coparticipación para la Provincia.

“Gobernadora, póngase al frente del reclamo por la coparticipación bonaernse, nosotros la vamos a acompañar”, le pidió el diputado “negociador” del Frente Renovador, Jorge D’ Onofrio, tras recordar que en la actualidad la Provincia es la que más dinero aporta a la Nación y es la que menos recibe, en proporción por la cantidad de habitantes que tiene.

“Empezamos aplicando la teoría de la frazada corta y se termina optando para ver a quién se perjudica más o a quién se desprotege menos a la hora de establecer presupuestos”, aseguró el legislador massista.

“El nudo gordeano de la provincia de Buenos Aires es el déficit, hay déficit más allá de las buenas o malas administraciones, más allá de las épocas de vacas flacas, vacas gordas, tiene un agujero negro que se llama Coparticipación Federal. El crecimiento no va a venir por el estrangulamiento, sino muy por el contrario por oxigenar la economía bonaerense”, completó el “operador todo terreno” del tigrense Sergio Massa.

“La Provincia estuvo sometida durante años a gobernadores que la usaron de trampolín pisando los derechos de todos para potenciar sus aspiraciones personales”, reconstruyen desde el oficialismo.

Pero también afirman que Vidal entiende que en política “lealtad no es sumisión. Somos leales a un proyecto nacional, pero lo hacemos desde nuestra condición de bonaerenses, no sometiéndonos, sino potenciándonos desde la Provincia”.

Apelando a la historia reciente, recuerdan que los presidentes “ahorcaban a la Provincia por miedo al poder del gobernador, y los gobernadores se entregaban a los presidentes para que los eligieran sucesores. Hoy hay un Presidente que reconoce lo que corresponde a los bonaerenses y una Gobernadora que defiende a su provincia más allá de sus ambiciones”.

Dentro de la Legislatura anotaron como un “triunfo de Vidal” la sanción de dos leyes que integran la reforma judicial que impulsa la propia Gobernadora. Por un lado, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley de Procedimiento Laboral que busca “agilizar” los plazos para la resolución de conflictos, al convertir tribunales de tres jueces en juzgados unipersonales; y por otro la ley que obliga a los candidatos a jueces e integrantes del Ministerio Público bonaerense.

Entre las variaciones se establece que quienes aspiren a ser magistrados en la Provincia, a partir del año 2021 deberán cursar la Escuela Judicial, lo que garantizará que los postulantes no solo lleguen con conocimientos jurídicos sino que también se asegure un seguimiento y perfeccionamiento constante del candidato. Es decir, terminar con “el amiguismo en las fiscalías y los juzgados”.