El Museo del Puerto cumple 38 en un año distinto a todos
En el aniversario de Ingeniero White, el Museo del Puerto también cumple un nuevo año. Una institución municipal, que desde hace décadas articula su trabajo con la historia y el presente en relación a la comunidad, da cuenta también de un año muy particular.
El Museo del Puerto de Ingeniero White, fundado el 25 de septiembre de 1987, cumple 38 años. Y no es uno más: después de la inundación del 7 de marzo, la comunidad que rodea y hace al museo (vecinas, vecinos, instituciones, escuelas, clubes, el mismo equipo del museo) tuvo que plantearse cómo seguir, cómo volver a encontrarse, qué cambió dentro y fuera del museo.
“En los primeros meses del año, el Museo del Puerto fue un espacio de escucha, de contención, de aprendizaje. Lo primero fue reconstruir los lazos: proponer reuniones junto al equipo de psicología del Centro de Salud de Ing. White, recibir a la Asociación de Amigas, a las integrantes del taller de bordado, trabajar y reflexionar en equipo para entender cómo recibir a las escuelas, repensar el museo y la muestra a partir de lo sucedido”, cuenta la directora del Museo Lucía Bianco.
El Ciclo Cocina del Museo se desarrolla todos los domingos de abril a noviembre desde hace más de 30 años: la Asociación Amigas te recibe con el chocolate, según dicen, más rico del mundo. Participan además colectividades inmigrantes, cocineras barriales, agrupaciones vecinales, músicas y músicos locales.
A la hora de volver a pensar este ciclo después de la inundación, el museo convocó a participar a instituciones de White que sufrieron sus consecuencias, para ayudarles a recaudar fondos para la reconstrucción de sus espacios. Y también hubo vínculos que se renovaron para acompañar este proceso: a partir de la vuelta del Ciclo Cocina jóvenes de la agrupación Scouts Ernesto Pilling se acercaron para ayudar a la Asociación Amigas en la tarea de servir las mesas.
“Volver a encender las hornallas para calentar el chocolate cada domingo es un hecho de esos que comúnmente no es noticia, no sale en los portales, pero para White y la ciudad es una noticia fundamental: implica que Chacha Desideri pudo volver al museo, que los saberes van pasando de generación, que las Amigas se reunieron con el equipo del museo, consiguieron proveedores, se organizaron, discutieron los precios... en fin, volver a unir lazos”, acotan desde el Museo.
En el espacio de la Cocina, también se reencontraron las bordadoras que participan hace cinco años del taller de Bordado en Miniatura, para charlar y seguir intercambiando saberes en torno a la misma mesa.
“En el día del inicio del taller, antes de ponerse a bordar juntas, fue importante el momento de conversar, relatar sus experiencias de la inundación. Les hizo entender que las agujas habían seguido en movimiento desde distintos puntos de la ciudad”, cuenta Bianco.
Este año, el taller de bordado se propuso hacerle un regalo a la Biblioteca Mariano Moreno de Ing. White, en la celebración de sus 100 años: bordar parte de esa historia, para regalar a la biblioteca una obra colectiva.
Desde hace meses, vecinas de Bahía Blanca e Ing. White están bordando tapas de libros, primero los que se perdieron con la inundación y después las tapas de los más leídos en la historia de "la biblio".
Recorridos educativos
Cuando una escuela llega al Museo pasan muchas cosas. Tras la inundación, en mayo comenzaron los recorridos educativos para estudiantes de escuelas primarias, secundarias, terciarias y de la universidad.
Cada encuentro plantea distintas preguntas y renueva lo que se ve y lo que se dice en el museo a través de sus miradas.
Este año cobró un nuevo significado la foto de la inundación de 1938, que está expuesta en la sala de la inmigración: "Yo estuve así, como el de la foto", dice un nene de 10 años. Señala la imagen en la que está Loudet Genovali de chico, parado con el agua hasta las rodillas, en la esquina de Cárrega y Plunkett. Loudet, con 80 años, fue quien contó al museo sus recuerdos sobre aquella inundación.
"Este encuentro entre dos generaciones nos invita a pensar sobre la relación de la historia con las infancias: no sólo por cómo miran el pasado, sino también porque su voz va a ser la que cuente en el futuro lo que vivieron este año, como parte de la historia colectiva", concluye Lucía Bianco.