Llega la TV, se suman aparatos
En agosto de 1965, con la inminente llegada del primer canal local, los comercios ampliaron su oferta de aparatos
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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 60 años, en agosto de 1965, ante la inminente puesta en el aire del primer canal de televisión local los negocios ampliaron su oferta de aparatos de TV.
No era un hecho menor la inauguración, anunciada para el 24 de septiembre, de TeleNueva Canal 9, el inicio de una nueva era en materia de entretenimiento y comunicación a partir de acceder a una oferta de series, películas, encuentros deportivos y una variedad de programas.
En ese marco la oferta de aparatos se multiplicó. Lacar, en Alsina y Soler, ofrecía la marca Franklin, con su modelo 23 TFR 6052 A “que revolucionó la industria electrónica”, un TV con sincronismo vertical y horizontal y selector de canales de sintonía fina.
Mayfor, Zelarrayán 85, tenía el Admiral gran angular. La misma marca ofrecía la casa Perpetua de Alberto J. Trellini, de Zelarrayán 278, asegurando que había 14 millones de esos aparatos funcionando en 108 países.
Casa Régoli tenía el Motorola de 23 pulgadas, “el mejor”, con visión total y service garantizado.
Resasco Hnos, Donado y Brown, ofrecía el Marshall, un aparato que “complace la vista y el oído”. Se lo podía comprar con un pequeño anticipo y cuotas de 3.250 pesos mensuales.
En Saavedra 67 estaba Radio Glass, con Olympic, “la imagen viviente” y en Donado 87 Sur TV con Admiral.
La casa Acondair, de Chille 330, ofrecía las marcas Tevetron, Zenith y Columbia y la venta de antenas garantidas. En ese rubro, casa Tisuki contaba la alternativa de antenas para colocar sobre el aparato, “portátiles y eternas, sin cables ni problemas de orientación”.
Por último, casa Cittá –Belgrano 73--, Desán –Estomba 220—y Brown, O’Higgins 219, vendían el Standard electric de 23” y el portátil de 19”.
Quienes poseían el aparato pudieron ver, el 15 de agosto de 1965, la primera película emitida por canal 9: Claro de Luna, con Mirtha Legrand y Roberto Airaldi.