Empiezan las clases en la Escuela de Comercio
Con la llegada del nuevo siglo se fue ampliando la oferta educativa.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 122 años, en junio de 1903, comenzó a funcionar la Escuela Nacional de Comercio, “un adelanto material e intelectual, un factor de progreso para la ciudad”, según se indicó.
En marzo de aquel año se había definido el programa de primero y segundo año, con las siguientes materias: aritmética, caligrafía, geografía, contabilidad, tecnología, inglés y castellano. También se designó un cuerpo docente de cinco profesores y, por gestión de Octavio Córdoba, director del establecimiento, se consiguió un “local espléndido” donde funcionar, en la que fuera la vivienda de Diego Meyer, en O’Higgins 29.
Las exigencias para ingresar eran tener aprobados los seis grados de instrucción primaria y rendir un examen de ingreso.
Las clases comenzaron a mediados de junio, con una inauguración con toda solemnidad, en un ambiente de íntima cordialidad y de expansión sincera que reinó hasta el fin de la simpática fiesta.
El hall estaba hermosamente decorado y “realzando la magnificencia de esa sencillez”, se ostentaba un retrato de Domingo F. Sarmiento, “el gran maestro de América”. El discurso de director resultó “una pieza oratoria y filosófica de primer orden” que dio cuenta de sus dotes de educador práctico y psicólogo.
Eran las 4 de la tarde cuando los alumnos pasaron a las aulas, mientras que los presentes fueron agasajados con un lunch servido por la confitería Jockey Club, durante el cual “se departió amigablemente”. Hubo más discursos y finalmente los asistentes fueron invitados a la casa del Dr. Córdoba, “donde se hizo un poco de música” hasta las 5 pm.
“Hacemos votos para que los ideales de la escuela encuentren su realización elocuente en las generaciones que salgan de ese templo del saber, donde se enseña a venerar la ciencia y amar al trabajo”, mencionó este diario.