Bahía Blanca | Martes, 26 de agosto

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Oscar Barco, el personaje

Falleció a los 89 años, dejando un recuerdo imborrable en la ciudad.

Lo tuve a Barco como profesor en el Colegio Claret, allá por los 70. El lugar de encuentro era una o dos veces a la semana en la pista de atletismo del club Estudiantes, en el parque de Mayo. En aquel entonces el lugar conservaba la histórica tribuna techada y nadie sabía que en sus orígenes había sido la cancha de fútbol de la entidad alba.

Barco era un personaje, en el mejor sentido de la palabra. Un profesor que nadie olvida. Personaje porque tenía una personalidad muy propia y particular, porque era llamativo y carismático. Porque era apasionado por el deporte, por el atletismo en particular. El recuerdo es verlo con su paso corto y apurado, cargado de bolsas y redes.

En la pista de atletismo del parque de Mayo,

No recuerdo que gritara o se enojara. Para muchos fue esa la única oportunidad en la vida de saber lo que es arrojar una jabalina, ensayar un salto en alto, correr 400 metros, que te tomen el tiempo en una carrera de 100 metros, que te falte el aire en una carrera tipo cross country (hoy conocida como maratón).

Hablaba rápido, a veces muy rápido, no siempre se le entendía bien, pero era adecuado a su entusiasmo, a sus modos.

Hace unos meses lo encontré en la avenida Alem. Como todo ex alumno lo reconocí al momento. “Barco”, pensé. Lo particular fue que él también me reconoció y se paró unos minutos a charlar. Era el mismo. No era otro. Aquel que en mi adolescencia estaba cerca de los 40 años era el mismo que frisaba los 90. Locuaz, ocurrente y lúcido.

Fue un adelantado en muchas cosas, fue un docente que amaba lo que hacía. Merece sobradamente este recuerdo y si hay alguna pista de atletismo de la ciudad está buscando un nombre propio, acá tiene uno que honraría el lugar.