Piden saber qué pasará con los lomos de burro en Bahía: ¿siguen, los sacan o habrá más?
El bloque de Juntos pide informes a la comuna sobre un tema que genera polémica. Actualmente existen 460 solicitudes de nuevos reductores de velocidad en diferentes barrios.
Los lomos de burro suelen ser uno de los elementos que generan polémica en la agenda del tránsito de Bahía Blanca, en especial desde que el gobierno municipal de Héctor Gay comenzó a llevarlos a múltiples calles de la ciudad, buscando reducir la velocidad promedio de los vehículos.
La discusión se centra en las quejas que generan entre los conductores porque quitan fluidez a la circulación y pueden generar eventuales roturas, pero a la vez cientos de vecinos los defienden y los piden para sus cuadras como medida de seguridad para los peatones.
En este marco, durante la campaña electoral de 2023, el candidato a intendente Horacio Varela (Integración Ciudadana) propuso eliminarlos y buscar otros métodos que sirvan para reducir la velocidad que sean menos "agresivos" para quienes viajan en vehículo.
Si bien Varela perdió la elección, en su condición de ingeniero y docente de la UTN se convirtió en un asesor del gobierno de Federico Susbielles en materia de reordenamiento de tránsito.
En este marco, el concejal Pablo Daguerre (UCR-Juntos) criticó que, por el momento, "no se observa una política pública municipal que prevenga ni que sancione las altas velocidades en el ejido urbano" y preguntó "si efectivamente (el Municipio) tiene previsto eliminar la totalidad de los reductores de velocidad ubicados en distintos sectores de la ciudad, además de cuál será el criterio a aplicar para hacerlo efectivo".
Asimismo solicitó conocer cuáles serán las otras "medidas preventivas que se implementarán a los fines de reducir la velocidad de los automóviles, sobre todo en las denominadas vías rápidas y accesos a la ciudad".
Actualmente existen 460 pedidos vecinales de nuevos lomos de burro para diferentes puntos de Bahía y de allí que se sumaron las incógnitas sobre cómo se gestionarán.
"No sabemos si los van a ir sacando y qué alternativa van a incorporar", dijo el edil radical. Y se quejó: "Desde el Municipio tampoco se lleva adelante una agresiva campaña de concientización vial".
La postura de Varela contra estos reductores de velocidad fue ratificada a mitad del año 2024 en La Nueva.. El ingeniero volvió a señalar que son "especialmente peligrosos", en especial para los servicios de emergencia que circulan por la ciudad y deben hacerlo a alta velocidad.
El problema de los lomos de burro empezó a ganar lugar con más fuerza en la agenda del tránsito local a partir de la segunda mitad del último mandato de Gay. La política llevada a cabo en ese período, en el marco de un aumento en los casos de siniestralidad vial, fue la de responder activamente a buena parte de los pedidos que llegaban a la Municipalidad.
A partir de allí, buena parte de las arterias por las que circulan los bahienses comenzaron a cambiar su fisonomía y ser intervenidas por estos elementos. Por caso, en la conexión entre el Paseo de la Mujer y el Paseo de las Esculturas, el Parque de Mayo reúne 10 lomos de burro en 1 kilómetro, algunos de ellos separados por solamente 35 metros.
La discusión por el criterio
Otro de los interrogantes que despierta la aplicación de estos reductores de velocidad es sobre el tamaño y formato que deben tener.
El desafío de homogeneizarlos para que en una misma calle no se encuentren dos tipos de lomos de burro se ha vuelto también una discusión entre los expertos en materia de tránsito.
Daguerre pidió que, de avanzar en línea con la erradicación, el Municipio confirme "si los actuales reductores de velocidad serán reemplazados por un sistema similar tipo tachas lumínicas u otro".
En muchos casos, puede detectarse el paso de las gestiones municipales y sus criterios en base al tipo de lomo de burro, baden o serrucho en una misma calle o barrio.