La avenida Alem tiene pavimento
Primero fue macadám, luego embetunado y finalmente hormigón. La avenida fue ganando calidad.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 116 años, en diciembre de 1909, se completaron los primeros trabajos de pavimentación de la avenida Alem, por entonces convertida en una de las más transitadas de la ciudad.
Nacida como una calle de quintas, “un camino que no conducía a ningún lado”, Alem modificó su historia con la inauguración, en 1906, del parque de Mayo, convertido rápidamente en el paseo por excelencia de la gente. Como respuesta a este uso, la municipalidad decidió ensanchar la calle como y sus veredas, establecer ciertas reglas en cuanto a su estética arquitectónica y mejorar su terminación.
En 1909, antes de que existiera el teatro Municipal (su construcción comenzó en 1911) se recurrió al uso de macadam para las primeras diez cuadras, desde Alsina hacia el parque, las cuales contaban con cordones de adoquín. El macadam era una técnica desarrollada en la época por el ingeniero John McAdam, consistente en la colocación de piedras trituradas y compactadas.
El resultado no fue muy bueno el resultado, apenas un año después se encontraba en lamentable estado: “la brizna de granito ha desaparecido y comienzan a saltar las piedras, destapadas por el viento y el tráfico”, se mencionó.
Porque además, pese a estar prohibido por ordenanza, era común ver el paso de vehículos pesados, por caso un enorme carro cargado de ladrillos, que dejaban una profunda huella y provocaban la destrucción del piso. En 1911 comenzaron los primeros ensayos con el sistema de embetunado, mediante el uso de petróleo, algo cercano al actual asfalto.
El gran cambio llegó en la década del 30, cuando comenzó en la avenida con la construcción del primer pavimento de hormigón armado de la ciudad, tarea en la que tuvo un rol protagónico el arquitecto Manuel Mayer Méndez y la empresa del ingeniero Francisco Marseillán.