Heinrich, Amigo y Depaoli, el tridente fijo del tricampeón, más Alejo Blanco, el "líder" de los pibes
Voces y sensaciones de los protagonistas de Villa Mitre, tras vencer a Olimpo en la Súper final.
Ramiro Heinrich, Franco Amigo y Fausto Depaoli fueron el tridente "fijo" que tuvo Villa Mitre, que se consagró tricampeón del torneo de primera división local, mientras dividía su plantel y energía con la Liga Argentina.
Ellos tres fueron, en definitiva, los nombres estables en el certamen doméstico, adaptándose a la planificación propuesta por el club de cara a la doble competencia.
"Las cosas estaban planteadas así desde el principio y nosotros lo sabíamos; me ha tocado jugar 38 o 40 minutos y ahora fueron menos. Justamente ante Olimpo imaginaba que podía jugar menos minutos, porque tienen dos jugadores que son 4 en la posición de 5. Pero lo importante es que ganamos. Cuando me tocó pude aportar y creo que la mayoría lo entendieron y pudieron aportar en los minutos que le tocaban", reconoció Ramiro Heinrich, el encargado de recibir la copa en el José Martínez, tras vencer a Olimpo en el Osvaldo Casanova.
Amigo, ladero histórico de Ramiro, también dio su mirada al respecto.
"Se hacía difícil porque los entrenamientos no fueron los mismos que en cualquier plantel. Nos fuimos adaptando, entrenando con los juveniles, renegando un poco, pero aceptando las reglas del juego y resignando cosas como resignan todos. Los chicos de Liga Argentina, el cuerpo técnico y los dirigentes, por un bien común: el club. Estoy contento de que se den los resultados, porque hicimos un esfuerzo muy grande a lo largo de la temporada y coronarlo de esta manera te hace sentir que el esfuerzo no fue en vano", reconoció Franco.
Por último, se sumó Fausto, el más joven de los "Tres Mosqueteros".
"Lo sabíamos desde un principio y somos conscientes de las exigencias que tiene el club en esta época del año, cuando se pide un poquito más; a uno le gusta competir y tratar de responder donde le toque", reconoció el exbase de Sportivo Bahiense y El Nacional.
"La verdad que es una alegría hermosa, quedó demostrado el esfuerzo todos: de lo más chicos y los más grandes, pese a la doble competencia. Esto es un premio grande, para nosotros y para el club", continuó Fausto.
Aunque alternando en la rotación, los tres siempre fueron iniciales a lo largo de las series decisivas.
La frutilla del postre llegó tras derrotar a Olimpo en la Súper final, cerrando la serie por 2 a 0.
"Estoy muy feliz, sabíamos que contábamos con un plantel muy bueno para llegar a la final. Pero no fue fácil; la mayoría ha jugado menos minutos de los que pretende o podría jugar, creo que todos lo entendieron. Cuando los objetivo están claros y uno pone el equipo por delante de las individualidades, se pueden conseguir estas cosas", reconoció Ramiro.
"El club quiere salir campeón -agregó Heinrich-, jugar las finales y ser protagonista a fin de año, y es muy difícil bajarse de eso. Veremos qué pasa el año que viene, pero Villa Mitre te lleva a querer ganar y a querer seguir acá".
Franco también es otro de muchas batallas y alegrías en el lomo.
"Esto es la gloria que te da el deporte; nosotros nos vamos poniendo más viejos y cada vez se disfruta más, porque no sabés cuál va a ser el último. Hablamos con Rama (Heinrich) y hace tres años que venimos diciendo que fue nuestra última final juntos, y se siguen dando. Por suerte, el hambre está intacto. Aunque el físico no es el mismo de antes, trabajamos día a día para tratar de aportar al equipo de la mejor forma. Ahora, capaz desde la parte anímica. Los chicos vienen empujando como locos y me pone contento porque laburan el doble que nosotros. Estoy muy contento por el equipo, por el club, que hace las cosas muy bien, se merece todo lo que le está pasando", remarcó Amigo.
Fausto, en tanto, disfruta de las mieles del éxito en la Villa, luego de pasar por una complicada ni bien arribó a la institución.
"La verdad que hoy por hoy no caigo de lo que pasa en el club y de que soy parte de esto. El año que llegué jugamos la promoción, y que después pase esto tres años seguidos es descabellado. Estoy muy contento", reconoció.
"Es una locura hermosa, no sé si pasa en todos los clubes de Bahía, la gente, lo que mueve y genera el club es un espectáculo. Es algo que te queda para toda la vida", redondeó Depaoli.
Blanco, el base de los pibes
Algo de lo mucho que dejó el partido decisivo de ayer entre Villa Mitre y Olimpo fue que el tricolor terminó quebrando el juego con la segunda rotación, llena de pibes, pero con experiencia.
Encabezada desde la base por Alejo Blanco (20 años), al quinteto lo completaban Joaquín Jasen (20), Manuel Iglesias (22), Ignacio Alem (24) y Julián Lorca (22).
"Me pone muy contento por el trabajo de mis compañeros, no hay que quitarle mérito a los cinco iniciales, tienen muy buena calidad, muy buen juego en las manos, pero por suerte nosotros, la segunda línea, lo hicimos bien", reconoció Blanco.
"Nos piden energía y nosotros se la damos al cuerpo técnico y con la calidad del quinteto inicial y los mayores, más la energía nuestra, nos complementamos y acá estamos festejando el campeonato", agregó el exjugador de Bahiense del Norte, en plena celebración en el José Martínez.
En definitiva, "los pibes" y "los grandes", con todo su talento a cuestas, terminaron sellando una dura serie que se coronó con el tricampeonato en la Villa.
"Es una alegría inmensa, fue una serie complicada, ante un digno rival. Además, era el clásico, te motiva el doble; por suerte nos tocó a nosotros salir campeones", reconoció Ale, con las redes del José Martínez colgando de su cuello y que se llevó de recuerdo.
"Sabíamos al 100% que íbamos a estar en esta final, por la calidad de plantel y cuerpo técnico que tenemos. Nos tocó estar y salir campeones, tricampeones", remarcó.
En definitiva, Alejo dio otro paso más en su ascendente y promisoria carrera, siendo cada vez más protagonista y sumando su tercer título en Primera con apenas 20 años.
"No caigo estar viviendo todo esto a tan corta edad. Voy a tratar de ir cayendo día a día, voy a tener que seguir trabajando porque esto es el principio de una carrera hermosa", cerró el pibe.