A dos años de la tragedia en Bahiense del Norte: "Entramos cuatro y salimos dos"
La frase resume, con crudeza, el antes y el después en la vida de Celeste Castillón, sobreviviente del derrumbe aquel 16 de diciembre de 2023. Allí perdió a su esposo y a uno de sus hijos.
"Es una fecha súper dolorosa, y lo va a ser de por vida. Yo me sigo quedando en aquel 16 de diciembre de 2023. Como siempre digo, entremos cuatro y salimos dos", confesó Celeste Castillón, quien hace dos años se encontraba con su familia en el club Bahiense del Norte hasta que se derrumbó un paredón que lo cambió todo.
Desde entonces, su energía está puesta en una prioridad clara: sostenerse emocionalmente para acompañar a su hija Lola ante la ausencia de su esposo, Ariel Baldi, y su hijo Benicio.
En ese camino, decidió tomar distancia del día a día de la causa judicial. No por desinterés, sino por supervivencia emocional. "Siento que es una herida que se está escarbando todo el tiempo. Necesito que llegue el juicio, que el juez dictamine culpables o no culpables y cerrar ese capítulo. Recién ahí creo que voy a empezar a sanar, o al menos a aprender a convivir con este dolor”, sostuvo.
En diálogo con Panorama, por LU2, Celeste manifestó que "hay que vivir el día; hoy estamos, ahora estamos, y dentro de un rato o mañana no lo sabemos. Yo entré a un show, tenía planes y proyectos para mi vida, y quedaron estancados".
Tras la tragedia, asegura haber sentido el acompañamiento de la sociedad. "Hubo mucha empatía, gente que no conocía, nuevas amistades que se acercaron. No desde la lástima, sino desde la empatía de ser padres y no poder imaginarse el dolor que tengo, que es indescriptible e intransferible", relató. Un dolor que, aclara, no se repara con dinero: “Ningún resarcimiento económico me va a devolver a mi hijo ni a mi marido”.
Este nuevo aniversario la encuentra atravesando emociones encontradas. A la misma hora en que ocurrió el derrumbe, su hija egresa de la escuela primaria. “Es todo muy loco. Egresar hoy, a las 20, en la franja horaria en la que pasó todo… será el destino, o que de alguna manera el padre y su hermano quieren estar", reflexionó. Por ese motivo, no sabe si podrá participar de la manifestación prevista para esta tarde, aunque sí recuerda la misa que se realizará mañana a las 20 en la Catedral.
"Lola es una nena que lleva el duelo de otra manera, y celebro que sea así. Ella no puede entender mi dolor. Está con ayuda psicológica y enfocada en el patín. Ella continuó, quiso seguir en Bahiense, con su profe, y yo la veo feliz en el club haciendo lo que tanto le gusta", añadió.
La tragedia la obligó a rearmar su vida laboral. Reabrió su lavadero durante 2024 y parte de 2025, pero debió cerrarlo por el aumento del alquiler. “No hubo empatía de los propietarios. Entonces llevé el trabajo a casa para poder estar más con mi hija. Era nuestro sustento, pero también entendí que tenía que ocuparme de ella", completó.