Bahía Blanca | Lunes, 15 de diciembre

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El boom de repartidores: ¿más trabajo o un síntoma de la recesión?

El crecimiento récord de las apps abre un interrogante sobre la precariedad laboral en nuestro país.

En medio de la crisis económica y laboral, la cantidad de trabajadores en plataformas de delivery se ha disparado en Argentina, alcanzando la cifra de al menos 160.000 personas. 

Solo en Rappi, la cantidad de repartidores activos pasó de aproximadamente 43.000 a más de 150.000 en un año, un salto del 252%.

Este crecimiento masivo, que supera tres veces la base anterior, plantea un dilema crucial: ¿refleja la expansión de un nuevo modelo de negocio o es la dolorosa evidencia de un mercado laboral sin red de contención?

La radiografía del crecimiento de las plataformas —donde Rappi y Pedidos Ya concentran el 97% del mercado— sugiere que este fenómeno no debe leerse meramente como prosperidad o desarrollo empresarial. 

Por el contrario, es la expresión de una economía que expulsa empleo formal y obliga a miles de trabajadores a buscar ingresos "donde se pueda". Miles de personas han encontrado en estas aplicaciones una alternativa para "parar la olla" frente a despidos, la caída del salario real y la pérdida de empleo registrado.

El círculo vicioso

Lejos de significar una mejora en las condiciones laborales, la expansión del plantel de repartidores parece profundizar el deterioro económico y la precarización. Los datos del mercado laboral reflejan:

--Aumento de la competencia y menor ingreso: A mayor cantidad de trabajadores conectados, menor es la comisión por pedido, lo que empuja a una mayor precarización. Los ingresos promedio han mostrado una tendencia decreciente, explicada, al menos en parte, por el cambio en la composición de los repartidores que ahora completan una menor cantidad de órdenes.

--Necesidad de pluriempleo: Si bien se estima que hay al menos 160.000 trabajadores en plataformas de delivery, solo el 10% trabaja a tiempo completo (full time) en las apps. El 90% restante se conecta de forma esporádica, evidenciando la necesidad económica de complementar ingresos para afrontar el mayor costo de vida y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

--Ausencia de derechos: La mayoría se enfrenta a condiciones laborales precarias. El 90% de los repartidores eventuales se conecta de forma esporádica, sin contrato, sin acceso a licencias, sin cobertura ante accidentes ni estabilidad. Esta situación se refuerza en un contexto regional donde el 56% de los empleos son informales.

--Ingresos a escala: La dedicación es clave para alcanzar ingresos competitivos. Solo los repartidores que completan más de 300 órdenes mensuales obtienen ingresos superiores a los del trabajador promedio de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) y a los asalariados registrados. Quienes completan menos de 200 órdenes mensuales obtienen ingresos inferiores a los de cualquier categoría de trabajadores identificados en la EPH.

Elegidos por los jóvenes

El incremento de repartidores ha sido especialmente notable entre los jóvenes de 18 a 24 años, cuya participación creció de un 24% a un 33% en 18 meses. 

Este grupo etario es particularmente vulnerable, ya que el desempleo juvenil duplica la tasa general (12,5% para varones y 13,8% para mujeres).

Además, el 70% de ellos trabaja en la informalidad y el 60% es pobre. La industria de las plataformas es vista como una opción accesible para ingresar a un mercado laboral desafiante.

En el actual modelo económico, las aplicaciones de reparto cumplen la función de un "amortiguador social" frente a la crisis productiva. Sin embargo, el récord de inscripciones revela un mercado laboral sin red de seguridad, donde la expansión de las plataformas es sinónimo de supervivencia.

Necesidad de regulación

Los repartidores están sujetos a la supervisión de algoritmos que regulan su desempeño, lo que genera un "desconocimiento de los criterios de evaluación" y limita la retroalimentación o la negociación de mejores condiciones. Los especialistas coinciden en que es urgente avanzar en regulaciones.

Se remarca la importancia de que las políticas públicas consideren la variabilidad en la dedicación horaria de los repartidores, asegurando la protección de sus derechos mientras se mantiene la flexibilidad que caracteriza al sector. 

Este debate es relevante de cara a la próxima Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra.

En conclusión, si bien el crecimiento de repartidores ofrece una válvula de escape para miles de personas que necesitan ingresos ante el deterioro económico, la evidencia disponible sugiere que este boom es un indicador preocupante del aumento de la precarización y la informalidad laboral. 

El debate no se centra en la existencia de las plataformas, sino en si este crecimiento explosivo puede considerarse positivo cuando, en realidad, está basado en la necesidad de supervivencia y la erosión de derechos laborales básicos.