Los jóvenes de nuestro país le temen a la Reforma Laboral
Según el estudio de una consultora, valoran la flexibilidad, pero tienen dudas frente a la pérdida de derechos fundamentales.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Un informe de las consultoras Reyes-Filadoro y Enter Comunicación revela la profunda desconfianza de la juventud (18 a 35 años) ante la modernización del mercado laboral que propone el gobierno nacional con la reforma.
Priorizan la estabilidad, la obra social y el aguinaldo, y rechazan la flexibilización, aunque reconocen el optimismo generacional.
Precisamente, el estudio sobre "juventudes y trabajo" publicado por las consultoras traza una radiografía crítica sobre cómo las nuevas generaciones perciben la seguridad y la estabilidad en el mercado de trabajo.
La juventud argentina, en la franja de 18 a 35 años, exhibe una profunda tensión: valoran la flexibilidad laboral, pero temen la pérdida de derechos fundamentales que podría provocar la reforma laboral proyectada por el Gobierno.
La mitad de los jóvenes consultados rechaza de plano una posible reforma laboral, simplemente por temor a que, más que una modernización, se trate de un avance en la vulneración de derechos y la explotación en favor de la comodidad del empleador.
Este hallazgo alerta especialmente a las estructuras sindicales, como la CGT, ante la normalización de la informalidad.
Sí y no
A pesar de que para algunos jóvenes la noción de estabilidad y "hacer carrera" en un trabajo registrado ha sido reemplazada por la búsqueda de autonomía, la mayoría no le da margen al avance de una reforma laboral que aumente la flexibilización.
Las condiciones básicas son una demanda clara: el resto de los consultados pide por un empleo que garantice la estabilidad, obra social y aguinaldo. Solo el 21% de los jóvenes entre 18 y 24 años prefiere un trabajo informal (en negro o independiente no registrado) como su "trabajo ideal".
No obstante, las cifras de la realidad laboral muestran que el 37% de los jóvenes que trabaja lo hace de forma independiente, superando con creces al trabajo en blanco tradicional. El informe subraya que para los jóvenes la flexibilidad es importante, pero debe mantenerse sin poner en entredicho los derechos laborales.
Existe una polarización interna: mientras que los sub-25 priorizan la flexibilidad sobre la registración, el grupo de 25 a 35 años valora más la estabilidad. El 50% de este segmento (25-35 años) prioriza tener un trabajo registrado y el 30% uno estable con horarios fijos.
Bienestar económico
En la llamada "era Milei", el optimismo generacional es evidente: si bien el 69% opina que su generación tiene más oportunidades que la de sus padres, este sentimiento no se traduce en bienestar económico. La mitad de los consultados percibe que su situación económica se mantuvo igual o empeoró.
Esta discrepancia se refleja en la percepción de que el esfuerzo ya no garantiza el progreso.
Un participante de los grupos focales sintetizó la situación afirmando: “Hay que formarse mucho más pero se gana menos”.
Brecha de género y la IA
El mercado laboral impacta de manera desigual, destacándose una brecha de género de 15 puntos en la satisfacción laboral. Mientras que el 63% de los hombres está satisfecho con su trabajo actual, el porcentaje de mujeres satisfechas cae al 48%.
Esta diferencia se replica en las estrategias de progreso:
--Las mujeres son las que más valoran la educación formal como factor de progreso (41% frente al 28% de los hombres).
--Los hombres, en cambio, priorizan la autonomía (tener un emprendimiento propio) como factor de progreso (25% frente al 8% de las mujeres).
A esta desigualdad se suma la preocupación por la Inteligencia Artificial (IA), percibida más como una herramienta de explotación que de mejora de la productividad y la experiencia laboral. Las mujeres lideran la demanda de protección y regulación estatal: el 33% de ellas se manifiesta preocupada por el impacto de la IA en su trabajo, casi el doble que los hombres (18%). En números concretos, el 45% de las mujeres apoya la intervención del Estado para regular la IA y proteger a los trabajadores, frente al 34% de los hombres.
Incluso la forma de buscar trabajo se segmenta por género y edad:
--Las mujeres entre 25 y 34 años concentran la mayor cantidad de accesos a portales laborales clásicos como Bumeran o ZonaJobs.
--Los hombres de 18 a 24 años lideraron el tráfico a plataformas freelance, lo que evidencia su mayor inclinación a la autonomía y el trabajo por proyectos.
El estudio concluye que, si bien la juventud busca adaptación y flexibilidad en un mercado desregulado, rechazan cualquier reforma que implique sacrificar los cimientos de la seguridad económica, como si estuvieran pidiendo una casa moderna con cimientos sólidos, y no una carpa que el viento pueda llevarse con facilidad.