Un Lido veneciano en el parque de Mayo
La propuesta gastronómica y recreativa fue un clásico de la ciudad.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 88 años, en noviembre de 1937, estaba casi terminada la construcción de bar y confitería El Lido, ubicado en la isla del lago del parque de mayo.
Espacio fundacional del paseo, el lugar fue ocupado a principios del siglo XX con un pintoresco chalé de chapa y madera, convertido en uno de los principales atractivos del paseo
Lo administraba un italiano de apellido Lavarello, personaje al que se describía como “un alto exponente, con sus bigotes borgoñeses, sus ojos vidriados, su aspecto bonachón y filosófico”, al que era habitual ver al borde del lago, con sus patos, gallinas, gallinetas y hasta varios benteveos amaestrados.
Con el tiempo el chalet fue perdiendo protagonismo. “Una concesión municipal podría generar que se convierta en un restaurante”, sugirió este diario.
No fue difícil conseguir interesados y un nuevo administrador decidió demoler el “destartalado chalet” y construir un moderno edificio de líneas art déco, “un establecimiento recreativo digno de la importancia de la ciudad”.
Fue el nacimiento de el recreo “El Lido”, de carácter “puramente familiar”, al que se podía acudir con “entera libertad y toda confianza” e incluso utilizarlo para fiestas al aire libre.
La propuesta fue un éxito y hasta se habilitó un servicio de botes para pasear por el lago, sumando además una lancha de atractivas líneas aerodinámicas, con capacidad para 22 personas, accionada con un pequeño motor.
La historia del Lido se cerró fines de la década del 60. Desocupado, usurpado y vandalizado el edificio fue edmolido en enero de 1971.
Hoy la isla dispone de una suerte de plaza seca, circular, con bancos en sus bordes, vecina al sitio donde estuviera el histórico edificio, lugar al que se accede cruzando el tradicional puente construido en 1939.