Bahía Blanca | Sabado, 01 de noviembre

Bahía Blanca | Sabado, 01 de noviembre

Bahía Blanca | Sabado, 01 de noviembre

Agus Lértora, tras su experiencia en Alemania: "Me di cuenta de que soy capaz de hacer lo que me proponga"

La delantera de Universitario regresó a nuestra ciudad luego de jugar 7 semanas en el VfB Stuttgart.

Agustina Lértora con la camiseta del VfB Stuttgart, durante su estadía en Alemania.

Agustina Lértora llegó hace unos días de Alemania, donde se dio un gran gusto y encontró algo mucho más importanes que el sueño de ser jugadora de hockey profesional al menos por siete semanas.

“Lo que más me traje es que soy capaz de hacer todo lo que hice, que esa era mi gran duda: saber si iba a poder”, le contó la delantera de Universitario a La Nueva al retornar al país.

Tras un contacto que llegó por intermedio de Aluhe Camps la bahiense de 26 años decidió armar sus valijas y cumplir un viejo anhelo que arrastraba desde que empezó a dar sus primeros pasos en el Club Palihue, donde se inició en el deporte a los 4 años.

"La verdad que estuvo increíble, una locura: no podía creer que estaba ahí, en Alemania, por simple hecho de jugar al hockey. Todos los días me recordaba eso, era una locura", remarcó Agus.

“Superó todas mis expectativas -continuó-. Conocí un montón de lugares que no podía creer que tenía la posibilidad de estar ahí gracias al hockey”.

Agustina, arriba segunda desde la derecha, junto a su nuevo equipo en Alemania.

Con todo acordado, Agus armó las valijas para cruzar por primera vez en su vida el charco y sumarse al VfB Stuttgart, el equipo de hockey del reconocido club de la ciudad alemana donde se encuentran las sedes centrales y los museos de Mercedes-Benz y Porsche.

“Mi mayor miedo, literalmente, era bajarme de un avión y entender cómo tomarme el otro para llegar a Alemania. Una vez que logré eso, ya estaba bien” admitió Lerto entre risas.

Ni bien puso un pie en lo que sería su nuevo hogar por casi dos meses, no quiso perderse un minuto y enseguida se fue al entrenamiento, a conocer y encontrarse con sus nuevas compañeras de equipo, que disputa la liga regional local (tercera división), donde ascendió recientemente y buscaba hacer pie manteniéndose en la categoría.

“Llegué el jueves a las dos de la tarde y ellas a la noche entrenaban. Como había viajado me dijeron que me podía quedar, pero les dije que no, yo quería ir a entrenar ya, conocer la cancha, las chicas, todo.... fui con un dolor de cabeza...”, recordó.

La aventura -y el sueño- estaba en marcha.

-En una cultura y un idioma que nos queda lejísimos, ¿cómo fue llegar y encontrarse con todo eso?

-Los primeros días lloré, me preguntaba qué hacía ahí. Porque yo me vendí como que sabía inglés y no entendía una mierda. Pensaba "¿qué estoy haciendo acá?"Obvio que alemán, cero... la verdad que me la recontra jugué. Pero las chicas estaban muy acostumbradas a Aluhe y me ayudaron, me hicieron súper fácil todo. Me adapté bastante rápido. Eran todas alemanas, y había una argentina y una española en el equipo que me ayudaban en todo: a comunicarme, a entender lo que quería decirme el entrenador. Eso fue clave. 

-¿Con qué te encontraste en ese primer entrenamiento recién llegada?

-Me sirvió para destacar mucho el nivel que tiene Argentina, el club, Bahía...Siento que tenemos un muy buen nivel de hockey, me hizo valorar todo. Las chicas recién habían ascendido, entonces era un torneo nuevo y la verdad fue bastante difícil. Ellas estaban jugando en un lugar en el que estaban bien y ascendieron a una categoría que era más difícil y realmente había mucha diferencia con los otros equipos. Habían ascendido dos ligas de una y la verdad que se notaba el cambio.

-Estás acostumbrada a jugar en un equipo que es recontra protagonista, todo lo contrario a eso, ¿tuviste que adaptarte también a eso?

-Y... la verdad me costó, sobre todo hasta que entendí que nuestro objetivo era no descender. Perdíamos 3-0 o 4-0, no lo podía creer. Pero una vez queentendí cuál era el objetivo, estuvo re bien.

-Tuviste que cambiar el chip...

-Sí, posta que sí. Porque era yo sola enojada con todo el mundo y mis compañeras como "bueno, por lo menos no perdimos 6-0... bien". Me tuve que adaptar.

-¿Sos de enojarte cuando jugás?

-Y... me di cuenta de que las chicas eran muy respetuosas, con el árbitro, todo... yo parecía la única loca que se quejaba. Así que tuve que bajar tres millones de cambios, que me sirve también para acá.

-¿Y cómo creés que veían ellas eso de que vos la vivas más que ellas en cierto punto?

-Y, ellas me felicitaban por cómo había jugado, y yo no estaba contenta con el resultado, ni con nada. Hasta que tuve que bajar ,porque no estaba disfrutando.

No todo fue hockey: Agustina en el mítico Mercedes-Benz Arena del Stuttgart.

-¿Tenías una especie de presión por saber que te estaban pagando para jugar y encima no les estaba yendo bien, o no te jugó eso?

-Sí, sí, el primer partido, que perdimos y encima no me gustó cómo habíamos jugado, les dije a mis papás (Alejandro y Sonia): "Che no sé si estoy tan cómoda sabiendo que me pagan por estar acá". Sentía que tenía que rendir sí o sí. Antes de arrancar tuve una charla con la capitana, que fue parte para que me llamen, y me dijo que me quede tranquila, que no sienta presión. Y yo estaba como sí, no pasa nada, vine a jugar y a divertirme. Pero cuando arrancó el primer partido y sentí que tenía que hacer un esfuerzo de más porque era la única a la que le pagaban por jugar y encima nos fue mal, me sentía un poco responsable. Con el pasar de los días me di cuenta que yo sola no podía hacer nada, que esto era un equipo y que yo iba a dar todo de mi pero no iba a poder salvar a nadie.

-¿Una vez que entediste eso, pudiste disfrutar?

-Sí, los últimos partidos los re disfruté, ya me había sacado esa presión. Obvio, siempre con mi carácter, que eso va a estar siempre, pero aunque sea no me martillé tanto a mí.
Pese a ser profesora de educación física y tener experiencia como entrenadora en Universitario, en Alemania su tarea se limitaba únicamente a jugar.

“Imaginate que sólo sé decir hello, iba a estar complicado ir de profe jaja. Sólo fui a jugar”, remarcó entre risas.

Finalmente, desde lo deportivo el saldo también fue más que positivo para Agustina, quien disputó cinco partidos en tierras alemanas y marcó cinco goles. El equipo, además, terminó séptimo y cumplió con el objetivo de mantener la categoría. Ahora, por cuestiones climáticas, disputará la temporada indoor.

-¿Y qué onda la vida en Europa más allá del hockey?

-Eso fue lo mejor. Tuve la posibilidad de ir a Barcelona a saludar unas amigas. Estar en un lugar tan lindo, yo nunca había viajado a Europa, así que también fue una locura que el hockey me permita conocer esos lugares, eso también es lo que más destaco.

-¿Te pasó algo que llegaste a pensar qué hacías ahí?

-Una vez una de las chicas, alemana, me invitó a visitar un castillo... nunca entendí, porque me lo dijo en inglés. Sólo entendí que íbamos a ver un castillo y dije que sí. Agarré una mochila y fui, cuando me pasaron a buscar vi que todas estaban con bolsos. La idea era irnos de viaje a otro lugar y yo no había agarrado nada, sólo una mochilita. Terminé durmiendo en otro pueblo y yo no tenía nada, sí fuimos a ver un castillo, pero no entendí que era en otro lado. Me cagué de risa, ya estaba, me relajé y que la vida me sorprenda.

-¿Qué lugar ocupa el hockey en tu vida, más allá de esta experiencia?

-Todo, básicamente. Número 1. Todo el tiempo fui muy agradecida de estar viviendo eso, estar sentada en Alemania y saber que estaba ahí sólo por jugar al hockey.

-Da la sensación que valió la pena todo el esfuerzo que hiciste estos años...

-Sí, tal cual, todas las veces que fui a entrenar lloviendo, o con frío. Bueno, me lo merezco por todos estos años que le di al hockey. Creo que fue una caricia.

-¿Te modificó algo pensando en lo que viene todo lo que viviste estos días?

-La verdad que me re motivó, tuve que jugar distinto a como juego acá. Yo sentía que el nivel era otro y eso me hacía sentir que tenía que dar un poco más de mí. Y, además, no estaba jugando con mis amigas, que ya sé todos los movimientos, eso también me hacía dar un poco más y creo que eso me va a ayudar. Estuve jugando otro hockey y siento que aprendí un montón también.

-No estaban tus amigas allá, ¿pero qué hablaban a la distancia?

-Nos reíamos un poco de que yo esté ahí, hablando con alemanes jaja. Nada que ver. Las chicas chochas y encima en el torneo de Bahía no me perdí nada, sólo me perdí dos partidos, jugué más yo allá que ellas acá. Lo primero que me fijé era que partidos me perdía y todo cuadró bárbaro.

Un festejo de gol del VfB Stuttgart.

-¿Llegaste a extrañar a ellas y al club a pesar de que fueron pocos días?

-Sí, la verdad que sí. Allá las chicas eran súper buenas y compañeras, me hicieron sentir muy cómoda, pero sigo pensando que no hay nada como mi club y mis compañeras. Eso no lo voy a encontrar en ninguna parte del mundo.

-¿Cómo conviven esa Agustina que no quería hacer esta nota por vergüenza, con la Agustina muy activa en redes o que cruzó el mundo sin saber bien dónde iba, ni el idioma?

-No sé, para mí tengo una personalidad que está durmiendo y sale cuando tengo que hacer estas cosas. Pero bueno, esa misma personalidad salió allá cuando me invitaban un cumpleaños y hablaban todos en alemán y yo no entendía nada, sólo sonreía y le ponía la mejor. Así que nada, va siempre conmigo.

-Es como que también es lo que te ayudó a adaptarte y pasarla tan bien...

-Les decía a las chicas no es para cualquiera irse sola, no conocer a nadie, no entender el idioma, ponerle la mejor, sumarte a todo. Acá estaba por nacer mi sobrina (Santina), así que también estaba pensando mucho en eso. Era algo que le contaba a las chicas, destaco cómo me adapté y lo rápido que pude hacerlo y sentirme cómoda, es algo que va un poco con lo que soy.

-¿Y tu familia cómo vivió todo esto?

-Mi familia, feliz. Ellos son los primeros en armarme el bolso y llevarme. Así como me van a ver jugar desde que tengo cuatro años hasta ahora. Ya estaban sacando cuentas para ver cuánto salía el viaje a Alemania y ver si podían ir a verme... ellos están súper felices y ahora están presionándome para el año que viene porque quieren ir todos. "¿Vas a ir o no Agustina, vas a ir?" me preguntaban ni bien llegué. Mi mamá me decía que se iba a ir los dos meses conmigo.

-¿Y, hay chances de que vuelvas?

-Sí, yo estoy súper dispuesta. Me dijeron que esperaban verme el año que viene, aunque no fue nada formal. El presidente de mandó un mensaje y me dijo que estaban re contentos conmigo. Las chicas me hicieron un regalo y estaban todas re contentas.

-¿Vas a ponerte a estudiar alemán? Jaja.

-No, alemán, no, primero voy por inglés.

-¿Si tuvieras que resumirlo, qué te trajiste a nivel personal de esta experiencia?

-Lo que más me traje es que soy capaz de hacer todo lo que hice, que esa era mi gran duda. Poder adaptarme, por lograr estar donde estuve y la verdad que estuve rebien. Eso me lo llevo como algo mío, que soy capaz de hacer lo que yo me proponga y eso me tiene muy contenta. Obviamente, más allá de estar viviendo dos meses en otro país, gracias al hockey. Pero mi mayor experiencia es sentirme bien conmigo y sentir que soy capaz y que pude.

-¿Ya caíste de todo lo que viviste?

-A lo último ya abrazaba las plantas, no me quería ir. Pero sí, caí y estuvo increíble.