Bahía Blanca marca un hito en cardiología: más de 400 reemplazos de válvula aórtica por cateterismo
Con un procedimiento mínimamente invasivo, el programa de Hemodinamia del Sur permite que personas que antes no podían someterse a una cirugía compleja ahora accedan a un tratamiento seguro y efectivo.

Audionota: Marina López
Bahía Blanca se convirtió en un referente en cardiología al superar los 400 reemplazos de válvula aórtica por cateterismo, un procedimiento mínimamente invasivo que ha transformado la vida de los pacientes con enfermedades valvulares, brindándoles nuevas oportunidades y reduciendo riesgos que antes eran difíciles de manejar.
Esta técnica, conocida como TAVI (Transcatheter Aortic Valve Implantation), representa un avance significativo en la medicina moderna, permitiendo que personas que antes no podían someterse a cirugía compleja ahora accedan a un tratamiento seguro y efectivo.
"La válvula aórtica funciona como un orificio con tres compuertas, por donde circulan nada menos que cinco litros de sangre por minuto, garantizando el adecuado funcionamiento de todos los tejidos y órganos, y manteniéndonos vivos", explicó a La Nueva. el doctor Alejandro Álvarez Iorio, líder del equipo de Hemodinamia del Sur.
La estenosis aórtica, una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores, se vuelve más frecuente con el paso de los años. "En los pacientes mayores de 75 años, entre el 7,5 % y el 10 % la padecen", señaló.
La incidencia de esta enfermedad crece a medida que aumenta la esperanza de vida, lo que convierte al tratamiento oportuno en una cuestión central de salud pública.
Antes de la llegada de técnicas como el TAVI, entre el 30 y 40 % de los pacientes con estenosis aórtica no podían someterse a cirugía debido al alto riesgo quirúrgico. Esto hacía imprescindible contar con procedimientos alternativos que no solo salvaran vidas, sino que mejoraran significativamente la calidad de vida de estas personas.
A diferencia de la cirugía tradicional, que requiere anestesia general y apertura del tórax, el reemplazo de válvula por cateterismo se realiza con el paciente despierto y sedado, mediante una mínima incisión en la ingle. La diferencia no es solo técnica, sino también humana: los pacientes se recuperan más rápido, tienen menos complicaciones y pueden retomar sus actividades cotidianas en tiempo récord.
"Los resultados son igual de eficaces, pero con mucha mayor seguridad en cuanto a la morbimortalidad del procedimiento", destacó Álvarez Iorio, especialista que trabaja en los hospitales Privado del Sur, Italiano y Español de nuestra ciudad, además de la Clínica Hispano de Tres Arroyos.
Por una mejor calidad de vida
La seguridad es un factor clave, especialmente en personas mayores o con múltiples comorbilidades, donde cualquier complicación puede ser crítica.
El impacto se percibe desde los primeros días posteriores al procedimiento. "Estos pacientes experimentan una mejora notable en su calidad de vida, porque suelen llegar tarde: se ahogan, les falta el aire, sus pulmones se llenan de líquido, pueden perder el conocimiento al no llegar suficiente sangre al cerebro, y sufren dolor en el pecho porque el corazón no se oxigena correctamente", explicó.
El programa TAVI en Bahía Blanca comenzó en 2010 y requirió una inversión importante en entrenamiento internacional y adaptación tecnológica local. "Tuve la suerte de formarme en Buenos Aires y de participar en más de 50 meetings y simposios de entrenamiento, además de viajar a los Estados Unidos, Italia, España y otros muchos países. Todo ese conocimiento, tecnología, materiales e, incluso, la experiencia del personal de esos equipos, los aplicamos aquí de manera idéntica", relató Álvarez Iorio.
"Gracias a este esfuerzo le hemos dado respuesta a más de 420 pacientes con excelentes resultados. Esto es muy importante, tanto para la Argentina como para el mundo, porque desde Bahía Blanca podemos realizar este procedimiento", añadió.
El equipo médico ya trabaja en la expansión del tratamiento a otras válvulas cardíacas, ampliando la cobertura terapéutica y potenciando los beneficios para los pacientes. "Este año, junto a la Fundación Favaloro, comenzamos a trabajar en programas de desarrollo para las válvulas mitral, tricúspide y pulmonar. Hoy contamos con un abanico terapéutico que nos permite abordar las tres", afirmó Álvarez Iorio.
Otras alternativas
Además, el especialista anticipó innovaciones en otros campos de la medicina intervencionista: "Llevamos tres años trabajando en algo muy novedoso: el tratamiento endovascular mínimamente invasivo de la sinovitis, que es la segunda causa más frecuente de consultas en el mundo, el dolor articular. Además, queremos desarrollar en Bahía el código Stroke, entre otras".
Recientemente, el equipo implantó por primera vez en Latinoamérica un nuevo tipo de stent para tratar obstrucciones coronarias, mejorando la vitalidad y funcionalidad de la arteria del paciente en apenas seis a nueve meses.
Con estos procedimientos, Bahía Blanca demuestra que la combinación de entrenamiento, tecnología y compromiso humano puede marcar la diferencia en la vida de los pacientes y posicionar a la ciudad como un referente en cardiología de excelencia.
Los avances logrados no solo representan un orgullo local, sino también un ejemplo de cómo la medicina de alta complejidad puede desarrollarse fuera de los grandes centros tradicionales, acercando tratamientos de calidad a más personas y mejorando significativamente su bienestar y expectativas de vida.