Crecen las chances de concretar un gran hub de NGLs en Bahía Blanca
El CEO de YPF, Horacio Marín, aseguró que el puerto de Bahía Blanca no tiene inconvenientes para operar con líquidos del gas.
Aunque aún no está definido, Bahía Blanca comienza a perfilarse como el escenario natural para el desarrollo de un gran hub exportador de líquidos del gas (NGLs, por sus siglas en inglés).
La combinación de proyectos en marcha, infraestructura existente y definiciones estratégicas de los principales actores del sector configuran un horizonte en el que la ciudad bonaerense aparece con ventajas de peso.
El motor de esta transformación es Vaca Muerta, que produce no solo gas natural seco sino también volúmenes crecientes de líquidos asociados: etano, propano, butano, pentano y gasolina natural.
Estos productos requieren instalaciones de separación y fraccionamiento específicas y no pueden viajar junto con el gas natural licuado (GNL), que debe exportarse en estado puro.
Esa condición técnica convierte a los NGLs en un negocio independiente y con salida propia, en el que Bahía Blanca concentra cada vez más chances de convertirse en nodo exportador, sobre todo porque habrá mucha cantidad de líquidos del gas y, habrá posibilidades para varios proyectos..
Uno de los pasos más importantes en este proceso es la ampliación de la planta de Mega, ubicada en el polo petroquímico bahiense. La compañía —integrada por YPF, Petrobras y Dow— ya procesa líquidos provenientes de la cuenca neuquina y abastece tanto a la industria petroquímica como al mercado interno y externo.
El nuevo tren de fraccionamiento que se construye permitirá elevar la capacidad de 4.700 a más de 7.000 toneladas diarias de propano, butano y gasolina natural.
La obra, que implica una inversión de más de 400 millones de dólares, no solo asegura un salto en la escala operativa sino que también abre el camino a una mayor participación de Bahía Blanca en el comercio internacional de GLP. Hoy cerca de la mitad de la producción de Mega se exporta, y con esta ampliación esa proporción se incrementará de manera significativa.
El segundo gran proyecto en carpeta es el de Transportadora de Gas del Sur (TGS), que prevé la construcción de un nuevo poliducto desde Vaca Muerta hasta Bahía Blanca y una moderna planta de fraccionamiento en la zona de Cerri.
La iniciativa busca duplicar la capacidad actual de procesamiento y generar un flujo continuo de líquidos hacia el Atlántico. Según estimaciones preliminares, el proyecto permitirá manejar volúmenes superiores a los 80.000 barriles diarios de NGLs, consolidando a la ciudad como centro logístico de referencia para el despacho internacional.
De todas maneras, según pudo saberse, ese proyecto resultaría pequeño frente a la gran cantidad de líquidos del gas que habrá disponible y es posible que desde YPF se lance un proyecto único para toda la industria del sector, así como lo hizo con el GNL.
Esa iniciativa bien podría concretarse en Bahía Blanca, sobre todo porque en esta ciudad YPF ya tiene a Mega y TGS dispone incluso de tierras en el puerto para la concreción de esa iniciativa.
También debe incluirse a otras productoras de gas, por caso Pluspetrol.
Sí es cierto que se acercan momentos de definiciones porque no se podrá inyectar gas seco a los buques productores de GNL si no se extraen los líquidos antes
En paralelo, las instalaciones que TGS ya opera en Galván continúan despachando propano, butano y gasolina natural mediante barcos que salen regularmente del estuario, bajo estándares internacionales de calidad y seguridad.
Las perspectivas de exportación encuentran en Brasil un destino privilegiado. El vecino país incrementó su consumo de GLP en los últimos años, impulsado por programas sociales que facilitan el acceso a garrafas. Hoy más del 20 % de la demanda brasileña se abastece con importaciones (Estados Unidos).
Con esta ventana abierta, Bahía Blanca puede convertirse en proveedor estable de un mercado de gran volumen y cercanía.
Los estudios preliminares proyectan que, con las ampliaciones de Mega y el megaproyecto de TGS, el puerto podría exportar hasta 2,8 millones de toneladas de líquidos por año, con un potencial de ingresos de alrededor de USD 5.000 millones anuales.
Los Natural Gas Liquids son hidrocarburos líquidos extraídos junto con el gas natural. Incluyen al etano, propano, butano, pentano y la gasolina natural.
Cada uno de ellos tiene aplicaciones específicas: el etano se destina principalmente a la industria petroquímica, el propano y el butano se utilizan como combustibles y envasados como GLP, y la gasolina natural es un componente de mezclas para refinerías.
A diferencia del GNL, que se obtiene enfriando el gas natural a -160 °C y que debe exportarse sin líquidos para cumplir con las exigencias de pureza de los compradores internacionales, los NGLs forman una corriente separada que requiere infraestructura propia para su procesamiento y transporte.
Esa particularidad otorga a Bahía Blanca una ventaja concreta, ya que cuenta con plantas en expansión, poliductos en proyecto y un puerto apto para estas operaciones.
Una definición contundente llegó de la mano de Horacio Marín, presidente y CEO de YPF.
Consultado sobre si las condiciones marítimas podían ser un factor en este tipo de proyectos, a favor de Río Negro,el directivo fue categórico:
“Bahía Blanca funciona muy bien, no es un problema. Bahía Blanca es aguas no profundas (SIC) y no tiene ningún inconveniente para despachar líquidos”, aseguró en diálogo con el diario Río Negro.
La declaración despeja dudas sobre la capacidad operativa del puerto y refuerza lo que ya se observa en la práctica: Bahía Blanca viene despachando butano y propano con eficiencia y está en proceso de profundización de su canal para mejorar aún más la recepción de buques.
En este punto, conviene aclarar una cuestión técnica. Los buques metaneros de GNL y los cargueros de GLP tienen un calado máximo de entre 12 y 12,5 metros, perfectamente compatibles con el canal de acceso a Bahía Blanca, que ya supera los 13 metros operativos y continúa con dragados para ampliarlos.
Eso significa que el puerto puede recibir sin dificultades las unidades que se usarán en los primeros proyectos de exportación argentina.
La situación es distinta con los petroleros de gran porte. Bahía Blanca opera regularmente con Panamax y Aframax, de calados en torno a los 13 o 14 metros, y Puerto Rosales ya ha recibido Suezmax, aunque no a carga completa.
Sin embargo, VLCC, que requieren entre 20 y 22 metros de calado, están fuera del alcance natural del estuario.
En síntesis, Bahía Blanca no es un puerto de aguas ultra profundas para superpetroleros, pero sí reúne la profundidad y el ancho de canal suficientes para operar con normalidad los buques de GNL y GLP, garantizando que la exportación de líquidos no tenga restricciones técnicas.
Las piezas comienzan a encajar: la ampliación de Mega, el megaproyecto de TGS, la eventual instalación del proyecto Vaca Muerta Liquids de Pluspetrol y la definición estratégica de YPF configuran un escenario en el que Bahía Blanca se perfila como hub exportador de líquidos del gas.